Hoy he jurado venganza.

No de la manera literal, quizás nunca haga nada en forma de venganza, pero en verdad he quedado bastante enfadado.

No por mi, si no por Lovino.

Hoy no lo esperaba, es decir nunca viene los lunes y la semana pasada no hablamos. Pero cuando lo vi entrar, algo me produjo que instantáneamente corriera a socorrerlo.

El uniforme lo tenía embarrado y desordenado, al igual que el cabello y la mochila, un ojo lo tenía morado mientras el labio y la nariz le sangraban.

A penas toque una de sus manos, Lovino se hecho a llorar a en mis brazos, así se quedo unos minutos hasta que me dejo curarle las heridas.

"¿Por qué te han hecho esto?" le pregunté mientras le limpiaba la sangre.

"Porque quieren" me dijo en un hilo de voz.

Al terminar vimos la hora... ¡Ya eran las diez de la noche! Le ofrecí a Lovino ir a dejarlo a su hogar, el se negó.

Valla sorpresa me lleve cuando me pidió si podía quedarse.

Me quedé unos segundos en silencio, esperando quizás que luego dijiera que era una broma, pero aquello no sucedió, y tal vez podría decir que su mirada era bastante determinada y que no mentía.

Luego asentí, con la condición de que avisará a su familia -cosa que no hizo y tampoco insistí en que lo hiciera- deje que tomara una ducha y le presté algo de ropa, ahora debe estar durmiendo en mi habitación mientras yo estoy en la habitación de mis padres.

Espero que él pueda descanzar.