Capítulo 5
La mujer se quedó callada pensando en qué responder, la academia de donde viene Uzui no es de lo mejor, pero tampoco es muy básica; la conoce por el rendimiento que tienen la mayoría de alumnos, sin embargo comparado con este lugar es posible reconocer una diferencia de calidad muy notoria. Ella puede librarse de dos maneras posibles; fingir que la llaman o intentar evadir el tema, no obstante ninguna es tan eficaz como parece. La profesora esbozó una sonrisa para ocultar su nerviosismo, ella dejó el bolígrafo encima de los papeles y dio media vuelta con su silla para ver al hombre ahora enfrente de donde se encuentra.
—No suele haber nada de eso, todos se respetan aquí —respondió.
Uzui frunció el ceño, está insatisfecho con la respuesta de su compañera.
—¿Es cierto? —cuestionó.
—¿Alguno de nuestros alumnos te ha dicho que sufre bullying? No lleva una buena cantidad de tiempo para conocerlos, Uzui-san —mencionó la mujer con suavidad.
No hace falta ser un experto o conocer demasiado a la gente para captar señales tan graves como las del bullying.
La manera en que ella enfrentó su pregunta lo hizo sonreír, fue ingeniosa y debe de reconocerlo, pero sus palabras fueron tan simples, vacías y pensadas tan rápido que no ayudaron a apaciguar su duda. Uzui se levantó de la silla, metió las manos en los bolsillos de su sudadera mientras pronunciaba palabras de despedida hacia la mujer quien yace sentada. Cuando ella vio que Tengen desapareció de su vista saliendo de la sala de profesores, soltó un suspiro de molestia. De entre tantas cosas que pudo haber pronunciado o tantas preguntas que pudo haber formulado; eligió escoger las peores para preguntar algo que ni al caso. Encima la hizo pasar un momento incómodo tratando de encontrar una respuesta, rodó los ojos.
Las horas pasaron, te quedaste parada en frente de la entrada viendo como la lluvia caía, Mimi y Hamai te dieron una palmada en los hombros sacándote de tus pensamientos.
—¿Trajiste paraguas? —cuestionó la castaña.
—Dudo que lo haya hecho si también se le olvidó desayunar.
La otra respondió por ti, un suspiro salió de tu boca.
Se hicieron a un lado para no estorbar a los demás chicos que se encontraban saliendo. Las miraste forzando una sonrisa, hiciste todos tus esfuerzos posibles para que no se vea tan falsa, las dos te miraron con atención, no sueles sonreír tanto y es raro cuando lo haces.
—Aún no volveré a casa, gracias por todo, chicas...
—Ni siquiera hemos hecho nada por ti, eres muy extraña, ________-chan.
—Nosotras nos iremos ya, asegúrate de no volver tarde a casa.
—Vayan con cuidado, nos vemos.
—¡No olvides desayunar mañana! —exclamó Hamai mientras corría junto a su amiga.
Las dos se alejaron, las miraste unos segundos más antes de darte media vuelta y volver a entrar a la escuela. Hay unos pocos alumnos por el pasillo, gente que se dirige a sus clubes, sin embargo tú no sabes a donde ir. Estás tan perdida en tus pensamientos que ni siquiera estás atenta en el camino, no hay gente con la que pudieras chocar así que caminaste con libertad, pese a ello; la voz de tu profesor de artes te sacó de tus pensamientos.
—Tendrás un accidente si sigues tan distraída.
—Lo siento...
—¿Qué con tu maña de disculparte tanto? Deja eso a un lado, no has hecho nada malo.
Tus ojos se encontraron con los suyos.
—Lo sien-...
—¿Por qué no has vuelto a casa?, ¿olvidaste tu sombrilla? —cuestionó.
—Eso... Sí, lo hice, pero no tengo tanta prisa de volver, puedo esperar aquí —respondiste rápido.
—Yo puedo prestarte mi sombrilla si gustas, no hace falta que te quedes aquí, no tendrás casi nada que hacer.
Tiene razón y eres incapaz de contradecirlo, hubo silencio durante un par de segundos, una idea pasó como flash por tu cabeza.
—¡Sí tengo! —exclamaste. —Bueno... No al menos que usted se niegue, Uzui-san.
El tono que usaste hizo que se tratara de una invitación penosa, si no hubiera sido por eso, se habría escuchado más como una propuesta indecente de otra alumna a quien le gustó la apariencia de Tengen, sin embargo causaste curiosidad en él.
—Te escucho —dijo tranquilo.
—Déjeme pasar esta tarde en el aula de artes, bueno, hasta que deje de llover.
Se esperaba cualquier cosa menos eso.
—Estaba por irme y debo cerrar antes de hacerlo —contestó.
Tus esperanzas se desvanecieron, en tus ojos se notó la decepción y tristeza por lo que dijo, pero así como tú hiciste que se sorprendiera, él también lo hizo.
—Tampoco tengo mucho que hacer, así que está bien —agregó.
—¿Se quedará conmigo? —preguntaste con sorpresa.
