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• Declibe •

- ¿Asi que quieres saber que pasó con él?

Tak retrocedio lo más que su cuerpo le permitía

....
~ Algunos años atras ~

Era una mañana aburrida, el joven membrana observaba el meneo de las ramas de los arboles, el suave viento anunciaba que el verano pronto se haría presente por lo que las clases estaban por terminar, se encontraba tan distraído que apenas podía prestar atención a la clase, por primera vez sentía que aquella carga con la que fingía cargar le estaba ganando.

– Oye Dib – habló por debajo aquel chico moreno – ¿En serio planeas mudarte?

Aquella pregunta hizo que el chico volviera a la realidad, desde hace meses había planeado irse de casa, su padre jamás había creído en él, al igual que el resto del mundo, por más pruebas que le muestre a todos a su alrededor, el chico jamás sería tomado en cuenta, como que  empezaba a frustrarse cada vez más y más, estaba harto de que todos creyeran que él tenía problemas mentales, estaba cansado de sentirse como un extraño hasta en su propia casa, por primera vez, había llegado a su límite, solo quería vivir de manera normal, quería comenzar desde cero.

– Estoy más decidido que nunca – por su tono de voz, aquel chico moreno supo que Dib hablaba en serio.

– ¿Y como piensas vivir? ¿Que has pensado sobre eso?

Dib simplemente ladeó su cabeza, siguio observando la ventana, el camino no era fácil pero ya estaba completamente decidido a marcharse, había solicitado aquella beca, tal vez si fuera aceptado podría vivir bien por un tiempo, podría conseguir algunos empleos simples, sería un arduo trabajo, solo pensaba en las posibilidades que tendría para sobrellevar las circunstancias, sin embargo el reflejo de alguien hizo que su poca estabilidad decayera, frunció el ceño en cuanto vio al responsable de que todo el mundo lo viera como un fenómeno y ese era Zim.

– he pensado en todo menos en algo más

– ¿Y exactamente como planeas irte? Tú papá ya supo que pediste la beca y ya la rechazo por ti

Dib no pudo contestar ante las insistentes preguntas de Jeff, la maestra en turno los mando a cayar de inmediato, todo el salón se llenó de risas, aquello solo fueron una mezcla amarga para Dib, estaba cansado de seguir siendo la burla del mundo, más que nunca, ahora sería un buen momento para finalmente ser alguien mejor que todas aquellas personas, demostrar que él podría ser alguien por su cuenta pero sobre todo, salir de la falta de tacto de su padre, pero sobretodo dejar de mendigar por su atención.

En cuanto salió de la escuela, trato de ir lo más rápido que podía, aceleró el paso, sin embargo Jeff corría para alcanzarlo.

– ¡Espera! Aún tenemos asuntos que atender – trató de hacer que el azabache se detuviera – ¡Membrana! Tenemos que hablar

Dib paró solo un momento, realmente no deseaba enfrentarse a Jeff, pero parecía que él no lo dejaría ir tan fácilmente.

– ¿Exactamente que quieres discutir? – preguntó algo molesto.

– Estoy preocupado por ti... Además no creo que a Gretchen le agrade la idea

Dib frunció el ceño, realmente no le importaba a quien le agradará la idea, por un segundo Dib estaba apunto de comportarse como un imbécil pero recordó que Gretchen también había sido un buen apoyo para él en los últimos dos años, realmente no quería hacerla sufrir pero él tampoco soportaría estar más tiempo viviendo el mismo martirio todos los días.

– Jeff, no se que pensar sobre Gretchen, quizás entienda que necesito comenzar de nuevo

Dib dio media vuelta, comenzó a caminar nuevamente, sintiendo aún la mirada del chico moreno; la cual era de incertidumbre y decepción.

Al llegar a casa, subió las escaleras, poco le importaba que alguien más estuviera, su primer intento de huida había sido todo un fracaso, su padre había frustrado la beca que había solicitado, pero eso no lo detendría, quería irse, quería con todas sus fuerzas poder estar lejos de su familia, quería dejar todo atrás aunque eso le costará.

Abrió su computadora portátil, solo para descubrir que otra escuela estaba interesada en él. El chico azabache se le iluminó la cara, por primera vez en los últimos meses un poco de luz y esperanza se había reflejado en aquellos momentos difíciles.

Al fin tenía algo de la cual podría estar feliz, pero aquel sentimiento duro muy poco cuando recordó en aquella chica de frenos, pero lo peor no solo sería ella, también lo era Zim.

Leyó detenidamente la carta de aceptación, tenía una beca que cubriría la estancia en la escuela y si era un excelente alumno, tendría un pago mensual para su estancia, no podría dejarla pasar tan fácilmente. Dib ahora estaba más que decidido a no perder la oportunidad, aquello era su boletos para empezar una vida desde cero, no una a desaprovechar aquella ventaja que el destino le puso en frente. Sin embargo sabía que si él se iba Zim aprovecharía para hacer algo estúpido, estaba cansado de tener que lidiar con él, estaba más que agotado de tener que enfrentarse a un maldito ególatra que quería destruir la tierra, aunque había impedido varios planes de aquel Irken, estaba más que harto de que la gente lo tomara de loco y la prueba fue el evento del Florpus.

¿Que haría con Zim entonces? Debía actuar rápido ya que solo tenía dos meses antes de que él se fuera de la ciudad.

Un par de días pasaron, el mayor de los hermanos paso dos noches en vela tratando de pensar sobre sus siguientes jugadas, últimamente le preocupaba más el asunto de que hacer con el extraterrestre egocéntrico que con su propia huída, estaba empezando a perder la cabeza, no fue hasta que recordó aquel fármaco que su padre estaba probando en pequeños roedores, quizás debía indagar un poco sobre aquello.

Pensó en una forma en la que podría entrar a su laboratorio, podría hablar con algunos de sus colegas, por qué ya sabía de buena fuente que los guardias no lo dejarían pasar.

Ese día por el desayuno, clon Membrana estaba sirviendo el desayuno, al parecer ya estaba aprendiendo a hacer más platillos además de pudín.

– Buenos días hijo, te prepare el cereal que tanto te gusta – el saludo del ex esbirro de Zim provocó que Dib solo fingiera un poco de alegría

– Gracias pero no tengo hambre – rechazo completamente serio el chico

– ¿No has dormido bien? – dijo aquel ser que se creía el mayor de los Membrana, mientras tomaba a Dib del mentón – Oh ya se, podríamos pedirle a mi clon defectuoso que te dé un poco de ese fármaco en el que está experimentando

– ¿Fármaco? ¿Papá está experimentando en un nuevo medicamento?

– Sirve para problemas de sueño... O eso creo – mencionó mientras se daba golpecitos en su mejilla con la cuchara – me lo dió y me dejó en inbernación por un buen tiempo – contestó alegre aquel padre falso

Aquello hizo que Dib comenzará a averiguar más sobre aquel proyecto de su padre, quizás sus plegarias finalmente fueron escuchadas.

Empezó a planear la forma de robar un poco de aquel fármaco, todo debía salir lo más rápido posible, su boleto de libertad estaba más que cerca, cada valioso minuto debía ser aprovechado, el tiempo corría y desgraciadamente no tenía tiempo que perder.

°•Presente•°

Antes de que Tak pudiera decir algo Dib volvió a la casa, le dedicó una mirada vacía.

– Antes de que digas algo, lo hice para poder sobrevivir... mañana te llevaré con él

– ¿Por qué debo confiar en ti? – preguntó ella con un toque de angustia

– No lo hagas si no quieres, pero soy lo único que tienes y tú única salida

Después de eso, Dib se adentró al su casa, dejando dudando a la chica, quien observó a su nave, estaba completamente destruida, sería imposible no repararla sin tecnología irken, pero ir a la base de Zim podría ayudarla a salir de aquel condenado planeta, era un precio que tenía que arriesgar.

La noche pasaba a un paso lento para Dib, veía el techo desde la comodidad de la cama no estaba orgulloso de cómo dejo a la Irken, las disculpas no siempre servían y menos ahora, lo que hizo nadie podría deshacerse, ahora lo que debía hacer era ayudarla a escapar de la tierra, solo quizás ese remordimiento por fin podría salir.

– por Saturno... Soy un monstruo – de dijo para si mismo poniendo sus manos en su rostro.

Fue entonces cuando escucho su puerta abrirse, observando a Tak ella lucía completamente enojada.

– Llévame con Zim – ordenó furica aquella Irken

– ¿ahora? – Dib miró el reloj que tenía en la pared, eran casi las 11 de la noche tardarían mucho en llegar hasta la guarida de Zim.

– ¡AHORA!...

