Yael-Ajax se fijó a través del rabillo del ojo, que al lado de Camil se encontraba alguien que vestía prácticamente idéntico a él. Debía ser el híbrido de Janneth, jamás antes le había visto, pero por la formalidad y selectividad de aquella celebración, los tres debían estar presentes, cercanos a sus "dueños" y en su caso, cercano a su señor y acompañándolo en todo momento.

Tal y como Yxo le había explicado la semana pasada.

Lo que no tenía conciencia era del papel o la situación en la que Camil debía encontrase en cada momento, no debía centrarse en eso, pero tenía curiosidad, porque después de la salutación y el inicio formal de la celebración, perdió de vista tanto a Camil, como al otro chico que estaba junto a ellos, al contrario de ello, tenía a Janneth y a Yxo todo el tiempo en su vista, como debía ser. Notó también en las conversaciones (las cuales le retorcían las tripas) que las mezclas no eran más que objetos y posesiones que se vendían sin valor, algunos de ellos jugaban con sus labios de forma morbosa aun sin ser de su pertenencia, con descaro. No dejaba de mirar la expresión de Yxo, pero no distinguía nada, era una máscara, hablaba con neutralidad, y no parecía preocupado por dónde podría estar Camil, parecía saberlo a la perfección, pero como no era su jurisdicción, como así decirlo, no tenía derecho a saberlo, mucho menos preguntarlo. Debía ser ignorante en ese sentido, porque sería más feliz, o tal vez no lo necesitara saber, porque no era algo que se pudiera permitir saber. Todo porque no tenía el estatus necesario para exigir esa información. Sentía su cuerpo estremecerse y temblar ligeramente al plantear la idea de una situación en la que Camil pudiera estar en peligro.

- Yael...- lo llamó repentinamente.- Olemos el miedo, no sé qué sea lo que estés pensando, pero tranquilízate.- advirtió y ordenó suavizando el tono para hacerlo sonar como una caricia de una pluma.

- Disculpa. Estaba pensando en una incoherencia inoportuna.

No dijo nada respecto a ello, solo asintió con la cabeza y volvió a aconsejarle que estuviera tranquilo frente a los invitados.

El problema que tenía es que su mente solo se preocupaba más por la localización de Camil. Así que tuvo que tomar aire, suspirar, y así como soltaba el aire, sus pensamientos respecto al bienestar de Camil también se disiparon, después de todo, él estaría bien, no tenía que preocuparse exageradamente, por su forma de ser, seguramente estaría charlando animosamente con el resto de "niños" de la sala, que por cierto, tampoco estaban, y había notado la ausencia de varios vampiros que durante la celebración había visto. Entrecerró los ojos ligeramente... ¿Por qué la gente desaparecía repentinamente si la celebración aún tenía cuerda hasta la madrugada? Tal vez habían ido al baño, o a una sala de entrevistas, o tal vez simplemente se estuvieran paseando por la sede acompañados de los líderes o de este mismo. Giró los ojos hacia Yxo, él estaba tranquilo, neutral y tan expresivamente elegante como siempre, todo estaba bien.

- A partir de las dos de la mañana, irás a tu cuarto, las celebraciones suelen alargarse hasta el amanecer, no es necesario que te aguantes de pie y bostezando.

- Puedo aguantar hasta las cuatro sin bostezar, a partir de ahí los bostezos salen inconscientes.

- Entonces a partir de esa hora irás a dormir, no te preocupes por no pasar junto a mi toda la celebración.- asintió con la cabeza.

El hecho de que los vampiros de la élite hablaran solo con Yxo hacía que él solo fuera un oyente culpable, pues sentía que estaba cotilleando una conversación en la cual no tenía voz para hablar, después de todo, los vampiros con los que se relacionaban parecían tener tanto poder, estatus y eran tan amenazantes que parecían una manada de opresores, pandilleros o barriobajeros intimidando a un pobre niño que no sentía miedo o los encaraba. Hacía esa comparación porque Yxo hablaba con fluidez, educación, solemnidad, relajación... Ellos eran toscos, rancios, bruscos, secos... Era un paralelismo extraño, las élites eran arrogantes, secas, rancias, no se mezclaban con gente de menor grado, tampoco de mayor grado porque se sienten humillados y los de mayor estatus no se relacionan con ellos, pero todos aspiran a pisotear a los vampiros más débiles para posicionarse encima de ellos.

Los humanos funcionaban igual en ese sentido. Entre ellos se pisaban para tener el derecho de poder hablar con un vampiro (que asimismo también está peleando por subir en la jerarquía, pues está en el eslabón más bajo) que actuase como cadena entre ellos y los vampiros. Así mismo, con las élites, claro.