—¡Pues claro! Tengo curiosidad por lo que harás ahí.
Comenzó a caminar, lo seguiste.
—Antes de que usted llegara solía usar los materiales guardados para dibujar —confesaste.
—¿Hay materiales aquí?
La reacción de asombro de tu profesor te confundió, creíste que ya lo sabía y que también los usaba.
—¿No se lo dijeron? El anterior profesor había comprado algunas cosas para que las usaramos, pero mis compañeros sólo jugaban y terminó guardándolos.
Llegaron al aula de artes, Uzui abrió la puerta para que los dos entraran. Tomaste una silla colocándola en frente del escritorio, él se sentó en su lugar y observó cómo te levantaste, tomaste otra silla y te subiste a ella para alcanzar un cajón del estante. Una risita se escapó de la boca de Tengen, volvió a pararse y se puso a un lado tuyo, estiró el brazo para abrir el cajón que querías alcanzar, tomó una caja y la sacó.
—¿Es esto? —cuestionó.
—Sí, esa es.
Respondiste, sentiste como la silla se tambaleó un poco, te sujetaste del hombro de tu profesor.
—Bajate de ahí antes de que te caigas —te dije tomando tu brazo y ayudándote.
—Lo siento y gracias...
Una vez ya en el piso, los dos caminaron hacia el escritorio, se sentaron en las sillas mientras Tengen dejaba la caja encima de la superficie de madera.
—¿Cómo sabías de esto?
—Tengo mis propios materiales, pero cuando el otro profesor estaba le comenté mi situación y me dejó ocuparlos, no estoy segura si soy la única que lo sabe, pero supongo que sí, si usted no lo sabía.
—Al parecer sabes mucho de este lugar.
Una sonrisita se formó en tus labios, bajaste la mirada.
—Estos tres años me los he pasado aquí, el arte me gusta mucho.
—Es lo que he visto, ¿sabes que es lo que creo?
Tus ojos fueron a dar a los suyos.
—¿Qué es?
—¡Tienes una gran y extravagante habilidad! Realmente me sorprendí la primera vez que vi algo tuyo, me gusta tu técnica.
—Es una técnica demasiado sucia, no puedo creer lo que me está diciendo, Uzui-san.
El de cabello plateado frunció el ceño, estás siendo demasiado modesta y simple, deberías de sentirte bien por tal halago, no negarlo.
—No tengo razones para mentir, estoy siendo honesto. He visto cosas verdaderamente horribles, ¡pero para tu edad eres talentosa!
—Para mi edad... —Una risita nerviosa se escapó de tu boca.
Lo murmuraste en voz demasiado baja, negaste ante sus palabras.
—¿Por qué no te gusta que reconozcan tus cualidades? También eres buena en las demás clases.
Cuestionó revisando los materiales que hay en la caja. Guardaste silencio algunos segundos, respondiste con honestidad después.
—Mi mamá me enseñó a no sobresalir tanto, a veces sucede aunque no lo quiera. Le he pedido a algunos profesores que nunca me usen de ejemplo con mis compañeros, estar con Mimi y Hamai también me ayuda mucho.
—Bueno, estoy en desacuerdo con eso —lo miraste con sorpresa.
Nunca nadie te había preguntado algo sobre ti, si lo hacían ignoraban lo que les contabas, así que se te hace extraño que Tengen te esté escuchando. Tragaste saliva, miraste el bote de pintura color plata en su mano. Él continuó hablando, subiste la mirada para verle a la cara y escucharlo.
—Si eres buena en algo los demás deberían saberlo, no se trata solo de presumir. Incluso el talento se debe de pulir y eso conlleva un trabajo duro detrás —explicó.
Tus ojos se abrieron, es posible notar el asombro en tu rostro. Los dedos de tus manos se entrelazaron y a la vez que los latidos de tu corazón se aceleraban, esas palabras jamás imaginaste esas palabras, tampoco creíste escucharlas de alguien. Un suspiro salió de tu boca, te sientes rara, hay algo extraño en el ambiente; no es nada malo, al contrario es una sensación de calidez que nunca habías experimentado, agradable en su totalidad. No sabes que responder a lo que tu profesor dijo, Tengen al ver que no dijiste nada más, continuó hablando.
—Así que defiéndete de cualquiera que te haga menos, ¿entendido? Mejora esa personalidad tuya y sé más segura.
—Pero... No creo poder hacerlo, trataré, pero quiero pedirle algo.
—¿Qué es?
—Por favor tampoco me use como ejemplo frente a mis compañeros, Mimi o Hamai se enojarían.
Un suspiro salió de la boca de Uzui, creyó que había logrado algo contigo, pero no fue así. No pudo negarse al ver la preocupación en tu rostro, Uzui no es como Kanae o Rengoku quienes hacen que los alumnos se motiven, ¿por qué demonios tiene que ser tan complicado?
Jujuju hasta ahora el título no tiene casi nada que ver con la trama, pero ya mero se viene 🙇🏻♀😳✌🏻
✨❤¡Espero que este cap les haya gustado!❤✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro