Era un nuevo día, el joven membrana partió rumbo a su escuela, no prestaba atención a el camino, por ende ya sabía cómo llegar, para una rutina tan predecible le era más fácil saber por dónde iba, ya era algo que hacía por inercia.

Tan pronto llegó fue a su salón, nunca le gustó dejar sus cosas en los casilleros, el suyo técnicamente estaba intacto, como nuevo se podría decir. Sabia lo temprano que había llegado, con suerte encontraría a alguien, esa escuela le daba de cierta forma miedo, el estilo parecía ser de las clásicas escuelas donde había ocurrido algún antecedente penal, decían que incluso se podia ver una que otra alma, si fuera el obsesivo de siempre ya habría investigado, pero realmente ahora le daba igual... Aun que aun tenia esa pizca de curiosidad.

Tak se había despertado, su estomago le pedía consumir alimento, se paro y fue a buscar algo a la cocina, había un par de panques de chocolate y una taza de lo que parecía ser una especie de batido de chocolate, cuando lo probó este le supo a gloria, aun conservaba su temperatura cálida por lo que le había sido exquisito, tomo uno de los panques y lo devoro como si no hubiera más, ella estaba hambrienta y en parte débil, decidió llevarse el otro a su habitación, se lo comería después. En cuanto entro pudo ver que el humano la había ordenado, fue entonces que se vio en el espejo, llevaba únicamente la larga camisa del chico, ella se ruborizo a la vez que su ira iba ganando terreno ¿Cómo se atrevía el humano a desnudarla? pero entonces, cerca de la cama, estaba su ropa lavada y doblada.

Ahora que lo analizaba mejor Dib la estaba cuidando, el chico hacia todo por mantenerla a salvo, incluso la busco cuando ella se salió en medio de la lluvia ¿por que le costaba tanto trabajo confiar en él? su propia especia la trato mal, y ese humano, la rescato, incluso cuando quiso destruir la tierra.

Estaba hecha un mar de confusión, realmente el sucio humano, la estaba confundiendo, pero no estaba de buen humor para seguir indagando, tomo su ropa y comenzó a cambiarse, miro su cuerpo, lleno de cicatrices, era un recuerdo de advertencia, quizás por eso aun no confiaba en el humano, pero si hubiera querido hacerle daño ya lo habría hecho. Suspiro pesadamente realmente lo único que deseaba era sobrevivir y tener una vida tranquila, pero, hasta eso no podia, ya que ella no tenia nada para sobrevivir ante los humanos, si salía ella podría estar expuesta.

Tomo un descanso, tal vez si dormía podría dejar de pensar tanto, pero ahora su mente se encontraba en una sola cosa, las geodas y aquella flor, todas estaban ahi incluso había otras dos nuevas, unas pequeñas. Tak pensó que el humano se enojaría si ella las tenia pero ahora había agregado dos nuevas a su colección, estaba muy confundida, tal vez debería empezar a confiar en él, aunque ya sabia lo que ocurría cuando confiaba ciegamente en alguien.