❛Ayer tuve un amor que hoy me abandonó.❜

Su cabello rojizo era sostenido por Julieta y Pepa al momento de inclinarse sobre el inodoro para vomitar el desayuno. La curandera de los Madrigal le daba algunas palmadas en la espalda y Pepa ataba su cabello en una coleta para que no se ensuciara.

—¿Ya te sientes mejor?— Preguntó Julieta.

—S-sí, sí— _____ inhaló profundamente y exhaló —Muchas gracias, a las dos.— Les sonrió debilmente.

—Deberíamos llamar al doctor para que venga a revisarte. A los dos.— Se corrigió Pepa —Vomitas más de lo que Julieta y yo lo hacíamos.—

_____ negó un par de veces, levantandose lentamente del suelo.

—N-no quiero causar molestias— Suspiró —Ya han hecho mucho por mí, enserio.—

Una de las cosas que le afectó a la mayor desde que Bruno se fué, fue su embarazo. Sólo tenía un par de semanas desde que Bruno desapareció pero el tiempo había pasado y ahora tenía 3 meses, fuera de la dicha que sintió al enterarse, se había empezado a deprimir al pensar que Bruno lo sabía y que por ello se había ido.

—Ya lo hablamos, ______sita— Julieta le dio una arepa para aliviar sus mareos —Te vamos a cuidar, a tí y al bebé.—

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—Hoy se cumplen tres meses, Bruno Madrigal.— Habló al viento, sentada frente a la ventana de la habitación.

La mayor había dejado de quedarse en el cuarto de Bruno, y ahora compartía habitación con la pequeña Mirabel. Había optado por dejar el cuarto debido al dolor que sentía por su ausencia. Pero a manera de desahogo narraba lo que vivía al aire, cómo en estos momentos.

—Está empezando a patear desde hace unos días— Tocó su vientre suavemente —Mirabel quiere tejerle ropa, me ha pedido que le enseñe a hacerlo.—

Sin esperarlo, lágrimas amargas empezaron a salir de sus ojos.

—Bruno— Llamó a la nada —Espero que no te hayas ido por este bebé.—

Su llanto invadió la habitación al poco tiempo, llegando a cubrir su rostro por las lagrimas que salían sin control.

Oh, Bruno. ¿Cuando volvería?