16.
El Gusano Come-estrellas.
Al gusano Come-estrellas le gustaba comer las lucecitas de la noche, sobre todo las que sabían a vainilla.
Viajaba de galaxia en galaxia devorando cada estrella a su paso. Su cuerpo estaba repleto de las luces de las estrellas que comía y en su cabeza llevaba un sombrero con una pluma gigante de adorno.
Un día, en uno de sus viajes universales, su estómago gruñó y decidió comer lo primero que había frente a él: un mundo.
En ese mundo vivía un niño llamado Nef, con un corazón tan valiente que los leones se quedaban atrás, su mejor amiga Maya, con la sonrisa más brillante del universo, y su flojo gato Nilo.
Era de noche en su planeta cuando el gusano Come-estrellas apareció en el cielo. Todo el mundo entro en pánico, las señoras se treparon a las mesas y los señores metieron a sus familias a las casas, pero Nef escapó, y junto a su gato y su mejor amiga, treparon hasta la última rama del árbol más grande de la ciudad.
Nilo temblaba hecho una bolita de pelos esponjada, porque le tenía terror a todas las cosas que comían estrellas, bajo el brazo de Nef mientras brincaban hasta la última rama.
-¡Detente! -le grito Nef al gusano que ya estaba abriendo grande su boca para engullirse al mundo, pero el gusano no le hizo caso porque no hablaba su idioma.
-¡Miaaaaaau! -maulló fuerte Nilo asustado y el gusano Come-estrellas se detuvo al escucharlo y le respondió, porque el gusano sabía hablar gato.
-No puedes comer nuestro mundo -dijo Nilo con el maullido tembloroso.
-¿Por qué no?
Nilo se quedó un momento en silencio pensando la respuesta, pues de él dependía el mundo.
-Porque en nuestro planeta hay una fábrica de estrellas, y si nos comes ya no tendrás mas.
-No te creo - dijo el gusano cuando su estómago volvió a gruñir más fuerte.
-Es verdad, si quieres ve al final del universo, ahí es donde mandamos todas nuestras estrellas.
-¿Y qué hago si no es verdad?
-Vuelves y nos comes.
Ahora el gusano Come-estrellas sigue buscando el fin del universo, sin saber que este en realidad no existe, y el mundo de Nef está a salvo, gracias a un gatito que fue valiente.
Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
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