Día 65.
Hoy Lovino vino a una hora prudente, por lo que supuse que si fue a clase hoy.
En eso que atendía a los pocos clientes que habían, de repente me preguntó:
"¿Por qué no vendes pasteles?" me quedé unos segundos mirándolo curioso; "porque la repostería nunca fue lo mio" contesté divertido, recordando esa vez que Francis me enseño hacer un pastel... Y termino en la basura y ambos con dolor de estomago.
"Dejame trabajar aquí, yo se repostería" dijo.
"Lo pensaré" respondí.
En verdad, lo estoy teniendo en consideración.
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