10 de enero
Busco por los confines más remotos de mi corazón,
para barrer el polvo que dejaste al entrar.
Pareciese que ignoraste lo preocupado que estaba yo por tú visita.
Ahora que te fuiste, todo quedó sucio y hediondo,
cómo si a mi corazón hubiera entrado un inesperado cerdo.
Ya tomé la escoba,
ya tomé el recogedor,
también tengo listo el cloro,
para asear el lugar.
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