Cuando bajé a desayunar, me encontré con Lovino hablando por teléfono, parecía algo enojado, por lo que no interrumpí y me quedé mirándolo sin que me viera -él estaba de espaldas a mi-

Tenía una polera negra y unos jeans que yo les había prestado el día de ayer -por lo que le quedaban algo grandes-, tenía mi delantal de tomates puesto -ahora que lo pienso ese delantal me da vergüenza- y el desayuno estaba a medio hacer.

Cortó la llamada tiró el celular al suelo, frustrado, el aparato se destrozó en el suelo y Lovino ni se inmutó.

Continuó con su lavor.

"Buenoa días" le saludé, pegó un salto y yo me reí.

"Bastardo casi me matas del susuto" dijo.

"Por cierto tu celular está en el suelo"

"Dejalo ahí, así no molesta"

Me quedé en silencio, mirando como seguía cocinando.

"No recuerdo darte permiso para que te metierais a mi cocina" dije, solo para hablar algo.

Se sonrojó levemente sin dejar de corta tomate "pensé... Que... P-podía"

¡Que tierno!

Pasó la hora casi volando, ni cuenta nos dimos cuando comenzó a oscurecer. Lovino se dispuso a irse, y después de mucho insistir me dejo acompañarlo.

Vivía en una de estas casas de dos pisos con gran patio por el cual transitaba un gato blanco con manchas cafés. Una vez afuera nos miramos mutuamente cuando Lovino iba a abrir la puerta, escuché cosas romperse y gritos.

"Nos vemos" dijo entrando, dejándome allí, sin decir nada.

No voy a negar que los sonidos que venían de adentro eran preocupantes. Pero no podía hacer nada.

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¡Feliz navidad! Espero que Santa les traiga todos los regalos que han pedido (y que el Santa sea Finlandia).

Agradecer a los 6K... ¡6K! En menos de la mitad de la historia -llora de felicidad- gracias por sus votos y comentarios. Les quiero un montón y siempre me sacan una sonrisa (o risa).

Eso ¡FELIZ NAVIDAD! y próspero año nuevo.

Les quiere con el kokoro: PonyTomatoWoman.

Adiu~