Si hubiera seguido siendo humano, ya tendría cuarenta años (después de todo, habían pasado casi veinte años desde que empezó a trabajar en la sede), y viendo que poco a poco sus padres le quedaban para ya no poder dedicarse al trabajo, sentía que era obligación suya seguir cuidando de ellos, pero no simplemente siendo un buen trabajador, no; sentía que literalmente tenía que cuidar de ellos, sentía que en cualquier momento iba a perderlos...

Y la angustia consumía su interior.

Sin saber realmente cual era el epicentro o porque se sentía así cuando pensaba que perdería a sus padres... tal vez era un sentimiento de emergente soledad. ¿El sentimiento de tener que enfrentar la vida él solo...? No estaba seguro...

- Entonces... ¿Lo que realmente te gustaría es que tus padres tuvieran un nieto antes de que fallezcan?- el cuerpo del castaño se estremeció al escuchar aquellas palabras.

- N-No sé si eso les haría sentir mejor o peor, la verdad...- confesó notando como el otro rodaba en el colchón y se acercaba para apoyar sus manos sobre el pecho del otro, ambos acostados en la cama, sin realmente necesidad de dormir, simplemente en ese momento, los dos allí, arropados, tranquilos; y no creo que sea necesario que diga que estuvieron haciendo si estaban en paños menores.- Pero siento que algo falta...

- Tal vez sea eso...

- Tal vez sea que tengo miedo a perderlos... El tiempo ha pasado demasiado rápido... no pensé que la perspectiva de un vampiro sobre el tiempo funcionara así...- suspiró con agobio.

Yxo se acercó y lo besó para tranquilizarlo.

- Nosotros no solemos tener conciencia de eso, no es hasta que no estamos cara a cara con un humano que nos sirve directamente o con quién tenemos un íntimo y estrecho lazo...- sonrió un poco acariciando sus pómulos.- Empecé a tomar consciencia del tiempo cuando empezaste a trabajar aquí. El tiempo pasaba más lento de alguna forma...

- ¿No te sentías así con Camil?

- No, realmente no fue hasta que llegaste tú.- sonrió un poco y rozó su nariz con la del otro, un beso esquimal.- Hablaré con mis padres, tal vez se sorprendan de querer tener un hijo antes de que ellos me dejen el control...- Yael sonrió un poco y acarició su mejilla, acomodando el mechón que tapaba su ojo detrás de su oreja.

- No quiero precipitar el orden de las cosas simplemente por haber sido un humano...

- No te preocupes...- le sonrió.- A Camil seguramente le encante ver a alguien joven por aquí... Al igual que a mí...- Yael se rio un poco.- Apenas recuerdo a mi hermana cómo niña...- bromeó apoyándose en su pecho, se acurrucó.- La próxima luna llena teñida... tal vez sea en un par de meses.- levantó la cabeza.- ¿Alguna luna en particular que te guste?

- No me importa...- negó con la cabeza.- No quiero ninguna luna en específico, todas me gustan...- negó.

Yxo se rio.

- Si no te importa, tampoco a mí...- se encogió de hombros y se acercó para besarlo.

...

...

...

Suspiró sentado en el sofá, había avisado a sus padres porque necesitaba hablar con ellos. Esperaba pacientemente a que sus padres llegasen del campo, y durante esa espera, hablaba con su madre. No quería adelantarle información, más que nada, quería que la sorpresa fuera para todos.

Y no esperaba que sus padres reaccionaran casi con un paro cardíaco, literalmente escuchó como sus corazones se detenían por un segundo antes de seguir su curso habitual.

- ¿Un hijo?- repitió Aarón como si no lo hubiera escuchado, Jacob estaba parcialmente en shock y parcialmente de acuerdo con lo que Aarón preguntó...

A su madre le salía el alma de su boca... parpadeó lentamente y suspiró.

- Sí... Yxo y yo hemos pensado tener un hijo en la próxima luna llena, sus padres están de acuerdo y Camil encantado de que vaya a haber un crío correteando por la sede.- parecía que poco a poco iban procesando la información.- Quería avisaros, porque algún día vendré con Yxo para que conozcáis a... vuestro nieto, sí...