•••

Nunca entendió como a veces podría ser persuadido tan fácilmente, ambos estaban rumbo a la que fue la guarida de Zim, por primera vez, Dib sintió las miradas curiosas hacia él y Tak; quien solamente llevaba una sudadera para cubrir su cabeza, en la cara solo tenía algunas manchas de maquillaje para disimular un poco. Ante la mirada de algunos acompañantes del autobús ella parecía que solo tenía un disfraz mal hecho de alienígena.

Años atrás, Dib abría deseado una oportunidad así, sin embargo ahora quería que los mirones chismosos dejarán de verlos.

– niño, me parece que es muy pronto para Halloween – dijo una anciana que se acercó hasta ellos

– Eso no le incumbe señora – contra atacó Tak bastante enojada.

Aquello solo hizo que aquella señora se ofendiera y molestará. Cambiando de lugar inmediatamente.

Dib solo se encogió de hombros, realmente está noche era de las más complicadas que tenía en toda su vida, pero lo peor era lo que le esperaba al llegar a su destino.

Tan pronto como vio que se acercaban al destino, Dib tomó a Tak de la muñeca, sintiendo nuevamente las miradas de los pasajeros, bajaron a toda velocidad del autobús.

El muchacho sentía como los nervios se apoderaban de su mente, millones de imágenes inundaban su cabeza, sentía como si reviviera todos aquellos traumas que Zim le hizo pasar.

Cuando llegaron al vecindario donde estaba la casa de Zim, podía sentir como aquellas personas los juzgaban severamente. Estaban a unos metros, el corazón de Dib latía tan fuertemente que parecía que en cualquier momento estallaría, llevaba a rastras a Tak, quien apenas luchaba contra el agarré del terrícola.

Ambos pararon frente a la guarida de aquel Irken, por un momento ambos sintieron un enorme trance: observaron la casa deteriorada; el pasto cubría levemente a los gnomos, la puerta junto con las ventanas conservaban polvo acumulado, era como si nadie viviera ahí.

Poco a poco Dib caminaba, ya no tenía a Tak de la muñeca, ahora la tenía de la mano, poco le importaba a la ex invasora tener que andar de esa manera, ya empezaba a ceder ante la idea de que aquel descerebrado ególatra estuviera muerto.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de la chica, cuando el azabache finalmente abrió la puerta, un olor nauseabundo invadió las fosas nasales de ambos, era una mezcla extraña de lácteos y productos fermentados. Cómo una película de suspenso, la casa se encontraba vacía, la poca iluminación del televisor era lo que daba visión al interior, en medio de la sala, rodeado de comida podrida yacía apagado el robot lacayo de Zim, quien debes en cuando se prendía solo para comer, los padres robots estaban apilados en un rincón inmóviles, pues ya no tenían suficiente baterías, el único que aún estaba en funcionamiento era aquel mini alce, pero solo flotaba sin hacer mucho.

Tak finalmente se deshizo del agarré del chico, quien lentamente seguía caminando rumbo a la "cocina".

– Cambie de opinión... Volvamos a tu casa

– ¿Querías saber que le pasó a Zim, no? Anda, quizás alguno de los dos quiera hacer lo correcto por una vez en su vida

Ella obedeció, pasando con cuidado aquella escena aterradora.

Finalmente sus temores se confirmaron, al cruzar el umbral, la chica pudo observar a su ex compañero alienígena, quien yacía en un tubo perfectamente conectado a su base, estaba en un estado de sueño criogenico.

– Ahí lo tienes...

– ¿Que le hiciste? – pregunto la guerrera aterrada

– No está muerto si a eso te refieres... Simplemente está "dormido", anda despiertalo y si quieres unanse, ya no me importa

Luego de eso Dib salió a la calle nuevamente, sintiendo la gélida brisa en su mejilla, se sentía como un monstruo, genuinamente era uno, tomó un cigarrillo para tratar de apaciguar la culpa que tenía nuevamente.

"– ¿Hay algo tan pesado con lo que cargues jovencito? – preguntó aquella mujer a la que le obligaban a ver

– Usted no lo entendería, nadie lo haría– respondió el chico mientras perdía la mirada en el techo de aquel consultorio

– No digas eso, todos cargamos con alguna culpa en algún momento, no tienes que aguantarla para toda la vida

Dib observo a su terapeuta, frunció el ceño, sabía que en cuanto revelera un poco de lo que hizo ella lo metería a cualquier hospital psiquiátrico.

