•Acmé•
Era una mañana fría, veía a través de la ventana de su habitación, las copas de los árboles se movían al ritmo del viento, otra vez estaba solo, pero solo era temporal, o al menos esa era la mentira que se decía una y otra vez. Pero, mientras ella estuviera con él, nunca se sentiría solo de nuevo, porque ella era todo su mundo, solo quería tenerla cerca para vivir tranquilo, le daba igual si nunca tuviera amigos, ella ya era su mejor amiga, o eso era lo que le decía tan dulcemente.
Escuchó como la puerta de la entrada se habría, corrió hasta aquella parte, esperando a que fuera su progenitora la que había llegado, sin embargo, el ver que solo era su padre hizo que el niño tuviera miedo, las preguntas salieron de la boca del infante, intentando captar la atención de su padre, deseaba saber cómo estaba su madre, donde estaba ella, pero, sobre todo, por qué su padre tendría la mirada baja.
Mientras sus abuelos paternos cuidaban de su hermana, el mayor de los hijos se quedaba en casa, era más fácil que el estuviera quieto en casa que llevarlo con los progenitores de su padre, ya que toda la atención iba de manera inmediata para la pequeña de apenas dos y medio de vida.
De manera que no entendía, el niño fue ignorado por su padre, él se había encerrado en aquella habitación donde no se le permitía entrar, con cuidado tocaba la puerta para ver a su padre, pero era inútil, no le abriría solo escuchó que su padre hablaba con algunas personas por teléfono, finalmente la puerta se abrió, nunca en su vida había visto tristeza en aquel sujeto, pero ahora ahí estaba, un hombre que siempre reflejó un aura de grandeza, en esta ocasión, estaba completamente desbastado, la voz inocente del pequeño volvió a inundar aquella parte de la casa
- ¿Dónde está mamá?
Esa simple pregunta, le rompía el alma al pobre hombre que yacía enfrente de su hijo, Dib solamente veía como su padre hacia un esfuerzo sobre humano para no quebrarse frente a su hijo, lo tomo para cargarlo y llevarlo a su habitación.
- Pronto la veraz, por ahora te quedaras con tu hermana y tus abuelos
Llevo al chico a su recamara, tomó una pequeña mochila, comenzó a poner ropa del niño adentro, pasaría la noche con sus padres, aquel adulto pasaría toda la noche en el hospital, por primera vez en toda su vida, le aterraron aquellas edificaciones, aunque sus padres le recomendaron estar en casa, la verdad era que tenía miedo de dejar a su esposa sola.
- Te veré en la mañana - sin más su padre se despidió de él, ni siquiera se fijó si entraba a la casa de sus abuelos, solo lo dejo en la puerta, donde fue recibido por su abuela, si algo le preocupaba a su abuela, era su hijo, nunca había visto al científico tan decaído, su temor era que entrara en depresión cuando ocurriera lo inevitable.
Ese día, sus abuelos paternos cuidaron de él y su hermana, la curiosidad de saber cómo estaba su madre, estaba latente, pero debió guardársela para él, su abuela paterna era una mujer de poco cariño, aunque lo amara, nunca demostró el afecto hacia otros humanos y menos hacia otros animales u objetos, ella era algo seca, una razón más para que su padre fuera un ser algo reciproco a la hora de dar (y también de recibir) cariño. Fue un pequeño martirio para niño, amaba cuando sus abuelos maternos se quedaban en casa, al menos ellos eran más cariñosos con los dos, sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando escuchó el auto de su padre.
Como todo buen niño, espero hasta que su padre entrará para poder saber sobre la situación de su madre, antes de que pudiera ir con él, fue detenido por su abuela, quien tomó a Dib de las muñecas, lo llevaría a bañarse, al parecer tendrían planes de salir para más adelante.
Tardó unos 15 minutos estar vestido, llevaba un abrigo grueso, junto con un pantalón presentable, su hermana llevaba un vestido lila que tenía un moño blanco junto con un par de mallas blancas y un suéter, no entendía por qué debían ir presentables, pero sobre todo a donde iban, lo único que vio fue aquel edificio blanco, apenas entro el olor a medicinas y alcohol invadió sus fosas nasales, gracias a su mano libre pudo taparse la nariz.
El oficial les puso a él y a su hermana una especie de brazalete, fue una suerte que su hermana estuviera durmiendo en los brazos de su padre, de otra manera ella se hubiera emberrinchado ante el tacto de aquel oficial.
En cuanto pudieron acceder, su progenitor los llevo por varios pasillos de color blancos poco iluminados, un pequeño escalofrió recorrió su espalda, el miedo se fue apoderando de sus pensamientos ¿Qué era exactamente este lugar tan extraño?
Dib sabía lo que era un hospital, pero nunca había entrado a uno, era una sensación extraña y de miedo, realmente no deseaba seguir ahí, en aquel lugar tan tenebroso para él niño.
Tan pronto como su padre se detuvo observo a una puerta con el numero "170" antes de abrirla, su padre se inclinó a la altura del infante, tenía algo que decirle.
- Dib, no quiero que la agobies con preguntas, pero sobre todo que seas fuerte
Después de eso, su padre abrió aquella puerta, lentamente ellos entraron, fue una revelación enorme para el pequeño, quien miraba asombrado el interior de la habitación.
Había muchas maquinas extrañas, debido a que las ventanas estaban tapadas la iluminación era por medio de lámparas, en medio de la habitación, estaba su madre, postrada en la cama, su estado demacrado asustaba un poco al niño, pero lentamente se fue acercando hasta ella.
- ¿mamá?
- Hola cariño, ven aquí
A pesar del estado tan deplorable de su madre, ella no dejo de sonreírle, nunca dejó de ser tan cálida y amorosa ante sus hijos.
- ¿Regresaras pronto a casa? ¿verdad?
Un pequeño silencio se formó, realmente el chico quería saber cuándo su madre estaría de vuelta en casa, la extrañaba y no era de menos, nunca había estado tanto tiempo sin su madre, ella llevaba casi 2 meses en el hospital.
- Dib, cariño, ven conmigo - por instinto, él se acercó a su progenitora, ella le pidió que se sentará a un lado, lo hizo con mucha delicadeza - querido ¿podrías dejarnos a solas?
- Estaré aquí afuera por si me necesitas
Una vez que se fue, Dib abrazó a su madre, no quería alejarse de ella, realmente él quería volviera a casa, su ausencia lo tenía sumergido en la soledad, como él decía, sin su madre los días se tornaban grises.
- Te extraño mamá, extraño que estés en casa
- hijo tengo algo que decirte - el niño observó a su madre - ¿recuerdas aquella vez que vimos el maratón del gato lunar?
- Si, fue cuanto hubo un apagón y tu improvisaste una historia con las sombras
- ¿y la salida al campamento?
- fue cuando la ardilla le robo el emparedado a papá
- ¿y aun recuerdas la primera vez que fuimos al mar?
- si ¿Por qué lo preguntas?
- Quiero que recuerdes todos aquellos momentos felices, todos aquellos días en las que estuvimos juntos los tengas presentes, recuerda que el amor que yo siento por ti y por tu hermana es tan grande que, aunque no esté contigo físicamente, yo seguiré ahí en otra forma, Dib tengo que contarte un secreto, esto es algo que estará entre tu y yo ¿de acuerdo?
- si mamá
- ¿prometes que esto será entre tu y yo?
- lo prometo
- Algún día yo dejare de existir, pero yo estaré contigo en otra forma, tú padre nunca lo va a creer ya que su "ciencia" dice lo contrario, pero quiero que sepas, sin importar cuantas veces te sientas solo, una parte de mi estará contigo, no importa cuantas veces tropieces tienes que salir adelante, pero, sobre todo, tienes que ser fuerte y no darte por vencido jamás ¿Esta claro?
- Mamá ¿no vas a irte, cierto?
Ante aquello abrazo como pudo a su hijo, algunas lágrimas no tardaron en brotar por parte de la mujer, realmente no tendría el coraje para decirle a su hijo la verdad, quizás porque en el fondo sabía que un niño no podría con aquella noticia.
- No es que me vaya, simplemente yo... solo mi cuerpo físico lo hará - aquello le dio mucha más tristeza a ella - Dib te extrañare más que nadie que en este mundo, quiero que entiendas que eres lo que más necesito en mi vida y, sobre todo, eres lo que más amare en esta vida o en la otra
- ¿mamá?
- Dib mi pequeño niño, cuida bien de Gaz por favor
En ese instante no había comprendido bien aquellas palabras, solo podía hacer una cosa y era abrazar muy fuerte a su madre ¿acaso ella se quedaría más tiempo en el hospital? Si era así ¿Cuánto tiempo sería?
Al igual que su madre, Dib también comenzó a derramar lágrimas, ese abrazo significo mucho para ambos, lástima que ese sería el ultimo que se dieran. Después de aquella visita, Dib no volvió a ver a su madre, por más que él pequeño se lo pidiera a su padre, este siempre le decía que era complicado volver a ir, hasta aquel día: la mañana recién comenzaba, tenía la esperanza de que su progenitora volviera pronto, bajo a desayunar algo, esta vez su abuela paterna estaría cuidando de ellos en su hogar, se sentía más cómodo estando en su casa que en la de sus abuelos, todo indicaba que sería un buen día, cuya esperanza no terminaba. Sin embargo, al entrar al comedor, pudo ver a su padre en un estado que jamás había visto, estaba decaído, ni siquiera respondía a los saludos o a sus llamados, eso preocupo al menor, quien al acercarse pudo notar mejor las lágrimas de su padre ¿Qué estaba ocurriendo?
- ¿Papá? ¿estás bien?
Antes de que pudiera continuar, el joven niño fue cargado por su abuela, quien lo sentó en la silla más alejada, los adultos estaban raros, más de lo común, su abuela paterna le dio un vaso de jugo y una especie de pastilla redonda con una cara sonriente, confundido lo tomó, quizás eran unas nuevas vitaminas que su abuela le obligaba a tomar, escucho el timbre a lo lejos, no esperaban a nadie o al menos eso entendía.
Escuchó voces conocidas, eran los padres de su madre, quizás habían ido a ver a su hija, eso era lo más lógico para él pequeño, cuando los abrazó, le resultó extraño que ninguno de los dos lo recibiera, al contrario, ni siquiera parecían felices.
- ¿Abuelo?
- Hola Dib ¿Cómo te sientes?
- ¿Qué está pasando?
- ¿Ya lo sabe? - Ahora fue su abuela materna quien preguntó afligida a la madre de su padre, ella únicamente negó con la cabeza - ¿cómo piensan decirle?
- diciéndole las cosas como son
- pero es un niño ¿No creen que eso le afecte? - Eso enfureció a la abuela materna de Dib, mientras que el niño no entendía nada de lo que estaban discutiendo.
- Es mejor que lo sepa de una forma verdadera a una forma suave e irreal
- Pero él es solo un niño
- con más razón se le debe decir la verdad, eso que "el espíritu" existe es solo una superstición
Poco a poco, Dib se fue alejando de los tres adultos que discutían, hasta que llego a de nuevo con su padre, Dib lo abrazo de la pierna, todo aquello lo estaba confundiendo, realmente se sentía abrumado con todo lo que está ocurriendo ¿Qué era exactamente lo que pasaba?
- Hijo - la voz de su padre lo llamó, realmente nunca había escuchado que su padre sonará de esa forma inusual, estaba triste y apagado, pero sobre todo muy deprimido, pero él siendo un niño no conocía aquella sensación
- ¿Qué está pasando? ¿Por qué todos actúan muy raros? Papá, tengo miedo - se aferró más fuerte a su padre
- Dib, tú madre... ella se ha ido
- ¿A dónde se ha ido? ¡TENEMOS QUE IR POR ELLA! ¿Dónde está? Quizás si yo le hablo, ella regrese ¡dile que me portaré bien! Que Gaz será una buena niña ¡DILE QUE LA AMAMOS! - las lágrimas pronto brotarían
- No cariño... tú madre ha muerto - era la voz de su abuela materna, quien al verlo no pudo evitar acompañarlos en el llanto - ven Dib, tenemos que prepararte para el funeral
- ¡PERO YO NO QUIERO!
