¿Cómo supo mi nombre? ¿Escuchó nuestra conversación? No podría estar tan cerca. Lo vería, lo sentiría.De repente Baek me agarró la mano interrumpiendo mis pensamientos.

ㅡ Vamos, no vas a llegar a ese baño.

Cuando volvimos a la mesa, había otra botella en el mostrador de cristal.

ㅡ Bueno, bueno, cariño, puedo ver que hoy no es mi cumpleaños,sino el tuyo. ㅡ Me reí.

ㅡ Pensé que lo habías pedido tu -dijo un sorprendido Jongin ㅡ Ya he pagado por ello si quieres seguir adelante.

Miré por el club. Sabía que la botella no estaba aquí por casualidad, talvez él tenía que ver con esto.

ㅡ Probablemente es un regalo del restaurante. Después de semejante coro, supongo que no podrían haber hecho otra cosa ㅡ dijo Baek y se rió.

ㅡ Ya que está aquí, tomemos un trago.

Hasta el final de la botella me retorcía ansiosamente en el sofá, preguntándome quién era el hombre vestido de negro y por qué me miraba así, y cómo sabía mi nombre.

Pasamos el resto de la noche en una peregrinación de club a club. Regresamos al hotel cuando amaneció. Un terrible dolor de cabeza me despertó.Saqué el resto de mis fuerzas de la cama y fui al baño a tomar unos analgesicos. Jongin no estaba, el dolor de cabeza había disminuido, y desde detrás de la ventana abierta se escuchaban sonidos de diversión en la piscina. Me dí una ducha rápida, salté en mi traje y después de media hora estaba listo para la playa. Baek y Chanyeol estaban sorbiendo una botella de vino frío, tumbados junto a la piscina.

ㅡ La cura ㅡ dijo Chanyeol, dándome un vaso de plástico. ㅡ Siento lo del plástico, pero ya conoces las reglas.

ㅡ ¿Has visto a Jongin? Me desperté y se había ido.

ㅡ Estaba trabajando en el vestíbulo del hotel, el Internet es demasiado débil en las habitaciónes ㅡ explicó Baek.

Pasé el resto del día solo en compañía de los prometidos abrazados. De vez en cuando Chanyeol interrumpía el momento de amor con un: "¡Qué trasero!", solo para molestar a Baekyun.

ㅡ ¿Quizás deberíamos almorzar? ㅡ Preguntó Chanyeol ㅡ Voy a buscar a Jongin, que aburrido debe de estar sentado y mirando el monitor.

Se levantó de la tumbona, se puso la camiseta y se dirigió hacia la entrada del hotel.

ㅡ A veces me canso de él. ㅡ Me volví hacia Baek, y el me miró con grandes ojos. ㅡ Nunca seré lo más importante para el.

>> Para mí Jongin es más importante que el trabajo y que los amigos.Tengo la impresión de que está conmigo, porque no hay nada mejor que hacer y está muy cómodo. Es un poco como tener un perro cuando quieres, lo acaricias, cuando te apetece, juegas con él, pero cuando no te apetece tener un perro, lo mantienes alejado, porque él es para ti, no tú para él. Jeongin habla con sus amigos en Facebook más a menudo de lo que habla conmigo en casa, sin mencionar que no me toca seguido.

Baek se giró hacia un lado y se apoyó en su codo.

ㅡ Sabes, Jimin, es así en las relaciones, el deseo se desvanece con el tiempo.

ㅡ Pero no después de un año y medio.¿Acaso hay algo malo en mí? ¿Es malo querer follar con mi novio?

Baek rompió a reírse de su sofá y me tiró de la mano.

ㅡ Supongo que necesitamos un trago, porque no vas a cambiar nada por preocuparte. ¡Mira dónde estamos! Es divino el lugar, y tú eres muy guapo y sexy. Recuerda, si no es el indicado,solo dejalo. Vamos.

Me puse mi camiseta blanca y seguí a Baek hasta el bar del vestíbulo. Mi compañero fue a la habitación para dejar la bolsa y parecer una situación de almuerzo, porque no encontramos a nuestros compañeros en el vestíbulo. Fui al bar y llamé al cantinero. Pedí dos vasos de una bebida fría. Oh sí, definitivamente lo necesitaba.

ㅡ ¿Eso es todo?ㅡ Escuché la voz de un hombre detrás de mí.ㅡPensé que tu paladar era experimentado.

Me di la vuelta y me quedé inmóvil. Estaba parado frente a mí otra vez. Hoy no puedo decir que es el chico de negro. Llevaba pantalones de lino en

blanco roto y una camisa ligeramente estirada que combinaba perfectamente con su piel bronceada.

