Fue un día relativamente normal.

Relativamente si no fuera por mis amigos.

Amigos que me han venido a molestar un rato.

Rato en el que se toparon con Lovino.

A decir verdad no fue un día normal, fue extraño.

A mediados del medio día Francis y Gilbert vinieron a ayudarme un poco, aunque no hicieron mucho ya que nadie viene, pero da igual. Estuvimos un par de horas conversando y riendo cuando a eso de las cuatro por la puerta entra Lovino sin levantar la vista, y con su paso firme pero desconfiado de siempre, se sentó en la silla de siempre y yo le serví el capucchino de siempre... Todo eso ocurrió en silencio...

"Es él el famoso Lovino ¿eh?" había dicho de repente Gilbert.

"Es bastante guapo" le apoyó Francis.

Estoy seguro de que me sonroje, al menos sentí un calor invadir mis mejillas.

Lovino levantó la vista para mirar a mis amigas, definitivamente a los tres se nos congeló el alma al ver sus ojos cargados en odio... Menos mal que las miradas no matan, o si no ya no estaría relatando esto. Luego solo bufó y bajo la mirada.

"Mon ami, él da miedo" me susurró Francis "no suele ser así... Supongo" le susurré devuelta.

Todo fue silencio, luego Lovino pagó y se fue, mis amigos se fueron luego y acabó mi día.