Él niño se aferró más a su padre, pero en cuanto su abuela llegó para llevárselo, poco a poco fue retirado de su progenitor, nunca había sentido tanta tristeza, aunque su abuela le había dado un antidepresivo, aquel fármaco no había funcionado, afortunadamente para Gaz, este suceso pasaría inadvertido, puesto a que aún era muy joven para tener recuerdos profundos
Tal como dijo su abuela materna, ambos estaban en la recamara del chico, el llanto por parte del menor nunca ceso, realmente la tristeza de saber que su madre ya no volvería lo estaba invadiendo, había perdido lo que más amaba ese día.
- No te sientas mal cariño, puede que tú madre no esté físicamente, pero ella seguirá contigo aquí - dijo señalando su corazón - Ella vivirá en tus recuerdos
- ¿Por qué no se quedó conmigo abuela?
- Es parte de la vida, todos tendremos que irnos algunos se van antes, otros se quedan un tiempo más, mi pequeño, quizás no lo entiendas, pero más adelante sabrás que ella siempre estará contigo de forma espiritual, pero sobre todo recuerda siempre que ella te amó demasiado
- Yo no quería que se fuera
- Yo tampoco
Debido a que su padre no creía en seres "divinos" no hubo ceremonia fúnebre en una capilla, algunos colegas y amigos se presentaron a la funeraria donde yacía el cuerpo de aquella mujer que recordaban con cariño, aunque muchos de ellos eran más conocidos del científico, algunos iban a darle las condolencias a los padres de la fallecida Hécate.
Dib yacía triste, la verdad es que él pasaba desapercibo, ningún adulto iba con él, hasta que llego aquel hombre al cual llamaba tío, era un hombre alto y pelirrojo por lo que le decía su madre, él era un gran amigo suyo, su sino fuera porque su padre estaba ocupado por sus colegas y empleados, aquel hombre hubiera sido alejado de inmediato.
- ¿Vaya situación no?
- Hola tío Roger
- Quizás estés cansado de escuchar que todo estará bien ¿no? tú madre era una mujer maravillosa y muy importante en la vida de muchas personas, escucha, se que eres un niño inteligente así que podrás salir de esta complicada situación ¿sabes? A tú madre le gustaba este tipo de cosas quizás te interesen a ti también
Dicho esto, le entregó un viejo libro desgastado, apenas se podía ver la portada de dicho libro, en cuanto Dib lo sostuvo miro confundido al hombre.
- Seré claro, tu madre amaba este tipo de literatura, pero a tu padre la limitaba sus gustos, quizás lo haga contigo también, no dejes que su espíritu "aventurero" muera, estoy casi seguro que ella te habría instruido en estas cosas
Tras algunos minutos se dio inicio al funeral, guardo aquel libro en la bolsa de su abuela materna, fue hasta donde yacía el cuerpo inerte de su querida progenitora, la tristeza invadió mucho al niño, las lágrimas volvían a brotar ¿así se sentía estar destrozado? Es la sensación más amarga que estaba experimentado.
Una vez que acabó el funeral, nunca más volvió a hablar con aquel sujeto, es más ni siquiera supo que fue de él más adelante.
Los días pasaban y Dib no lograba estar feliz, su padre no salía ni siquiera de su habitación, la perdida de su madre le trajo un vacío, ni hablar de que siempre estaba decaído, realmente la muerte de su madre fue una gran perdida para todos en su familia. Poco a poco la alegría se fue apagando, no solo eso, sus abuelos maternos ya no iban a verlos, al grado que incluso parecía que ellos se olvidaron de lo único que dejo su hija en vida: sus nietos.
Con forme pasaron los días el mayor de los membrana parecía que se estaba olvidando hasta de sus propios hijos, muy pocas veces los atendía, el duelo de perder a su esposa lo estaba afectando al grado de ir perdiendo la sensibilidad humana, cuando por fin comenzó a retomar su vida, lo hizo de una manera bastante deplorable, el trabajo y la ciencia era lo único en lo que podía aislarse del mundo, estaba completamente seguro de que ahora eso lo mantendría ocupado para así olvidar su pesar, olvidándose también de sus hijos.