No era difícil entender a las élites, y tampoco era difícil aborrecer el sistema, pero no podía cambiarlo. No tenía el poder de hacerlo y los que lo tenían, no lo cambiaban porque les favorecía. Troy Toynnie, aunque era alguien con un gran poder e influencia, siendo el dueño del banco de sangre, aún no era quien más estatus tenía en el mundo vampírico, después de todo compartía ese estatus con diferentes familias que dominaban otros campos primordiales para los vampiros. Aprender a leer era una ventaja para él, sus padres, Jacob y Aaron, no sabían, pero no por eso eran ignorantes, solo se hacían los indiferentes y afrontaban la vida con otra filosofía. Él, que había tenido la fortuna de aprender a leer al ser hijo único, descubrió cosas horribles y deseó ser como sus padres: indiferente ante la vida.

Había leído cosas terribles, cosas que mantenían a los vampiros en el más alto estatus y siendo grandes linajes poderosos que dominaban a través de una jerarquía estamental profundamente diferencial a los diferentes grupos de vampiros o humanos más bajos que ellos.

- Es extraño que un humano tenga tanto estatus, ¿Seguro que no es un híbrido?- sus oídos percibieron aquellas palabras entre los murmullos de la muchedumbre y las risas arrogantes de las vampiras, aquel ronroneo de murmullos le recordaba y lo llevaba de vuelta a la nostalgia del banco de sangre.

- No puede ser un híbrido, es demasiado mayor, además, mira su vestuario, es el sirviente personal.

- Precisamente por eso lo digo, los humanos no tienen el derecho de tener tanto poder... ¿Cuál será su función al lado del heredero?

- Tal vez el heredero tenga gustos peculiares y haya hecho traer a un humano al azar para satisfacerse a sí mismo.- la segunda voz se rió con una carcajada, los ojos del humano se dispararon hacia los de Yxo, su mandíbula estaba tensa, las estaba escuchando, no parecía estarle gustando lo que oía y no le sorprendía la verdad...

- Él es Yxo-Ajax, señoras ¿Cómo no lo reconocieron?...- informó una tercera vampira involucrándose en la conversación.- Era el mejor trabajador del banco de sangre y gracias a un apoyo económico muy grande por parte de las élites, convencimos a Toynnie de que lo trajera a la sede para engendrarnos nuevos tanques, pero parecen estar dándole otra función, eso es lo decepcionante de que esté aquí...

- ¿De verdad?- dijo la segunda.- Cielos, debemos presionar a Toynnie, ese chico debe dar unos híbridos geniales con ese cuerpo tan esbelto y atlético...

Yael-Ajax miró con pánico en su expresión a Yxo. Aunque no lo encontró. Giró su vista para encontrarlo dirigiéndose directamente a las vampiresas que estaban cuchicheando y que al verlo acercarse, hicieron silencio o tal vez cambiaron de tema de forma improvisada. Después de decirles un par de cosas, las fulminó con la mirada y volvió a acercarse a él para dirigirse a otra zona de la sede.

- No es la primera vez que hablan así de mí, por eso no me enfado, me enfado por sus caprichos insufribles y egoístas...- comentó y respondió a la pregunta silenciosa que hizo con la mirada al verlo caminar hacia un pasillo que dirigía a otra sala en la que muchos vampiros se encontraban.

El fuerte olor a sangre le hizo saber que las copas contenían ese líquido.

- Me costó convencer a mi padre para que no estuvieras aquí para eso...- rebufó cuando todavía no se habían acercado al resto de vampiros.- Considero que eres más útil de esta manera.

- En realidad, no hago nada, solo te sigo de lado a lado.

- ¿Y qué crees que harías si simplemente te dedicaras a engendrar?- lo vio apretar los dientes, su mandíbula se había puesto tensa, suspiró para relajarse.- Ambos sabemos que no quieres hacer eso, y convencer a mi padre fue algo complicado, después de todo, aquellos empleados que son ovacionados por muchos vampiros de élite, acaban yendo a la sede de sus jefes para crear híbridos. Logré convencerle especialmente porque eres hombre. Da gracias a eso.

- ¿Hay alguna complicación?

- Solo facilidades para ti en realidad, si hubieras sido una mujer no hubiera sido capaz de detenerlo.- bufó.- No digo que todas las mujeres que han sido seleccionadas antes han sido usadas de la misma manera, pero si muchas de ellas.

- Me revuelve el estómago pensar. . .- la mirada de Yxo lo frenó en seco antes de seguir hablando.- Perdón.

- Tengo curiosidad por tu psicología... No hagas muchas preguntas al respecto, ni indagues o niegues hablar de ese tema... Podrían mirarte más interesados en tu ingenuidad o ignorancia que en tus dotes de inteligencia.

No dijo nada más.

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Diablos, este capítulo pasa de ser una pregunta constante de: "¿Dónde está el niño con gafas rosas?" a "¿Literalmente estos dos van a acabar follando, verdad?".

Me gusta como avanza la psicología de los personajes, quiero decir, considero que cuando un personaje avanza psicológicamente hablando pero sin ser un cambio brusco y prácticamente bipolar o forzado, la historia es buena...

No me estoy tirando flores encima, al contrario, estoy elogiando grandes historias que he sido capaz de leer, algunas como las de: "Yumustdie", la verdad, adoro como la psicología de sus personajes avanza conforme vas leyendo los capítulos... <3

Aquí las opiniones ----------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

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