38.
Solo aquel resquicio de luz, que no solo atravesaba la ventana sino también sus corazones, fue testigo del otoño que se desataba dentro de ellos cuando ambos se besaban.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro
Solo aquel resquicio de luz, que no solo atravesaba la ventana sino también sus corazones, fue testigo del otoño que se desataba dentro de ellos cuando ambos se besaban.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro