Lo que no le gustaba tampoco era tener que estar pegado a grandes aglomeraciones exageradas, mucho menos cuando eran vampiros que se creían más poderosos por el mero hecho de situarse por encima de ellos en la cadena alimentaria. El mundo no era justo.

- Oh cielos, chicos, rápido...- levantó la cabeza de sus pensamientos cuando escuchó aquel susurro del gerente que actuaba como intermediario entre su jefe vampírico que tenía control de la sucursal y los empleados del banco que eran meramente del mismo rango que él; sus pasos se escuchaban nerviosos, y su voz parecía temblar ligeramente.- Inspección sorpresa del dueño de la cadena, actúen normal, no les pasará nada.- el castaño giró sus ojos hacia la muchedumbre esperando que sus compañeros estuvieran libres o que algún cliente se acercara a su mostrador para atenderlo; aprovechó esos momentos para inspeccionar a los vampiros del otro lado del mostrador y pudo observar claramente que entre todos los vestidos elegantes, capas caras, rostros refinados y miradas intimidantes, se encontraba la de un hombre de cabello negro y su expresión de ojos Hazel fija en la muchedumbre que se apartaba acobardada ante sus pasos.

Ese hombre era el dueño de todos los bancos de sangre, de todas las sucursales, es cierto que había vampiros que tenían control de ciertos bancos como en el que él trabajaba, pero ese hombre era el que estaba por encima de todos. En ese momento se encontraba junto con quien manejaba aquella sucursal, a su otro lado, el derecho, se encontraba la figura más importante en su imperio, algo así como su mano derecha, consejero y hombre de máxima confianza, solía ser quien actuaba como intermediario entre los vampiros que manejaban las sucursales y el líder de todo (sí, había intermediarios para todo, puestos innecesarios a su parecer, pero no para ellos, pues había categorías para todo y se establecían a través de rígidos parámetros que impedían a los seres humanos que trabajaban en el campo o lugares precarios siquiera mirar a los vampiros por estar en una categoría inferior), no iba a decir que sabía perfectamente sus nombres, pues era algo que no conocía, era ignorante en ese sentido, pero lo había visto alguna vez hablando con el vampiro que se localizaba a la izquierda del vampiro pelinegro. En este caso, el mano derecha tenía el cabello rojizo, rapado por un lado, Yael-Ajax siempre se había sorprendido de su aspecto, pues no sabía que los vampiros podían adaptar su estilo "refinado" a un aspecto físico "vulgar" como el de los menospreciables humanos... (Todo eso dicho con un sentido más enfocado hacia el pensamiento de los vampiros). Aunque debía admitir que su estilo tan formal se adaptaba a la perfección con aquella imagen. Sus ojos grandes y vistosos con tonos amarillentos por el brillo de las luces (castaño claro) dejaba claro que era de un alto ranking y una familia adinerada que le había permitido encontrarse donde se encontraba, sirviendo a un hombre y una figura de gran poder y liderazgo entre los vampiros.

- ¿Qué necesidad de inspeccionar nada? Las inspecciones solo son para tener sangre gratis...

- Shhh... No hables mal... Pueden escucharte...- riñó su gerente con un susurro cerca de su oído.

El castaño rojizo humano rodó los ojos con indiferencia mientras giraba sus orbes hacia el vampiro que se acercaba a él en el mostrador.

- Buenas noches...- saludó con extrema elegancia (aunque por dentro quisiera arrancarle los ojos y romperle los colmillos por aquella postura tan arrogante con el pecho salido como los palomos y una expresión que en pocas palabras podría asumir que estaba deseando arañarlo o morderlo para tener sangre gratis).

Todos los vampiros pensaban igual seguramente.

Morder a un ser humano con un trabajo funcional sea digno, prestigioso o mediocre era completamente ilegal. Más aún lo era robar sangre de un humano que estaba indispuesto, herido o de salud frágil, pues este no podía defenderse en caso de ser atacado y estaba vulnerable.

En el caso de mujeres y niños, las restricciones eran aún más fuertes, no porque las mujeres no puedan defenderse, al contrario, las mujeres, al ser las que conciben a los humanos que luego dan mano de obra para los vampiros podría decirse que son intocables, pero no simplemente por ser las que dan vida a más humanos son intocables, sino también porque son las que se ocupan de oficios que eran bastantes importantes en el ámbito de los vampiros como los bancos. Es decir, tener un oficio en el banco era algo prácticamente de mujeres, no porque fuera sexista y los vampiros quisieran mujeres (preferiblemente jóvenes y esbeltas) que los atendieran, al contrario, el hecho de que un vampiro fuera atendido por una mujer haría que el banco tuviera menos pérdidas porque el vampiro aceptaría cualquier trato que ella le hiciera por tal de no enfadarla.

