Detesto.

Detesto sentir que mi alma te busca en las noches, pero que tú le cierras la puerta y las ventanas -tal vez por miedo, tal vez por amor-, y que ella triste vuelve a mí sin tener noticias de ti...

Detesto.

Detesto que debo cortar está raíz que echaste en mi corazón, y que mi cobardía aún ruega por guardar -tal vez por creer que aún volverás, tal vez por pensar que es lo único que queda de ti-.

Detesto.

Detesto que me enseñaste que la naturaleza solo grita lo que uno extraña, que las hojas cuando crujen solo son el sonido de este corazón que aún te extraña. Que esos pajarillos en realidad solo intentan llevar mis "te quiero's" y "te amo's" a tus oídos sordos.

Detesto.

Detesto que si de pronto volvieras, mis defensas se caerían a pedazos y mis guerreros correrían a tus brazos solo por un abrazo más.

Detesto.

Detesto que aún te amo y no puedo odiarte, que por más que encuentro motivos para olvidarte mi memoria sigue aferrándose a ese único te amo que alguna vez exclamaste.

DETESTO.

Te detesto a ti, y a tu estúpida sonrisa. Te detesto a ti y a esta maldita lejanía.

DETESTO.

Pero lo que más detesto es a mi, y... ¿aún debo decir por qué?