-¿Cómo estas amor? - Gina, la madre de Javier siempre lo espera en la entrada, ella lo agarra y comienza a llenarlo de besos mientras el intenta alejarla.

-Buenas tardes señora- la saludo.

-Hola Kendall- ella se pone de pie agarrándole la mano a Javier y extendiéndomela- Ven, tu madre llamo, pasaras la tarde con nosotros.

...

-Samanta, ya llegamos- escuchamos los pasos de Sam, la pequeña de la casa.

-Bienvenida mami-ella se pone de puntitas para poder darle un beso en la mejilla, Gina se agacha para recibirlo.

-No te olvides de saludar a los invitados- Sam se da la vuelta.

-Hola Kendall- dicho esto se queda viendo a Javier y le saca la lengua.

-Ignora a Freezer- me dice.

-¿Cómo me dijiste? - grita ella.

-Freezer- exclama y no sé muy bien si ella entiende lo que significa ese insulto, pero comienza a gritar y llorar, dejándonos medio sordos.

Después de la escena de Sam y un buen almuerzo, Gina nos sienta a ambos a hacer la tarea.

Escucho el timbre es el ocaso, sé que son mis padres, me apresuro a recoger mis cosas, Javier está tirado en la mesa creo que quemó su cerebro.

Agarro mi mochila y salgo corriendo a la entrada, me tiro a papá abrazando sus piernas, ya no puedo hacer esto con mamá por qué podría golpear su pancita.

-Hola Kendall- papá acaricia mi cabeza-gracias Gina por cuidarlo, espero que no te haya causado problemas.

-Todo bien, es un buen niño.

-¿La pasaste bien? - pregunta mi madre, asiento con una sonrisa.

-Despídete Kendall- me acerco a darle un beso a Gina, y sacudo la mano mientras me subo al auto.

-Kendall, te espero la próxima semana- grita mi amigo desde la puerta, me apresuro a abrir la ventana del auto y saco mi cabeza.

-Sí- me siento bien y me pongo el cinturón.

-¿La pasaste bien? - pregunta mamá regresando a ver desde el asiento del copiloto.

-Sí-

...

Llegamos a casa me bajo y subo corriendo a mi cuarto para cambiarme de ropa, me escondo debajo de mis cobijas esperado a que mi papa entre a mi cuarto.

-Mmm... ¿Dónde estás Kendall? - escucho que comienza a buscar- creo que estás... aquí- me agarra de los costados para hacerme cosquillas.

-Ya basta- me retuerzo de la risa, hasta que él se detiene.

-Acuéstate bien, buscaré un cuento para ti-me apresuro cumpliendo sus órdenes-¿Ya? - asiento- En tiempos remotos vivía un rey cuyo palacio estaba rodeado de un hermoso parque, donde crecía un árbol que daba manzanas de oro...- puse atención tanto como pude, pero igual me dormí antes de terminar.

En medio de la noche escucho unos ruidos, me levanto a ver qué está pasando y en la entrada me topo con papá y todo el mundo está como loco.

-Papá- lo llamo, él nota mi presencia y se agacha poniéndose a mi altura.

-Tú hermanito está por nacer- noto un brillo especial en los ojos.

-En serio- digo con mucha emoción.

-Sí; Mónica llévate a Kendall a dormir de nuevo.

Pocos días después regreso de la escuela y papá está parado fuera de la casa, corro a abrazarlo, tiene unos pequeños círculos morados debajo de los ojos, estoy muy feliz de verlo.

-Hola Kendall, bienvenido a casa- me toma de la mano- ven, tu hermanito está aquí- subimos a su cuarto, y mi mami lleva algo en los brazos, corriendo me subo en la cama.

-Mira Kendall- ella mueve sus brazos, y veo una carita en medio de las mantas- él es tu hermano, tendrás que cuidarlo mucho- comienza a moverse inquieto en sus brazos, con un dedo le pico la mejilla, y escucho un sonidito que parece hipo, y vuelve a quedarse quieto.

-¡Sí!

Vaya capítulo más largo, pero me llego la inspiración, con esto los dejo hasta la próxima semana, aun que les advierto que será igual de largo.