- Hmph...- Keera sonrió un poco y acarició los cabellos de su hijo.- Te nos estás haciendo grande...

- Técnicamente tengo cuarenta, mamá...- rodó los ojos avergonzado.- En todo caso ya voy tarde.- bromeó.

- Sigues teniendo apariencia de veinticinco, cariño...- Yael-Ajax sonrió desganado.- Sigues siendo mi bebé...

- Nuestro.

- Eso.

Keera miró mal a los otros dos. Estos hicieron silencio y carraspearon apartando la mirada, después volvió a mirar a su hijo y tomó sus pómulos con las dos manos, le sonrió y besó su frente.

- Estaremos encantados de conocer a nuestro nieto...- Yael sonrió un poco y abrazó a su madre.

...

El momento de ver cómo anochecía y una luna espectacularmente grande energía por el horizonte puso los pelos de punta del castaño claro, tanto disparó sus nervios y sabía que no eran los únicos, pues Yxo también estaba avergonzado... El proceso debía ser íntimo, únicamente los padres debían permanecer en la habitación, eso los dejaba solos, a la aventura, sin saber si lo que hacían estaba bien o no, simplemente guiados por los instintos. A ninguno de los dos le importaba de qué color se teñiría la luna aquella vez, no les importaba el color de los ojos de su hijo, no les importaba eso; simplemente que estuviera sano. Cuando la luna llegó a su punto más alto, un corte vertical en sus palmas daba inicio a aquel ritual. El escozor era inmenso, ambos debían estar agazapados, delante de aquella zona con agua, aquella piscina diminuta respecto a la profundidad, apenas llegaba a sus tobillos el agua, pero no debían estar dentro de la misma, pues era sagrada...

Yxo nació en aquellas aguas...

Yael-Ajax inició su vida como vampiro en aquellas aguas...

Su hijo nacería de aquellas aguas...

Y el ciclo seguiría hasta la destrucción del mundo, hasta el fin de todos los tiempos...

La luna se tiñó y al mismo tiempo, empezó a desaparecer, lo cual dejó a ambos en shock... un eclipse de luna roja...

Las gotas de la sangre de ambos vampiros salpicaron el agua y estas mismas de disolvieron con la presencia del agua, ambos debían tener sus manos entrelazadas, extendidas sobre el agua, y cada gota que caía, era la culminación de ambos, era la mezcla de ambos... En el momento en el que el eclipse total cubrió el cielo, los contornos de la luna brillaron y una fuerte racha de aire, parecía un torbellino, empezó a mover las aguas violentamente. Ambos acabaron por cerrar los ojos y acercarse mutuamente por la violencia del viento. Y cuando este se calmó, ambos abrieron los ojos, sus manos estaban completamente curadas, la herida que ambos hicieron había desaparecido... no quedaba nada de ella... En el agua, en medio del agua y bajo la luz de la luna que aún brillaba, pero su eclipse poco a poco desaparecía y todo volvía a la calma, se encontraron con la sorpresa de que, gracias a la luna, tal vez por magia, Yael-Ajax no sabía darle explicación, pero había una niña, una niña de unos cinco años. Su cabello tenían una tonalidad castaña algo rojiza, más rojizo que el castaño de Yael... más castaño que el rojizo de Yxo...

Se encontraba algo desorientada, miraba la estructura de la habitación con curiosidad, hasta que sus ojos se cruzaron... Unos hermosos ojos Hazel que cautivaban a cualquiera con solo una mirada. La curiosidad que ya de por sí había en sus ojos se volvió más presente todavía, lentamente, se acercó con timidez. La desnudez natural de un recién nacido fue cubierta por una capa larga hasta sus rodillas que previamente había sido preparada.

El latido de Yael-Ajax estaba disparado, no dejaba de latir, y no solo era por la mezcla de miedo, adrenalina y felicidad; sino por el recién sentimiento de que a partir de ese momento... era responsable de la vida de aquella niña, de aquella niña que miraba a ambos con curiosidad, pero sabiendo que ellos eran sus padres, tal vez por instinto, tal vez porque no había nadie más en la sala, tal vez porque Yxo fue el primero en actuar y abrazarla. Yael se sumó a aquella acción.

