Día 8: Supermercado
Era sábado por la mañana, y Baekhyun miraba la lista de compras en su teléfono. Estaba molesto; había sido arrastrado desde temprano cuando aún no había tenido la oportunidad de besarse con su amor platónico en sus sueños. Pero ahora, ahí estaba, en el supermercado, con la realidad golpeándolo de frente.
—Mis padres vienen a cenar —explicó KyungSoo, dejando por fin la lata de su elección dentro del carrito.
Baekhyun suspiró y tachó el producto en su teléfono.
—Eso ya lo sé, pero lo que no entiendo es por qué me tenías que arrastrar a mí. Estaba muy cómodo en mi sueño donde Park Chanyeol me confesaba su amor y nos besábamos en medio de la clase.
KyungSoo se giró a mirarlo por primera vez, y tenía una sonrisa burlona en su rostro.
—Ya, Baekhyun, ahora me alegro aún más de haberte despertado antes de que quedes en ridículo también en tus sueños.
—Cierra la boca —se quejó, y miró nuevamente su teléfono—. Iré a buscar bombones de chocolate para comer mientras me deprimo.
Mientras se alejaba, Baekhyun no podía dejar de pensar en Chanyeol. Era un estudiante de último año, el ayudante de prácticas de su maestro de Macroeconomía. Le gustaría decir que, desde que el chico entró a su clase y explicó cómo funciona la balanza comercial, sus notas habían mejorado, pero la verdad era que el lindo rostro del alto lo distraía lo suficiente como para estar a punto de repetir el curso.
Era consciente de que no tenía una oportunidad. No solo porque Chanyeol era totalmente profesional en su labor y jamás saldría con uno de los alumnos a los que debía instruir, sino que, además, jamás se fijaría en el peor promedio del curso.
Al llegar al pasillo de los dulces, buscó sus bombones favoritos. Parecían estar agotados, ya que no los encontraba. Frustrado, alzó la mirada y vio la caja en lo más alto de la estantería. Era obvio que, por su tamaño y sus cortos brazos, no podría alcanzarla.
Intentó incluso dar pequeños saltos, pero nada funcionaba. Estaba a punto de rendirse cuando unos brazos se elevaron sobre su cabeza y tomaron la caja por él.
Se giró rápidamente, casi cayendo al suelo al ver al chico de su sueño frente a él.
El altó no tenia ninguna expresión en su rostro incluso luego de reconocerlo. Baekhyun estiró las manos esperando recibir la caja de bombones, pero esa accion hizo que el alto frunciera el ceño y luciera confundido.
—Hmm..gracias?—intento articular palabras mientras intentaba comprender por que Chanyeol seguia aferrado a la caja de dulces.
—Oh...no lo baje para ti. —dijo mientras metia la caja en la canasta que llevaba en la otra mano.
Baekhyun deseó que la tierra lo tragara y lo escupiera en Jupiter si era necesario.
—Claro, es que es la última caja y yo estaba aquí antes que tú —intentó hacerlo razonar.
—Pero yo los alcancé... —replicó Chanyeol con una ligera sonrisa en su rostro, como si encontrara la situación divertida.
Baekhyun sintió que su rostro se encendía, un torrente de vergüenza lo invadía mientras se daba cuenta de lo absurdo de la situación. Podría dejarlo pasar y huir antes de que se pusiera aún más ridículo, pero la verdad es que a Baekhyun le encantaba hacer el ridículo.
—Mira, no quiero sonar desesperado ni nada, pero realmente quería esos bombones —dijo, tratando de sonar convincente, aunque su voz temblaba un poco.
—¿Por qué? ¿Qué te hace pensar que lo quiero menos que tú?
—Son solo dulces, Chanyeol —gritó Baekhyun, empezando a desesperarse.
Chanyeol levantó una ceja, claramente divertido por la situación.
—¿Y qué se supone que significa eso? —preguntó, inclinándose un poco hacia adelante, como si estuviera genuinamente interesado en lo que Baekhyun tenía que decir.
Baekhyun estaba exaltado y algo molesto por la actitud engreída del tipo, por lo que no notó lo cerca que estaba su rostro.
—Significa que... —intentó encontrar las palabras adecuadas, pero el calor de la cercanía lo aturdía—. Significa que, si no me das la caja, entonces voy a empezar a llorar.
Sí, a Baekhyun le encantaba quedar en ridículo.
Sin previo aviso, y como todo un actor profesional, comenzó a llorar, grandes lágrimas escapando de sus ojos.
Chanyeol se quedó congelado, mirándolo con una mezcla de sorpresa y confusión. La gente a su alrededor también lo notó y comenzó a detenerse a observar la escena.