Los días comenzaron a pasar, hasta convertirse en meses y esos meses en años, durante ese tiempo el pequeño Dib aprendió a valerse de si mismo, ya que su padre se encontraba sumergido en su profesión, también tenía que hacerse cargo de su hermana, quien más tarde descubrió los videojuegos, al no tener una figura parental, ambos chicos podían hacer lo que quisieran. Así el pobre niño, investigando en su casa descubrió aquella pasión reprimida de su madre, lo paranormal. Ella al ser una bioquímica y estar casado con el científico más estricto con las ciencias verdaderas, había reprimido ese deseo de buscar fantasmas o cosas inexplicables para la ciencia, así que opto por esconder todo aquello, Dib recordó que su madre ahora era un espíritu, con la inocencia de un niño, él salió a buscar dicho espíritu, tal vez si lo encontraba podría tenerla de nuevo y las cosas volverían a la normalidad, así que comenzó a buscar indicios de la esencia de su madre, pero al momento que lo llevaba acabo encontraba más cosas, algunas que deseaba que alguien lo escuchara y lo entendiera.
Esas platicas provoco que él niño comenzara a sufrir burlas por parte de los otros niños y también de adultos, además de sufrir acoso y humillación por aquellas creencias si no también por su apariencia física, el pobre también recibía violencia física.
El tiempo pasaba y todo parecía ir en su contra, a los 8 años ya no estaba interesado como tal en seguir buscando a su madre, ahora su interés recaía en buscar todo aquello que viera con lo paranormal, debido a que tenia mucho tiempo de sobra y su padre ahora solo se enfocaba en su trabajo, él salía y venia cuando quisiera, su hermana le daba igual si Dib se encontraba en casa o no, para ella sus videojuegos eran la mejor compañía.
La familia Membrana estaba más que rota, no había nada que pudiera arreglarla, nadie que pudiera unirlos, preferían evadir sus propios miedos y temores a tener que tratarlos, pero fue hasta que la soledad de cierto chico le diera a entender a él mismo que las cosas no estaban bien, siempre quiso tener a alguien que lo escuchara, que lo tratara de una manera digna, su padre no lo hacía, aunque le diera lo mejor a sus hijos, el científico solo tenía tiempo para uno de ellos y por desgracia, solo le dio amor y cariño a la menor, Dib se sentía desplazado, era cierto, él no era el orgullo de su padre, pero se lo demostraría cuando atrapara algo para mostrárselo a su padre y así ganar su cariño.
Trató años y años. lo intento, fue hasta que apareció el ególatra de Zim, era su oportunidad perfecta, daría su mejor esfuerzo, aunque en algunas ocasiones salía lastimado, pero si lograba hacerlo, por fin tendría el orgullo de su chiflado padre. Aunque jamás lo logro nunca perdió la esperanza de capturar a Zim y convertirse en un héroe, y justo cuando el evento del Florpus, creyó que por fin su padre se convencería de que existía todo aquello que Dib trató de mostrarle, sin embargo decayó cuando su padre negaba haber vivido por todas aquellas experiencias, eso realmente devastó al muchacho.
Fue hasta los 13 que cansado de ver como su locura estaba en un punto acmé para su padre, decidió abandonar todo aquello, para concentrarse en algo que había reprimido durante mucho tiempo, su bienestar, el merecía tener un mejor ambiente, lejos de todo aquel dolor con él cual simplemente ignoro, todo aquello por fin estaba haciendo estragos en su organismo mental, el ver que estaba solo desde aquel fatídico día, le hizo ver que realmente no le importaba a nadie, no había a quien recurrir en momentos de desesperación, o alguien a quien contarle lo que le pasaba, si, por fin todo aquello por la cual había dejado de lado comenzaba a afectarle, varias veces incluso quiso acabar con su vida, realmente los estragos comenzaron a afectarle más al inicio de su adolescencia hasta la fecha...
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La maldita alarma lo sacó de sus sueños, apenas había dormido 4 horas, sus tareas y examen es lo tenían extremadamente ocupado, un par de semanas más y por fin podría ser libre por un par de meses, ahora que lo pensaba buscaría un trabajo para ayudarse a solventar gastos, aunque debía admitir que era duro mantenerse solo a una edad bastante joven, fue la mejor decisión que pudo tomar.