Yael-Ajax no comprendía esa lógica, por lo que no podría explicarla y si lo intentase, haría que quedase más mal de lo que ya estaba quedando, porque realmente si parecía un oficio o que aquel sistema se había diseñado de manera sexista, pero no quería asumir cosas.

- Buenas noches, my Lord... Es un verdadero gusto tenerlo esta noche aquí con nosotros...- pudo escuchar, por encima de los susurros, las charlas y las comandas de sus compañeros, la voz del jefe de la sucursal vampírico situado al lado del gerente humano, se habían recorrido todo el camino hasta la punta más lejana del mostrador.- Está siendo una buena noche, desde luego no tiene nada de qué preocuparse y si usted lo desea puede pasearse por el interior de las instalaciones y observar la calidad del almacenaje, todo está en orden.

- No me importa como la noche pueda estar yendo, solo he venido a observar las tripas de la instalación.- La voz seria y algo gruesa del vampiro de ojos Hazel rompió con los susurros del banco haciendo que se quedaran en un momentáneo silencio en el que nadie pudo respirar durante unas décimas de segundo antes de retomar de nuevo el bullicio típico del banco.

El lenguaje tan natural e indiferente con el que el vampiro (siendo de tan alto rango) se expresaba aunque fuera con alguien de menor grado o de un igual grado era algo que siempre lo sorprendería. Era muy informal, pero eso no lo acercaba a sus trabajadores, de hecho, podía asegurarse de que muchos lo detestaban precisamente por ese carácter.

- P-Por supuesto.

El gerente humano no dijo nada, simplemente inclinó con respeto la cabeza y lo guío hacia el interior, pasando por detrás del mostrador, Yael-Ajax pudo vez como varios de sus compañeros palidecían ante el paso y la mirada del conde, él solo observó con cierta curiosidad las prendas lujosas que el hombre llevaba bajo la capa negra que no rozaba el suelo por míseros centímetros antes de centrar sus ojos de nuevo en el cliente que acababa de acercarse (era un trabajador eficiente, realizaba su trabajo rápido y sin interrupciones, era normal que se quedase sin clientes rápido dado a su eficiencia). No iba a decir que le causaba curiosidad la vida del dueño de su vida, en una forma literal, porque era el dueño de todo quien decidía literalmente si su vida estaba destinada a la miseria o le permitía vivir un día más al trabajar en el banco, aún así su madre seguía trabajando allí, pero si él ya no tenía oportunidad, su herencia, por más que su madre estuviera en el banco, ya no tendría oportunidad porque él no estaba en el banco y era un empleo hereditario a través de la herencia directa, no a través de saltarse una generación. Algo extraño, la verdad.

- Yael...- acabó de atender al vampiro y giró su cabeza hacia su gerente, en realidad era un hombre dócil y elegante, era alguien amable dentro de lo que cabe, lo que lo extrañó fue que, en medio de una inspección, hubiera abandonado su puesto detrás del líder de la sucursal para ir a hablarle a él, sería algo importante, esperaba.- Necesito que te cambies de puesto con Taemin para la inspección.- detrás de él, en efecto, estaba Taemin.

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Taemin es un personaje que no tiene nada de protagonismo, pero sin duda le tengo mucho cariño, tal vez porque amo a los personajes que desafían las leyes normativas sexo-amor.

Peor bueno, no quiero meterme mucho con él, quiero decir, tampoco va a tener gran relevancia en la historia, pero sí es un personaje que tiene mi más intenso cariño.

Por otro lado, hace falta destacar que, aunque el primer capítulo es de presentación, en el segundo capítulo aún se siguen explicando cosas, es decir, condensar toda la información en un capítulo es agobiar mucho a la gente, y es difícil de asumir, prefiero ir contando poco a poco y eso hace que la gente pueda comprender e interpretar mejor.

Otra cosa de la que soy fanática / partidaria son: actualizaciones moderadamente rápidas.

Es decir, tener la historia escrita e ir publicando poco a poco, yo lo llevo haciendo desde que nací en Wattpad, es decir, me organizo el tiempo de forma que puedo ir haciendo actualizaciones diarias al tener las historias completamente escritas...

Por que sí, chicos, la historia está lista, acabada y preparada en Wattpad para publicar.

Y la voy publicando poco a poco por satisfacción propia, porque me gusta tener capítulos asegurados que me dan tiempo para poder seguir publicando historias o actualizando nuevas historias sin tener que hacer a la gente esperar mucho entre historia e historia...

Y por ello, cada vez que termino de publicar una historia, inmediatamente ya estoy publicando otra...

No es lo mismo que me pasa en la cuenta principal, las actualizaciones tardan en llegar, pero cuando llegan, llegan con fuerza, jeje...

Aquí las opiniones --------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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