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Capítulo 15

El fin de semana fue espectacular para ti, el domingo también visitaste a Tengen y ahí comenzaste tu trabajo; te costó mucho pedirlo, pero querías sorprenderlo. Le pediste permiso para que te dejara sola, también le pediste que no lo viera en el tiempo que no puedes estar ahí. Antes de comenzar le diste un boceto, luego de un par de retroalimentaciones te encerraste y no saliste hasta que te habló para comer.

Hoy es día de clases, no te has encontrado con tu madre lo cuál se te hace algo extraño, pero está bien, no quieres lidiar con más golpes.

—¡______! —Hamai te llamó.

Volteaste.

—¿Mmhp?

—¿Por qué te ves tan feliz después de que te encontrara con la ropa del profesor?

Tragaste saliva, sabes que no hicieron nada malo y que debes mantener la calma; recordaste el ejemplo que te dio Uzui aquella vez.

—Sólo tenía frío y perdí mi bufanda —respondiste.

—¿Entonces es todo?

Seguiste caminando, Hamai no dudó en seguirte.

—¿Dónde está Mimi?

Se te hacía raro no verla por ningún lado, ellas dos son inseparables. Tu compañera chasqueó la lengua.

—¿Por qué te importa tanto?

—Por la misma razón que tú me preguntaste lo de hace un momento —respondiste. De inmediato te diste cuenta de lo grosero que fue. —Lo siento...

La castaña ya no dijo nada, las dos llegaron al aula de artes y se sentó a un lado de ti. Todos tus compañeros comenzaron a entrar y Uzui después de ellos. Al verlo una sonrisita apenas visible se formó en tu rostro, todos lo saludaron diciéndole buenos días, entonces él comenzó a hablar.

—Bueno, ya hablamos sobre que el arte es un medio para expresar sentimientos y emociones. ¿Han visto esto representado con el amor? Hay muchas obras populares de las cuáles podríamos hablar, el amor es un tema universal. Miles de personas usan al amor como su fuente de inspiración, así que hoy nuestra clase tratará sobre eso.

Alguien levantó la mano.

—¿No podemos tener clases más normales? —preguntó. —Nuestro anterior profesor nada más nos daba dictados.

—No, no soy tan aburrido como eso, aparte; el objetivo de este tipo de ejercicios es que también socialicen.

Un suspiro salió de la boca de alguien.

—Si continúan así, haré que se maquillen entre parejas —dijo cruzando los brazos. —Mientras más "normales" me pidan las clases, más extravagantes serán. Aunque no es mala idea...

—¡Estamos bien así, profesor!, ¡Usted es el mejor, por supuesto! —exclamó otro chico.

Una risita salió de tu boca al ver la escena tan dramática. No tendrías problema con el ejercicio de maquillaje, siempre tuviste curiosidad y te gustaría tratar.

—Cállense y déjenme continuar.

El silencio se hizo en el lugar.

—El día de hoy usaremos una técnica que se llama achurado¹. Vamos a dibujar líneas para crear los efectos visuales —comenzo a dibujar en el pizarrón. —La intensidad de estas va a definir la iluminación o la sombra, mientras las líneas se crucen podrán hacer sombras, pero al contrario si las dejan solas harán un efecto de iluminación, al igual que podrían dejar el espacio blanco representando la luz y sólo rodearlo.

Todos pusieron atención a la explicación mientras veían cómo hacia aquel ejemplo. No tenía más que un marcador, sin embargo lo que hizo le quedó perfectamente bien. Una vez lo terminó dejó que todos lo observaran durante un momento, momento que no duró mucho porque al cabo de un minuto lo borró. Algunos de tus compañeros se quejaron de esto, volteaste a ver a Hamai y puso los ojos en blanco suspirando ante la actitud de su profesor; al parecer no le cae del todo bien.

—Sin embargo no es tan difícil, es algo que deberían saber ya —miró al chico que había hablado primero. —Este es un tema de primer año, me imagino que venía en sus dictados, ¿verdad?

Todos voltearon a ver ese chico, probablemente no le va a ir del todo bien después.

