60.
Muchos turistas habían pasado por aquellas ruinas.
Besos falsos y promesas huecas, creían que era lo suficiente para reconstruirla, pero todos eran justo como él, aquel que había causado aquella hecatombe.
Se decía que cuando el viento paseaba entre aquellos trozos se lograba escuchar los susurros de algún fantasma, que contaba la leyenda de aquellas ruinas... Susurros de promesas y de "te amo's" que nunca se dijeron.
Y como pasa en los amores de la vida real, no en esos que nos pintan las películas y los libros, él nunca volvió y aquellas ruinas continuaron gritando su nombre al cielo, esperando que el dueño regresara y la reconstruyera.
Eternidad tras eternidad...
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