Se quitó las gafas de la nariz y me atravesó con sus ojos helados otra vez. Se dirigió al barman, quien desde su aparición en el bar me ignoró por completo, quedándose de pie y esperando la orden de mi perseguidor.Escondido detrás de los ojos oscuros, fui extremadamente valiente, extremadamente enojado y extremadamente explorador ese día.

ㅡ ¿Por qué tengo la irresistible impresión de que me estás siguiendo?ㅡ Pregunté con las manos en el pecho.

Levantó su mano derecha y lentamente deslizó mis gafas para ver mis ojos. Sentí como si alguien hubiera tomado mi escudo, que era mi protección.

ㅡ No es una impresión ㅡ dijo mirándome profundamente a los ojos. ㅡ Tampoco es una coincidencia. Feliz veintinueve cumpleaños Jimin. Que el año que viene sea el mejor de tu vida.ㅡ Me susurró y me besó suavemente en la mejilla.

Estaba tan confundido que no podía sacarme ninguna palabra de la garganta. ¿Cómo supo cuántos años tenía yo? ¿Y cómo diablos me encontró al otro lado de la ciudad? La voz del barman me sacó de mi mente; le di la espalda. Puso delante de mí una botella de vino y una pequeña magdalena de color rojo, sobre la que había una vela encendida.

ㅡ ¡Mierda!ㅡ dije después de notar que el pelinegro literalmente se disolvió en el aire.

ㅡ El clima esta hermoso,no crees ㅡ dijo Baek llegando a la barra. ㅡ Deme una copa de vino,no, mejor deme una botella de champánㅡ le dijo al Barman.

Me encogí de hombros en respuesta y mire nerviosamente por el pasillo en busca del pelinegro, pero se había esfumado.Saqué mi tarjeta de crédito y se la di al camarero,pero se negó a aceptar el pago alegando que la factura ya estaba pagada.

Baekyun le dio una sonrisa radiante, agarró la hielera con la botella y se

dirigió a la piscina. Soplé la vela que aún estaba encendida en el pastel y lo seguí. Estaba enojado, desorientado e intrigado. En mi cabeza nacieron diferentes escenarios que describían quién era el hombre misterioso. Lo

primero que me dijo mi cerebro fue la teoría de que era un acosador pervertido. Sin embargo, no estaba del todo de acuerdo, ya que con su imagen tan galante podría resultar alreves.

Otra teoría natural era que él era el gerente del restaurante donde estábamos. ¿Pero qué estaba haciendo en el hotel?.Giré la cabeza,¿Qué me importa? Pensé, sorbiendo. Debe haber sido una absoluta coincidencia, y yo sólo estaba pensando tonterías.Cuando vaciamos la botella, nuestros caballeros recién aparecieron. Estaba de mal humor por el champán.

ㅡ Entonces, ¿almorzamos?ㅡ Jongin preguntó con satisfacción.

Tenía mucho champán en la cabeza, de hoy y de ayer. Estaba furioso por su descuido y no aguanté más, disparé:

ㅡ ¡Jongin, joder! ¿Es mi cumpleaños, y desapareces durante todo el día, no te importa lo que hago o cómo me siento, y ahora apareces como sin nada y preguntas sobre el almuerzo?.¡Ya he tenido suficiente!

>>Basta con el hecho de que siempre es como tú quieres, que siempre eres

el que dice cómo debe ser, y que yo nunca soy lo más importante, en

cualquier situación. Y el almuerzo fue hace unas horas, ¡ahora es más bien la hora de la cena!

Agarré mi polera y corrí hacia la puerta del hotel. Corrí a través del vestíbulo y me encontré en la calle. Podía sentir un chorro de

lágrimas bajar por mis mejillas.

Las calles parecían pintorescas. A lo largo de la acera, había árboles cubiertos de flores, los edificios eran hermosos y bien mantenidos.El sol se estaba poniendo naranja, y yo seguía caminando. Cuando mi primer enojo pasó, sentí cuánto me dolían las piernas. En el callejón vi un pequeño café y me acerqué a ordenar algo.

Estuve tomando mucho licor mientras miraba fijamente al mar hasta que oscureció. No podía levantarme de la silla después de tanto alcohol, pero mientras tanto ordene algo para comer.Minutos mas tarde me sentí listo para regresar y enfrentar lo que había dejado atrás.

La noche estaba caliente, estaba borracho, mi cumpleaños había terminado y en general todo estaba mal. Me di la vuelta cuando la acera

terminó y me di cuenta de que no sabía dónde estaba. Maldición, yo y mi orientación. Miré alrededor y todo lo que vi fueron las deslumbrantes

luces de los coches que antes había visto.

(...)

Cuando abrí los ojos miré la habitación y me di cuenta de que no tenía ni idea de dónde estaba. Estaba acostado en una cama enorme, iluminada sólo por la luz de una lámpara. Me dolía la cabeza y quería vomitar. ¿Qué diablos pasó? ¿Dónde estoy? Intenté levantarme,pero estaba completamente impotente, como si pesara una tonelada,incluso mi cabeza no quería ser levantada de la almohada.Esperé un rato hasta que dejé de sentir mareos en mi cabeza.