—Dibujen lo que sea que les haga sentir amor; una mascota, un sentimiento, una persona. Sean creativos, déjense llevar y echen a andar su cerebro.

La razón por la cuál Uzui eligió este tema es bastante obvia, sólo intenta autoconvencerse de algo que no cree, pero quiere creer. Quiere ver qué es lo que tú harás para saber que hacer después; desde luego que para ti no será nada difícil, las quejas de los demás no le importan, sólo quiere confirmar lo que siente y lo que tú sientes.
Comenzaste por hacer un boceto, no querías que los demás se dieran cuenta así que lo arreglaste de una buena forma; dibujando la silueta de tu profesor. Fue difícil pensar alguna posición o algo, por lo cual te decidiste por un retrato, no quieres verlo para que no sea muy sospechoso; optaste por revisar tus recuerdos y la imagen de él de espalda secando su cabello llegó a tu memoria. Tragaste saliva, te diste un par de palmaditas en la cara y seguiste.

Hamai volteó a verte, se inclinó para ver lo que estabas haciendo y no comprendió qué era.

—¿Qué haces? —preguntó.

—¿Quizás a alguien que me gusta?... —respondiste sonriendo.

—¿Te gusta alguien?

—Hamai, ¿por qué de repente estás tan interesada en mí? —la cuestionaste.

—Intento hablar contigo y tú no te dejas —se cruzó de brazos. —¿Cuánto dinero quieres por hacerme el trabajo?

—No hago eso, Hamai...

—¿Por qué no? Te voy a pagar, dime cuánto quieres para que me hagas este trabajo.

—Hamai, por favor, no...

Sus palabras te estaban trayendo malos recuerdos que tenías con tu madre; las veces que escuchabas como al terminar de trabajar le preguntaban cuánto iba a ser o cuando le decían que eso era muy caro para que ya estuviera tan usada.

Hamai al ver tu cara ya no dijo nada más, dejó de molestarte y se puso a hacer lo suyo.

La clase terminó, todos le entregaron sus dibujos a Tengen aún si no los habían terminado.

La mañana de clases pasó, tu última clase fue matemáticas así que antes de ver a tu profesor para ir a su casa, preferiste cumplir con tus deberes. Tomaste todos los cuadernos de tu clase que habían dejado en el escritorio para tomar rumbo hacia la sala de profesores.

Por otro lado, Uzui se quedó en el aula de artes porque un par de chicos lo estaban esperando para inscribirse al concurso, lo bueno de esto es que ya traían su obra con ellos; lo malo es que llenaron demasiado lento el formulario, así que mientras ellos seguían ahí, Hamai llegó.

—No creí que fueras a tomar esto en serio, Kuchi. Bienvenida —Tengen saludó a la castaña.

—No es de su incumbencia, profesor. Sólo vengo a entregarle mi participación... —miró hacia todos lados. —Más importante aún, ¿dónde está, ______?

—Es tu compañera, deberías de saberlo mejor que yo —respondió. —Puedes entregarme la obra y si gustas puedes retirarte.

—Es tonto que no sepa dónde está ______, si siempre se la pasa pegada a usted.

—Estás equivocada, Kuchi. Ella es tu amiga, pero realmente está conmigo sólo los días que tenemos clases y es para la retroalimentación de su obra.

Al ver la puerta abierta a lo lejos, caminaste lo más rápido que pudiste y creyendo que no había nadie adentro, entraste. Te encontraste con una imagen muy incómoda cuando dos de tus compañeros te miraron, para que después Hamai te tomara de los hombros y te agitara.

—¿Q-qué sucede? —preguntaste confundida.

—¿Por qué te gusta pasar tanto tiempo con un tipo como él? —cuestionó. —Mimi y yo somos tus amigas y nos has dejado en el abandono desde que él llegó aquí.

—¡Señorita Ku-...!

—Espere, profesor, déjela desahogarse —lo detuviste.

Ella frunció el ceño por tus palabras, te soltó.

—¿Crees que esto es un simple desahogo? Antes hacías todo lo que te decíamos y pasabas tiempo con nosotras, eras capaz de hacernos la tarea por unos minutos de diversión con nuestros celulares o por unos míseros yenes —dijo con rabia.