...

Abigail era un nombre hermoso...

Perfecto para ella...

...

Yael-Ajax sabía que el nacimiento de los vampiros no empezaba con el nacimiento natural de los humanos, tampoco el nacimiento natural de los vampiros ajenos a la élite... y aunque era cierto que nacer con cinco años hacía que gran parte de la infancia se perdiera, dejaba abierta la puerta de que el lenguaje, las costumbres y todo aquella que se aprendía desde el nacimiento hasta los cinco años, era como una esponja que automáticamente absorbía aquella información. En poco más de dos semanas aprendió hablar, en poco más de un mes, ya se conocía toda la sede, en poco más de un mes y medio, Abigail vivía su vida como la nueva marquesa de la sede, generalmente bajo el intenso cuidado y mimo de Yxo, exceptuando las celebraciones, momento en el que lo pasaba todo el tiempo en los brazos de Yael-Ajax y no se soltaba hasta que la congestión de gente desaparecía.

Evidentemente, mucho antes de que la joven ignorase por completo el significado de los humanos como simples trabajadores inferiores, ambos la hicieron darse cuenta de que los humanos no eran esa simple etiqueta, más bien, ella era muy cercana a los humanos por la sangre de su padre Yael...

Keera y Abigail no tardaron en congeniar a la perfección. Las primeras veces, Abigail sentía algo de intimidación por parte de Aarón, pero con el tiempo, ambos se hicieron extremadamente unidos hasta el punto de que siempre estaba en sus brazos y ambos siempre estaban ingeniándoselas para sacar de quicio a Jacob con las bromas. Aunque claro, con Jacob también tenía esa relación de amor-fastidio, es decir, le quería mucho, y también le gustaba mucho gastarle alguna que otra broma en la que en más de una ocasión el causante o el creador de aquellas jugadas no era más que Aarón.

Cuando Abigail se enteró de que sus abuelos fallecieron, tomó conciencia del tiempo de los humanos y lo frágiles que eran. Yael-Ajax estuvo muy sensible al menos durante dos o tres años, tiempo en el que tanto Yxo como Abigail le dieron un grandísimo apoyo incondicional para que no estuviera triste y nada más que pensando en sus padres. El recuerdo siempre estaba ahí, y estaría ahí, no solo en las visitas que frecuentemente Yael y Abigail hacían a la tumba, sino que estaría presente porque ambos eran conscientes de lo que realmente era el tiempo... Yael-Ajax por haber sido un humano... Abigail por su íntima interacción con sus abuelos.

Formando una espiral de respeto hacia los humanos, en los que las visitas a la tumba se alargarían por siglos y siglos, hasta que sería Abigail la que iría sola a ver la tumba de sus abuelos, posteriormente con sus hijos... Y estos siguieron la tradición que su madre les había inculcado...

Tomando consciencia... del tiempo... de la vida... y la fragilidad de la misma...

Tomando consciencia, que mientras ellos tomaban sangre de calidad selecta... muchos otros no tenían que llevarse a la boca... independientemente de si eran humanos o vampiros...

Independientemente de si era alguien cercano o lejano...

Tomaron conciencia de que su familia vivió y si vivió, fue gracias a una distorsión que ocasionó un romance entre un humano que trabajaba en el banco de sangre y un vampiro de la élite...

FIN

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Bien... Y ahora... Ya puedo gritar de la felicidad, porque sí, POR FIN, hemos terminado con esta historia...

DIOS... que emoción tenía porque llegaseis hasta esta parte...

Aquí las opiniones de esta capítulo ---------->

Aquí las opiniones de la historia completa ------------>

JAHDJAKSDHWF

Dios, que ganas tenía de descontrolarme y escribir convulsiones en medio de la nada, simplemente por la felicidad de haberme controlado durante toda la historia, intentando decir lo menos posible.

AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

En fin...

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en una próxima historia.

Bye~

By Silvia Line

[2023 Palabras]