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¡Pues claro que sí! ¡Idiota! (8)

- Ugh, genial... me tocó el pavo real de la familia...- se giró para darle la espalda.

- Uuuuh, ¿Pavo real? Me gustan esos animales...- sonrió tiernamente.

- Pues así eres tú..., ahora calla... es tarde... son las tantas de la madrugada...

- ¿En serio?

- ¿Te despertaste a las tres de la mañana y te sorprendes?

- Si. Pero... no tengo sueño...

- Me da igual, duerme igual.

Bert hizo una mueca y se sentó en el colchón al lado de la almohada. Su mente empezó a divagar mientras miraba sus piernas estiradas ahora con un pantalón granate...

Entonces una bombilla se iluminó sobre su cabeza y su expresión se crispó ligeramente con mucha sorpresa. Se giró hacia William y palpó su hombro.

Le gruñó en respuesta.

- Will...- susurró en bajo.

- ¿Qué?- gruñó.

- ¿Me desnudaste para ponerme esta ropa?- preguntó con inocencia.

- No, te desnudó el viento y yo obligué a un fantasma a ponerte ropa.

Bert se lo quedó mirando, no iba a decir que se lo había creído, pero era divertido imaginarse aquello mientras William le daba la espalda porque su masculinidad le impedía verlo desnudo.

- ¡Pues claro que sí, gilipollas!

Bert sonrió con malicia.

- Ah, vaya ¿Tú sí puedes hacer cosas homoeróticas y yo no puedo decir que eres atractivo?

- Vete a la mierda. Déjame dormir.- gruñó con un violento sonrojo en sus mejillas.

- De acuerdo... pero mañana hablamos de esto, porque me parece muy ofensivo que tú tengas derechos sobre mí y yo no.

- Tengo derechos porque estás atrapado en MI campamento, si estuviera atrapado en el tuyo, serías tú el que tuviera derechos.

- ¿Podría tocarte lujuriosamente si estuviéramos en mi campamento?

- Si estuviéramos, tú lo dijiste, pero solo te llevarías una patada en la boca.

- Al menos no dijiste que no.- soltó un par de risillas.

Gruñó con cansancio.

- ¿Me dejas dormir ya?

- Una cosa más...

- Solo dilo antes de que la poca paciencia que tengo se acabe y te deje inconsciente de un golpe.

- Vale, vale...- susurró en bajo.- ¿Puedo abrazarte mientras duermes?

- No. Ahora duérmete.- volvió a darle la espalda y cerró los ojos.

Robert hizo una mueca con el labio y desvió los ojos, después se recostó en el colchón boca arriba y suspiró con pesadez.

Pasado un tiempo

La muñeca del albino estaba recuperándose a la perfección gracias a hacer pocos esfuerzos y mucho reposo. El pelinegro le llevaba comida, frutas principalmente, porque era sospechoso si se llevaba el plato a la habitación, a veces, cuando era de noche, había de comer cualquier cosa simple que no requiriera mucha preparación para que no lo descubrieran.

Y si lo hacían, decía que tenía hambre, aunque se llevase un golpe en la cabeza por eso.

El hecho de que el albino fuera tan empalagoso hacía que pasara solo el tiempo necesario en la tienda de campaña, hacía más vigilancias siempre que debía hacerlas, pues, al quedarse lejos del frente por órdenes del superior, era encargado de vigilar el cuartel donde guardaban las armas de repuesto o la pólvora en cargamentos y balas. Si alguien quisiera destruir ese lugar desde el aire no podría impedirlo y tendría que correr por su vida si no quería explotar al mismo tiempo que el cuartel entero.

Cuando anochecía y acababa de cenar, llevando algunas piezas de fruta, regresaba a la tienda de campaña, donde lo esperaba un impaciente albino que hacía un puchero por dejarlo abandonado todo el día y reprochándole que hubiera hecho si alguien hubiera entrado. William solo le daba la fruta con indiferencia y se acostaba en la cama.