—Hamai, yo...

No pudiste terminar porque te dió una cachetada. Tragaste saliva, tu paciencia se está acabando poco a poco.

—¡Eres una imbécil, ______! Eres tan estúpida que no puedes darte cuenta —continuó.

—Soy mejor persona que ustedes... No chantajeo a nadie con contarle algo que descubrieron para hacerme menos, te la pasas burlándote de mi mamá y de mí, buscas hacerme menos sólo porque sabes cosas de mí que me harán sentir mal. ¡La tonta eres tú creyendo que por eso voy a soportar todo!... —exclamaste con los ojos llenos de lágrimas.

Te fuiste corriendo, Hamai en silencio le dejó su obra a Uzui y también salió.

Los chicos que estaban ahí miraron al profesor, un suspiró salió de tu boca. Tengen se nota molesto.

—Conocemos a Hamai desde primer año, fue nuestra compañera y vive en nuestro vecindario —le comentó un chico al mayor. —Ella tiene problemas con sus padres.

—Ellos suelen trabajar mucho y no le ponen atención, que Hamai esté estudiando en este lugar es algún tipo de castigo; sus padres pueden pagar una escuela privada —comentó el otro.

—Hamai siempre suele tener problemas cuando se trata de chicas, cuando era nuestra compañera también las acosaba. Una vez sus padres se enteraron y ella no volvió a clases hasta un par de días después.

—Este lugar es bastante peculiar, eh...

Uzui estaba distraído, se preguntó cómo te encontrabas y quería ir a preguntarte cómo estabas, pero no podía y tenía que lidiar con ello. No creyó que Kuchi fuera capaz de golpearte, pero está orgulloso de que por fin pudieras responderle.
Más tarde cuando salió por su auto, te encontró sentada en una banca cercana, te habló, lo miraste sin decir nada; te dijo que lo siguieras y obedeciste. De camino a su hogar ninguno de los dos dijo una sola palabra, tenías vergüenza por la manera en la que Hamai te trató en frente de él y Tengen en realidad no sabe qué decirte; ha tenido momentos así con mujeres que no son de su interés, pero eres tú y aunque lo niegue... Le importas.

Agradeciste que Uzui no volteara a verte en ningún momento, al estar manejando estaba atento al camino. Estabas llorando en silencio, eres experta en eso, pero era difícil contener todo ese llanto y dolor, tu cabeza comenzó a doler y eso no es todo, tus ojos se hincharon y se pusieron rojos.

—Ya llegamos —dijo Uzui estacionando el carro y saliendo.

Te abrió la puerta y en cuanto te vió, su rostro se llenó de preocupación.

—¿Estuviste llorando todo el camino? —negaste. —Vayamos adentro, ven.

Dejaron el carro y subieron a su casa, apenas llegaron adentro lo jalaste de la sudadera. Él te vió, te preguntó si estabas bien, pero lo único que hiciste fue rodearlo con tus brazos, también lo hizo.

—Lo hiciste bien contra Kuchi, si yo fuera tú le hubiera devuelto la cachetada —rió.

—Profesor... —murmuraste.

—¿Sucede algo?

—Me gusta... —lo dijiste demasiado bajo.

Él se separó de ti para poder mirarte a la cara.

—No te escuché, ______.

—Usted me gusta —repetiste limpiandote las lágrimas.

Tengen suspiró, negó mientras acomodaba su cabello; no se esperó esto, no sabe cómo reaccionar.

—No te puedo gustar, _______, no me conoces bien —respondió.

—Sí puede y por lo menos sé que usted es bueno conmigo —diste un paso atrás. —También sé que esas cosas de conocerse son importantes, pero usted no es alguien malo, pudo haber hecho lo mismo o algo peor con las cosas que sabe sobre mí, pero sigue apoyándome y por eso estoy aquí.

—Te lo dije, lo que siento por ti es algo más paternal.

—Usted dijo ayer que una persona que ama a otra le hace ver las cosas cómo son, tal vez no pueda reconocer ese tipo de amor porque no tuve un padre conmigo, pero tampoco soy tan tonta.

—Nunca dije que fueras tonta, ______. Sólo dije que no siento nada romántico hacia ti, no te veo de esa manera.

