Capítulo 12
Pov: Ciara
—Ciara ven—Samantha se acerca a mí y toma mi mano—mi inútil hermano estaba temblando en los vestidores, así que no pude venir a verte, que bueno seguías en la entrada.
—No hay problema—conocí a Samantha hace unos días, yo me acerque a ella por qué siempre la veía sola en el aula, ella propuso venir a ver a su hermano ya que siempre los apoya en los partidos—pero espero no te moleste que haya traído a mi hermano—le digo a medio camino por qué al parecer no lo vió, ella se gira y me suelta—Mamá me dijo que podía salir si lo traía—Elián sigue parado en la entrada con las manos en los bolsillos, lo llamo y se acerca.
—Lo lamento mucho—ella se inclina ligeramente y lo mira a los ojos.
—Está bien, vamos a sentarnos pronto acabarán el calentamiento.
Elián nos pasa y se sienta un poco más allá, Sam me mira preocupada.
—Tranquila, es malhumorado de naturaleza, ya se le pasará cuando comience el partido— ahora yo tomo su mano y la siento junto a mí.
El partido comienza en cuanto ambos equipos se ubican—Ese es mi hermano— Sam apunta a un chico con el número cinco— es el capitán del equipo— dice orgullosa.
Suena el silvato y el partido comienza, la escuela rival gana el salto inicial, comienza el ataque, y encestan el primer aro.
—Vaya eso fue rápido—comenta mi hermano, el dos toma el balón y se lo pasa al once, que comienza a avanzar logra pasar la media cancha cuando realiza un pase a las manos del cinco, pero se le resbala el balón de las manos, saque para el equipo rival, todos bajan de nuevo, el ataque comienza atacan por el lado del once y el cinco que no logran detenerlos, anotando dos puntos más.
Comienza de nuevo el ataque de nuestro equipo, el once se la pasa al diez el cual avanza, pasan de nuevo media cancha y le realiza el pase al cinco, que toma la pelota que ataca sin su equipo provocando que le quiten el balón y puedan contraatacar anotando de nuevo.
Así una y otra vez nuestro equipo intentó atacar, hasta que tocó el sirena del receso 21-3 así termina el primer encuentro, el único lanzamiento exitoso fue un triple del diez.
Regreso a ver a Sam que tiene el dedo pulgar en la boca—Y el cinco es el capitán—escucho murmurar a mi hermano.
Veo como se retiran de la cancha todos los jugadores de nuestro equipo tienen la cabeza baja, incluyendo al capitán.
Veo como el jugador siete se levanta de su asiento y lo toma por los costados de la camiseta al hermano de Sam diciéndole algo con evidente enojo, lo empuja de costado haciéndolo tropezar y se acerca al entrenador, el accede, ambos se acercan al árbitro.
Toca el silvato del siguiente tiempo, veo que esta vez ingresa el siete en lugar del once.
Nuestro equipo tiene el primer movimiento,
El diez toma el balón y se la pasa al dos que comienza a avanzar, pasan la media cancha y todos los demás suben buscando una entrada pero la defensa es muy buena hasta que el siete logra ingresar anotando.
El partido sigue avanzando a mejor ritmo para nosotros —Observas al siete— me dice Elián— está intentando ocultar los errores que comete el cinco, es cuestión de tiempo antes de que el equipo contrario comience a atacar el defecto del equipo.
Después de eso puse más atención al partido, en especial al cinco y siete, el segundo tiempo termina, seguimos perdiendo.
El cinco intenta acercarse al siete pero este le da unas palabras para darse la vuelta e irse a descansar, en nuestro lado se siente un ambiente pesado.
Vuelve a sonar el silvato del tercer tiempo, saque del otro equipo, ellos comienzan a avanzar, se nota que están confiados, el siete se acerca con cuidado por detrás y logra quitarle el balón y se lo lanza rápidamente al cinco yendo de regreso desde nuestra zona a la de ellos él lo recibe con sorpresa pero se da la vuelta anotando un triple, todos nos levantamos a vitorear.
El regreso de nuestro equipo fue asombroso pasamos de un 51-10 a empatarlos, podía notar que el cinco y el siete hacen buen equipo, y todos comenzaron a seguirlos logramos empatar el último cuarto, fue una batalla campal.
—Ya solo faltan unos segundos, si logran concretar este ataque ganarán—dijo Sam estaba de pie con nosotros sintiendo la adrenalina de los último segundo de un partido muy reñido, nosotros tenemos el saque.
El diez se lo paso al cinco que estaba a media cancha, era todo o nada, este lanzo, la pelota estaba en el aire, solo un triple nos haría ganar.
La pelota cayó en el aro rebotando lejos de la cancha, en cuanto la pelota tocó el suelo sonó la campana, perdimos.
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