– Vamos Dib, confía en mí – dijo aquella fémina de una forma calida

– Si usted lo dice... Según tengo entendido todo lo que hablemos se quedará entre nosotros ¿Verdad?

La mujer solo asintió con la cabeza

– ¿Acaso me dirás qué mataste a alguien? – preguntó curiosa

– No exactamente... Solo díganos qué está en coma...

Dib observo como el rostro de aquella fémina cambiaba a uno muy serio, la carisma que mostraba anteriormente se esfumó por completo.

– ¿Que hiciste exactamente joven Membrana?"

Mientras tanto Tak, solo observaba con horror como estaba aquel ser odioso encapsulado, tenía tantas emociones juntas, quería ir y despedazar a Dib pero también tenía tantas ganas de terminar con Zim; el culpable de todos sus males... Estaba tan abrumada por todo aquello ¿Que debía hacer?

El egoísmo no solo es un sentimiento humano, Tak comenzó a dejar de que eso nublara su visión, volvió a la salida donde encontró al humano sentado en las escaleras con aquel pequeño cilindro.

– ¿Cómo fue que hiciste semejante barbaridad?

Dib solo tomo una gran calada de aquel tabaco, recordando todo como desde el principio, como si todo aquello lo hiciera apenas ayer y no hace un par de años atrás.

– Todo lo planee en un mes; mi padre trabajaba en un nuevo fármaco, lo probé en algunos insectos, todo parecía bien, así que le di uno de esos somníferos a Zim, como sabía que él no confiaría en mi, convencí a una de las pocas personas que me hablaba para que se lo comiera en un pedazo de pastel y no sospechara, durante dias trate de acceder a su sistema, hasta que finalmente lo logre un par de días después, al poco tiempo me deshice de sus ayudantes – contestó ahora soltando el humo

– ¿Que hay del tubo criogenico? ¿Cómo lo conseguiste?

– Papá estaba experimentando sobre tener una invernación en el futuro, quería que los humanos pudieran saltarse el invierno, solo tenía que robar uno, no fue fácil pero logré hacerlo, creí que ponerlo a dormir era mejor que solo acabar con él

Tak no daba crédito a lo que oía, sentía que debía volver a dentro y despertarlo, sabía que eso era lo correcto, pero también sabía que en cuanto Zim despertara ella volvería al infierno en el que estuvo viviendo. Odiaría tener que volver al castigo en el que se vió obligada, todo era culpa del idiota de Zim.

– ¿Porque lo hiciste? – preguntó molesta

– Por que quería tranquilidad, ya no deseaba que Zim siguiera entrometiéndose en mi vida, quería dejar todo atrás, yo solo queria tener mi propia existencia, quería dejar esa maltida vida atrás, pero, me equivoqué, ese maldito pasado sigue y me seguirá a todas partes ¡Estoy harto de toda esa mierda Tak!

Tak tomó la decisión de dejar las cosas como estaban, volvió adentro para buscar algunos objetos, quizás podría robarle cosas a Zim y retomar un camino diferente, lejos de toda aquella basura en la cual estaba llamando vida.

Dib por un lado, no cuestionó ninguna de las acciones de la ex invasora, incluso si ella se marchaba desde ese instante el la apoyaría.

"– Se lo dije yo solo soy un monstruo con un gran declive emocional...'

– Un maldito monstruo – se repudio a si mismo aquel humano, mientras apagaba ahora el tubo pequeño de nicotina que le quedaba.

Continuará...

Notas importantes de la autora:

Tak no sabe sobre que le pasó a los más altos, ella no tiene idea del Florpus.

Bueno mi querida audiencia, mejor tarde que nunca, disculpen por no actualizar, la verdad es que últimamente no me ha ido bien ni en el trabajo ni en la vida, he tenido algunos problemas monetarios que me han impedido escribir como quisiera (nunca trabajen en instituciones dedicadas a tratar el tema de cáncer en la mujer, está llena de Karens)

La verdad es que este tampoco ha sido uno de mis mejores años, pero trato de ser optimista y que las cosas mejorarán.

Por cierto quiero agradecer a las dulces personitas que me felicitaron en mi cumpleaños, muchas gracias a todos aquellos que lo hicieron, Miles de gracias.

Bueno espero que les guste ese capítulo cortito, espero no tardar para el siguiente 🖤

See you Later...

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