Noté una lámpara de cabecera junto a la cama. Cuando su luz inundó la habitación, me di cuenta de que el lugar en el que me encontraba era probablemente bastante antiguo y completamente desconocido para mí.Los marcos de las ventanas eran enormes y estaban ricamente decorados, frente a la pesada cama de madera había una gigantesca chimenea de piedra. La habitación era cálida, elegante y muy típica.Me acerqué a la ventana y después de un rato salí al balcón, desde el cual había una vista impresionante del jardín.

—Es genial que ya no estés durmiendo.ㅡMe congelé hasta la muerte y mi corazón se fue a la garganta.

Me di la vuelta y vi a un joven. Su acento en Satori, era innegable. No era muy alto, tenía pelo largo y de color azulino, delicados rasgos faciales y labios gigantes. Se podría decir que era un niño bonito. Perfectamente e impecablemente vestido con un traje elegante, todavía parecía un adolescente.

—¡¿Dónde estoy y por qué?!— Me puse furioso, yendo hacia el hombre.

—Por favor, refrésquese. Volveré pronto a por ti, entonces lo averiguarás todo—dijo y desapareció, cerrando la puerta tras él.

Intenté abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave o el tipo tenía una llave y la usó. Lo maldije. Me sentí impotente.Había otra puerta junto a la chimenea. Encendí la luz y un baño fenomenal apareció ante mis ojos. En el centro había una enorme bañera,en un rincón había un tocador, al lado había un gran lavabo con un espejo, en el otro extremo vi una enorme ducha.El baño era del tamaño de todo el apartamento de Jongin, donde vivíamos juntos.

Jongin ... debe estar preocupado. O tal vez no, tal vez está feliz de que nadie finalmente lo moleste con su presencia. Me sentí abrumado por la ira otra vez, esta vez combinada con el miedo causado por la situación en la que me encontraba.Me quité la ropa y me duché, cogí una bata blanca y gruesa de la percha y pensé que me había refrescado.Cuando estaba explorando la habitación en la que me desperté,buscando una pista de dónde podría estar, la puerta del dormitorio se abrió.

Una vez más,el joven estaba allí, y me mostró el camino con un gesto poderoso.Estábamos atravesando un laberinto de pasillos hasta que el hombre se acercó a una puerta y la abrió. Cuando crucé el umbral, me encerró en el medio, no entrando conmigo. La habitación era probablemente una biblioteca, las paredes estaban cubiertas de estantes con libros y pinturas en pesados marcos demadera.

—Siéntese, por favor. Reaccionaste mal al sedante, no vi que tuvieras problemas de corazón —oí una voz masculina y vi una figura parada en el balcón de espaldas a mí.Ni siquiera me moví.—Jimin, siéntate. No te lo voy a pedir de nuevo.

La cabeza me zumbaba con sangre, oí los latidos de mi corazón y pensé que estaba a punto de desmayarme. Estaba oscureciendo ante mis ojos.

—¿Por qué diablos no me escuchas?

La figura del balcón se movió en mi dirección y antes de que me deslizara por el suelo, me agarró por los hombros. Parpadeaba los ojos para captar el foco. Sentí que me plantaba en la silla y me ponía un cubito de hielo en la boca.

— Chupa esto. Has estado durmiendo durante casi dos días, el doctor tedio una intravenosa para que no te deshidrataras, pero es posible que quieras beber y tienes derecho a no sentirte bien.

Conocía esa voz y sobre todo ese acento distintivo.Abrí los ojos y entonces encontré esa mirada fría, como la de un animal. Había un hombre arrodillado delante de mí, era al que vi en el restaurante, en el hotel y... Oh, Dios, en el aeropuerto. Estaba vestido de la misma manera que el día que aterricé en Busan y me topé con la espalda de un gran guardaespaldas. Llevaba un traje negro y una camisa negra alrededor del cuello. Era elegante y muy altivo. Con furia, le escupí un cubo de hielo en la cara.

—¿Qué demonios estoy haciendo aquí? ¿Quién eres y qué derecho tienes a retenerme aquí?

Se limpió el resto del agua que había dejado el hielo de su cara, cogió el frío y transparente cubo de una gruesa alfombra y lo metió en su bebida.

—¡Contéstame, maldita sea, contesta!— Gritaba con locura hasta el límite, olvidando lo fatal que me sentía hace un momento. Cuando intenté levantarme de la silla, me agarró fuertemente por los hombros y me presionó en el lugar.

—Le dije que se sentara, no acepto la desobediencia, y no pienso tolerarla— estaba gruñendo, colgando sobre mí apoyado en los apoyabrazos.Levanté la mano en un tono abrumador y le di un golpe al hombre en su mejilla.