—¿Por qué me haces esto, Chanyeol? ¡Dijiste que me amabas, y ahora le regalarás mis bombones favoritos a esa chica!
Chanyeol se quedó atónito, incapaz de procesar lo que estaba pasando. La confusión se apoderó de su rostro y, en un intento de aclarar la situación, frunció el ceño.
—Oye, cálmate, la gente no está viendo.
—No me interesa si no ven —gritó—. ¡Incluso se la presentaste a tus padres cuando aún me jurabas amor a mí!
Chanyeol sintió que un sudor frío le recorría la frente. A su alrededor, algunas personas se habían detenido y empezaron a murmurar. A nadie le gustaban este tipo de escenas, menos cuando parecía que estaba haciéndole daño a un chico tan lindo e inocente.
—Escucha, Baekhyun —dijo Chanyeol, intentando bajar el tono de su voz—. Tu ganas llevate los bombones—dijo pero el chico estaba demasiado metido en su papel. —. ¿Por qué no hablamos de esto en otro lugar? No quiero que todos nos miren como si fuéramos parte de una telenovela.
Entonces, solo cuando ya habian abandonado el pasillo las lagrimas de baekhyun se detuvieron asustando a Chanyeol por su facilidad para cambiar de humor.
—¿Tienes que ser tan dramático? —dijo Chanyeol
—Te dije que realmente queria los bombones—sonrió estirando su manos.
—No entiendo cómo puedes pasar de llorar a sonreír en un instante. —Chanyeol negó con la cabeza, pero una sonrisa involuntaria se dibujó en su rostro mientras le extendia la caja.
El más bajo le arrebató la caja y salto de felicidad. De pronto, recordo que estaba de pie frente a su amor platonico y que habia hecho todo un show frente a él para conseguir unos dulces.
Sintió el rubor subiendo por sus mejillas e intentó huir pero la voz de Chanyeol llamandolo por su nombre lo detuvo.
—¿Sí? —preguntó, tratando de sonar despreocupado, pero no pudo evitar que un ligero temblor se filtrara en su voz.
Chanyeol sonrió, esa sonrisa que le hacía sentir mariposas en el estómago.
—Los pagaré por ti.
Baekhyun se quedó parado, procesando lo que Chanyeol acababa de decir. Sus palabras lo tomaron por sorpresa, y una mezcla de confusión y felicidad se apoderó de él.
—¿De verdad? —preguntó, su voz casi un susurro, como si temiera que decirlo en voz alta lo desvaneciera.
Chanyeol asintió, su sonrisa se ensanchó.
—No tienes que hacerlo, realmente —dijo, sintiéndose un poco abrumado.
—No creí que fueras tan interesante, Byun Baekhyun. Es mi excusa para pasar al menos unos minutos mas a tu lado.
Baekhyun sintió que su corazón daba un vuelco. La manera en que Chanyeol lo miraba, con esa mezcla de sorpresa y admiración, lo hizo sentir como si estuviera flotando.
No sabia que decir solo bajo la cabeza sintiendose en uno de sus sueños donde luego de eso el alto le confienza su amor y se besan.
Con esos pensamientos en su cabeza camino detras del alto hasta la caja donde esperaron unos minutos por ser atendido.
Chanyeol decia algunas cosas a las que Baekhyun no prestar atención por estar enfocado en su sonrisa y la manera que curvaba sus labios cuando pensaba.
Ni siquiera se percató que ya estaban al otro lado, hasta que Chanyeol se despidió.
—Chanyeol...—dijo deteniendolo—Te veo en clase—dijo sintiendose estupido por que esas fueron las primeras palabras que pudo decir luego de haber inventado toda una novela para conseguir esos dulces.
—Claro...oye, ¿tienes mi numero, no?
—Humm..¿si?
—Quizas podrias usarlo para preguntar sobre tu nota luego de una prueba.
—Claro—sonrió y lo dejo ir, esperando aún despertar de ese hermoso sueño.
Se quedo un largo rato ahi cuando nada paso se dió cuenta de la situación. Su primera conversacion con el amor de su vida que no era sobre lo malo que era en economia, habia sido una donde peleaban por una caja de bombones.
KyungSoo apareció ya cargando la bolsas de las compras y lo miró con el ceño fruncido.
—¿A ti que te pasa?
—Chanyeol...
—¿Vas a seguir llorando por que interrumpi tu sueño?
—No es eso... Él me regaló esto.—dijo mostrando los dulces.
KyungSoo lucia aún mas confundido pero no tenia tiempo para escuchar las fantasias de su amigos lo arrastro con él mientras lo escuchaba contar la historia más ridicula que habia inventado.
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