—¿Por qué?, ¿es porque parezco una niña o la forma en que me comporto?, ¿sólo ha estado ayudándome desinteresadamente? Si soy yo quién está malinterpretando las cosas, lo entenderé, entenderé si usted no me vuelve a querer cerca o si desea que ya no le hable. Pero quiero ser alguien valiente, ¿sabe lo mucho que me está costando esto ahora mismo? Tengo 20 años, casi 21 y aún así aunque puedo saber qué está bien o mal, lo dudo porque no estoy segura de las cosas. Desde que lo conocí y todas esas palabras y consejos que me ha dado he podido irlo entendiendo poco a poco.

Por supuesto que dejaste a Uzui sin palabras.

—Hasta ahora he hecho todo lo que me han dicho, me he refugiado detrás de usted a pesar de que también puedo cuidarme, pero... ¿no puedo enamorarme de usted por la manera en que me trata?

—Sí puedes, pero tampoco es lo correcto, _______.

—Tampoco es correcto que estemos aquí, soy su alumna y usted es mi profesor. Podré tener 20 años, pero aparte de Mimi y Hamai, usted es el único que sabe —suspiraste. —Entonces... ¿De qué manera me ve usted?

—_______, ya te lo dije-...

—Por favor, vaya al grano...

—Sabes que si te digo algunas cosas que me pueden gustar de ti van a estar mal, ¿verdad?

—Lo sé perfectamente, por eso quiero que más allá de eso los dos nos conozcamos. Uzui, usted me gusta por la forma en que me trata y es atractivo... No le estoy pidiendo que me ame, solo quiero saber si podré intentarlo después y librarme de una carga de encima.

—Bien, está bien —se cruzó de brazos. —Eres bonita, tienes una habilidad increíble para comunicar tu sentir mediante tus dibujos. Puede que me sienta atraído hacia ti, ¿sabes? Me sentí aliviado al saber que tienes 20. Después de todo los dos somos adultos.

Te sorprendió que aceptara tan rápido.
Realmente no esperabas algo así, creías que no diría nada más y dejarías de insistir.

—Será mejor si nos vemos mañana... Disculpe el alboroto —diste media vuelta y saliste corriendo.

Tengen hubiera ido detrás de ti si no tuviera cosas que pensar.

Seguiste llorando, todo el camino de regreso a casa te pusiste a llorar. Caminaste más de una hora para poder llegar, estando cerca te encontraste con la casera; lo cual se te hizo raro. Ella te encontró y se acercó a ti.

—Hijita, ¿sabes dónde está tu madre? —preguntó.

Es una mujer anciana, pero es muy linda.

—No la he visto desde hace un tiempo.

—Mira, sabes que siempre las he ayudado, pero tu madre me debe 4 meses de renta y ya pasó el plazo que le di para pagar —tragaste saliva. —Lo lamento mucho, pero tienen que desalojar la vivienda a más tardar el miércoles.

—Ah...

—Cuídate, tú eres buena en comparación a tu mamá.

Se fue, entraste a casa y al cerrar la puerta te tiraste de rodillas a llorar todavía más. Ya no puedes con el dolor de cabeza. Te quedaste dormida en el piso de tanto llorar.

Pasado un rato unos golpes en la puerta te despertaron, tocaste tu frente porque tu cabeza sigue doliendo, sientes los ojos demasiado hinchados.

—¿______? —dijeron tu nombre.

HOLLAAAA POR CUARTO DÍA CONSECUTIVO¿?

Este me gustó mucho escribirlo, ¿Creen que está yendo muy rápido? Espero que no y puedan entender bien

Hamai oculta algo x ahí 👀

¿Alguien sospechaba de la edad de rayis?
stardust-ashes, BLUE_DYNAMITE_7w7 y WinwinTeAmoDemasiado le atinaron jijiji

Muchísimas gracias por leer<3

Nos leemos en el próximo capítulo jijijujiju

Pd: cómo se imaginan la casa de Uzui?? Aparte de lujosa JAJAJAJAJA

Pd2 perdón x los errores ortográficos, la primera parte de esto lo escribí en la madrugada.

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