Sus ojos se iluminaron con furia salvaje, y me hundí en el asiento por miedo. Lentamente se levantó, se enderezó y resopló fuerte el aire. Tenía tanto miedo de lo que había hecho que decidí no comprobar dónde están los límites de su fuerza. Se dirigió hacia la chimenea, se puso delante de ella y se apoyó con ambas manos contra la pared sobre la chimenea.

—Jimin, eres tan desobediente, es extraño que no seas de Busan.

Se dio la vuelta y sus ojos seguían ardiendo. Decidí no hablar, con la esperanza de averiguar qué estoy haciendo aquí y cuánto tiempo más tardaría.De repente se abrió la puerta y el mismo joven que me trajo entró en la habitación.

—Señor Jeon— Dijo.

El pelinegro lo miró con cautela, y de repente pareció congelarse asi que se acercó.La conversación era en un Satori muy antiguo, estaba tranquilo, y el hombre que me atrapó aquí se puso de pie y escuchó. Respondió en una frase y el joven desapareció, cerrando la puerta tras él. El mas alto caminó por la habitación y luego salió al balcón. Se apoyó con ambas manos en la barandilla y repitió algo en un susurro.

Jeon ... Pensé, había escuchado rumores con ese apellido(y no precisamente buenos),pero el no es el unico Jeon en el país,pero de repente, todo empezó a encajar: la seguridad, los coches con las ventanas negras, esta casa, ninguna objeción.

—¿Jungkook..?— Dije en voz baja. —¿Se supone que debo llamarte así, o debería decir Jeon?

El hombre se dio la vuelta y se acercó a mí. La multitud de pensamientos en mi cabeza me dejó sin aliento. El miedo inundaba mi cuerpo.

—¿Crees que ahora lo entiendes todo?— Preguntó, sentándose en el sofá.

—Creo que ahora sé tu nombreㅡSonrió un poco, y parecía estar relajado.

—Me doy cuenta de que esperas una explicación. Pero no sé cómo vas a reaccionar a lo que quiero decirte, así que es mejor que tomes un trago.

Se levantó y sirvió dos copas de champán. Tomó uno, me lo dio, y del otro tomó un sorbo y se sentó en el sofá.

—Hace unos años tuve, digamos, un accidente, me dispararon varias veces. Eso es parte del riesgo de pertenecer a la familia en la que nací.Cuando estaba allí tumbado, muriendo, vi...— se detuvo y se levantó.Se acercó a la chimenea, puso un vaso y suspiró fuerte. —Lo que te voy a decir va a ser tan asombroso, que no pensé que fuera verdad hasta el día que te vi en el aeropuerto.

Miré el cuadro que cuelga sobre la chimenea.Mi vista se dirigió al lugar que él señaló. Me congelé. El retrato representaba a un chico, con exactamente mi cara. Agarré un vaso y lo apoyé hasta el fondo. Rasguñé el sabor del alcohol, pero funcionó de manera tranquilizadora, así que busqué la botella para rellenarla.

Jungkook continuó.

—Cuando mi corazón se detuvo, vi...te vi a ti. Después de semanas en el hospital, recuperé la conciencia, y luego me recuperé completamente. En cuanto pude transmitir la imagen que tenía delante de mí todo el tiempo,llamé al artista para que pintara al chico que ví en ese momento. Él te pintó.

No se podía ocultar el hecho de que era yo quien estaba en el cuadro.¿Pero cómo es posible?

—Te he buscado por todo el mundo, pero no creo que sea una gran palabra. En algún lugar de mí, había una certeza de que un día estarías ante mí. Y así sucedió.

>>Te vi en el aeropuerto, saliendo de la terminal.Estaba listo para atraparte y no volver a soltarte, pero eso hubiera sido demasiado arriesgado. Desde ese momento, mi gente te ha estado vigilando. El restaurante al que viniste, me pertenece, pero no fui yo, sino que el destino te llevó allí. Cuando estabas dentro, no pude resistirme a hablar contigo, y de nuevo, el destino te hizo aparecer detrás de una puerta en la que no deberías estar. No puedo decir que no fuera muy bueno en esto. El hotel en el que te has estado alojando también me pertenece.

En este punto, entendí de dónde venía el champán de nuestra mesa,donde la sensación constante de ser observado. Quería interrumpirlo y hacerle un millón de preguntas, pero decidí esperar lo que sucedería después.

—Tú también debes pertenecerme, Jimin.No puedo esperar mas.

—No pertenezco a nadie. No soy un objeto. No puedes tenerme sólo porque quieres. Secuestrarme y contar conmigo para que sea tuyo.—Estaba gruñendo a través de mis dientes.

—Lo sé, por eso te voy a dar la oportunidad de amarme y quedarte conmigo, quieras o no.