Conforme el de cabellos blancos fue recuperándose y recuperando la movilidad en la mano, el azabache pasaba más tiempo con él para ayudarlo con la rehabilitación.

En ese tiempo, el albino aprovechó para conocer más al pelinegro, a decir verdad, había estimado su edad, pero no sabía cuál era la real... Tampoco sabía el tipo de vida que había tenido, aunque si fuese un burgués hubiera pagado por no ir a la guerra, así que debía ser de la clase obrera, él y su familia...

William no le contaba tan fácilmente las cosas personales, sobre todo después de darse cuenta de que seguiría con vida y recordaría todos los detalles incluso después de la guerra, si es que algún día tenía final.

Conforme fueron ganando confianza, fue abriéndose más respecto a desvelar cosas de su vida...

- Tengo veintitrés años.- dijo repentinamente mientras tomaba su muñeca y su mano para moverla y comprobar si había recuperado movilidad respecto a la semana anterior.

- ...- hizo silencio al escucharlo decir eso.- igual yo...- sonrió.- ¿Qué tal es tu familia?- preguntó.

- Solo tengo a mi madre.- movió lentamente su muñeca forzando un poco los movimientos, el albino hizo una mueca.- Y luego también está mi tío y mis primos... pero desde los siete años que no les veo... nos peleamos...

- ¿Fue algo grave?

- Mi tío odia la piel morena de los que provenimos de países latinoamericanos...

- ...

- Mi padre es de allí... Así que técnicamente yo también tengo sangre de allí... por eso mi tío me odia...- acarició su palma después de los estiramientos.- Todavía te falta algo más de movilidad...- se rascó la sien.

Se dio cuenta de que tenía su mano tomando la suya delicadamente, apartó su mano y se cruzó de brazos.

- Uno de mis padres también es latino- dijo con una sonrisa ladeada.- De México...

- Colombia...

- Uy... estaban cerca... más o menos...

- ...- negó lentamente con la cabeza y rodó los ojos.- ¿Cuándo acabe esto... Volverás a ese trabajo que tenías?- el albino lo miró fijamente ladeando la cabeza a un lado.- Prostituto...

- ... No lo había pensado... Tal vez si... No sé si encontraré trabajo de otra cosa... Dudo mucho que quieran un fotógrafo como yo... Soy pésimo...

- No he visto ninguna...- ladeó la cabeza a un lado.- No puedo decir si son horribles...

- ¿Y tú?- sonrió.

- Como cocinero tengo trabajo garantizado, sobre todo después de una guerra... ganemos o perdamos... voy a tener trabajo garantizado...

- Supongo que por ese aspecto yo también, de la felicidad de haber ganado seguramente quieran follarse a un par de putas...

- No hables así de ti...- lo riñó maternalmente.- No me gusta que te trates despectivamente, por muy femenino que seas...

- Es lo que he estado haciendo... cantaba en los pubs y hacía fotografías, y como no ganaba lo suficiente, tenía que ganarlo de otras maneras.

- Pero así no... prefiero que seas camarero, cajero o cualquier cosa de esas antes que tratarte así...

- Que considerado...- rió un poco.

- No lo digo por eso, lo di. . .

- Es diferente mi percepción de la tuya, a ti te desagradan los hombres, pero a mí me gustan, y no tengo problema en acostarme con ellos.

- ... no hablo de percepciones, hablo de dignidad... no tienes que rebajarte a eso...

Robert desvió la mirada y suspiró con pesadez.

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Will ahí como perra celosa que no quiere que su no-novio se acueste con otros tíos...

Dios, imaginar esa situación me hace demasiada gracias y es demasiado irónico...

XDDDD

Quitando eso de lado, amé el momento en el que lo ayuda a hacer estiramientos...

Con la excusa de que lo está ayudando le magrea to' el brazo y es como:

JAHDAKJDHWEKJDHNEFJENWFJENFEWNFWE

*love*

jejeje

Aquí las opiniones --------------->

Espero que os haya gustado, hacédmelo saber con un voto y nos vemos en el próximo capítulo

Bye~

By Silvia Line

[1225 Palabras]

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