26 de enero
Caminando por los lugares de la ciudad,
Se pueden encontrar esas extrañas criaturas,
Que con el rostro bajo y sus miradas abisales,
Se autodenominan deambuladores.
Con sus manos frías en los bolsillos rasgados,
Y sus ropajes grises, van caminando.
Caminando.
Caminando.
Caminando.
Sin rumbo.
Solos hacia el horizonte de nubes, y vaho formado con recuerdos.
Los caminadores no se detienen,
No se jactan de su existencia misma,
No saben lo que son.
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