Después de su rutina diaria de higiene personal, fue a la cocina, tal como le prometió a la chica extraterrestre le dejaría comida, durante el tiempo que ella se quede, él no la descuidaría de todos modos era su invitada.
Una vez fuera, tomó su teléfono, observaba algunos clasificados, realmente su búsqueda de empleo comenzaría ahora, aunque el dinero de la beca le era suficiente, a veces tener un poco más de efectivo le serviría, aun quedaban imperfectos que solucionar en aquella casa que ahora era suya, quería quedarse con ella legalmente, por lo que cuando cumpliera la mayoría de edad buscaría la manera en la que él pudiera tenerla.
Miro su reflejo por aquella ventana se pregunto internamente ¿realmente estaba preparado para la soledad de nuevo? No era tiempo para pensar en eso, tenía tres exámenes ese día, de las cuales, si no los lograba pasar con una nota alta, perdería no solo una calificación, seria su ruina con la beca, así que comenzó a leer el libro digital que descargó semanas anteriores, su primer examen sería Física, así que debía dejar de divagar.
Una vez que llegó a su escuela, observo que la mayoría de los estudiantes estaban de cierta forma alertas había quienes estaban estresados, incluso se le hizo gracioso ver a un grupo de estudiantes bebiendo café de un mismo termo, llego a su salón de clases, la cual ya estaba con gente, se sentó en una de las bancas de atrás, por extraño que parezca el siempre solía sentarse en la parte de enfrente durante sus exámenes, sin embargo hoy fue la excepción, por hoy, solo quería hacer el examen y quitarse aquellas materias de encima.
El momento crucial de todo estudiante llego, el maestro por fin había llegado, todos los alumnos vieron como entraba aquel delgado y bien vestido profesor, generando miedo y pánico, cosa que no paso desapercibido por aquel hombre cuyo porte daba igual de miedo.
- Saquen hojas blancas, el examen es de preguntas abiertas...
De inmediato, el silencio sepulcral se hizo presente, algunos sentían que se les iba el alma del cuerpo, otros sentían que su corazón se paraba y otros sentían que en cualquier momento su asiento se mojaría
- Lo olvidaba, al final del examen escrito vendrá el examen oral, bien, primera pregunta ¿Cuál es el nombre del descubridor del átomo?
Si en definitiva hoy sería un día pesado para aquella clase, aunque la mayoría de los alumnos estaba con miedo, el joven azabache por primera vez se sintió relajado, la ciencia absoluta y verdadera fue inculcado de manera forzosa por su tan chiflado padre, una parte de él agradecía por ello, pero no por saberlo significaba que no debiera estudiarla, al contario si quería salir del planeta tierra y conocer más allá de la galaxia debía ser un alumno con excelentes notas, aunque a veces no pierde la esperanza de encontrar lo que finalmente ah anhelado desde que era un niño: un lugar al cual pertenecer, pero sobre todo algún lugar en el que pueda ser feliz.
Continuara...
Hola a toda mi quería y hermosa audiencia, gracias por seguir leyendo este proyecto que tengo, no pensé en decirlo, pero realmente ha sido el más largo que eh tenido, aunque no coman ansias, ya estamos a poco de terminar... (perdí la cuenta de cuantos capítulos llevamos hasta ahora) solamente puedo decirles que le agregare otros dos más y posiblemente escriba un final alternativo, así es tendrá dos finales, el oficial y el alternativo.
Antes de que se vayan quiero hacerles una encuesta rápido ¿les gustaría leer una historia sobre los padres de Dib? Seria de como fue que se conocieron y de como evolucionaron al grado de casarse. Claro, no es algo oficial y de hecho, hay una teoría que él mismo Jhonen Vázquez aclaro: DIB Y GAZ SON CLONES, pero a mi me gusta creer que si existió una "Doña Membrana" así que bueno este capito explica un poco sobre ella (mi teoría no la verdad sobre ella, hay que aclarar)
Sin más que agregar, muchas gracias por leer.
See you later~
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