Era una tarde de invierno, y el cielo gris parecía empeñado en quedarse así todo el día. Baekhyun estaba sentado en una de las bancas del parque, envuelto en su abrigo favorito, el que tenía desde la universidad, y que ahora llevaba más por costumbre que por calor.

Desde su asiento podia ver a los niños correr y jugar con la nieve, sus risas resonando en el parque. Sonrio al recordar como solia disfrutar de sentarse en ese mismo lugar junto a Chanyeol y imaginar que era su hijo quienes corrian de un lado a otro. Aquellos recuerdos, tan simples y felices, parecían tan lejanos ahora. Solían hablar de un futuro juntos, lleno de pequeños momentos como esos. Chanyeol solía bromear diciendo que tendrían una familia numerosa, aunque Baekhyun siempre lo regañaba, afirmando que apenas podrían con uno.

Le gustaría decirle ahora mismo que había cambiado de idea y que le daría todos los hijos que él quisiera. Había pasado tanto tiempo convencido de que no era el tipo de persona que buscaba una vida así, pero ahora... Ahora, cada vez que se encontraba en esa banca, mirando el parque, no podía evitar sentir el vacío de lo que podría haber sido.

Su infancia no había sido feliz, y ese recuerdo lo había llevado a pensar durante años que traer un niño al mundo solo implicaría arriesgarse a que ese pequeño ser sufriera como él lo había hecho. Las discusiones y el desamor habían marcado su vida, y él siempre había creído que no podría ofrecer un hogar distinto. Pero Chanyeol... Chanyeol era diferente. Era un optimista empedernido, alguien que siempre encontraba el lado bueno de las cosas, incluso cuando las cosas parecían desmoronarse. Ese optimismo, que Baekhyun a veces encontraba ingenuo, también era la razón por la que lo amaba tanto.

Recordó cómo, al principio, Chanyeol solía desesperarlo con esa inquebrantable positividad, esa manía de buscar la luz incluso en los días más oscuros. Para Baekhyun, que estaba acostumbrado a las sombras y al frío, ese brillo en Chanyeol había sido extraño e incomprensible. Pero con el tiempo lo entendió y lo aplicó a su vida.

Por eso habia estado dia tras dias dandole animos, diciendole que saldrian adelante y vencerian todo los obstaculo. Incluso cuando el médico les dijo que la situación era irreversible, que no había nada más que pudieran hacer, Chanyeol había seguido luchando, buscando siempre un resquicio de esperanza en el que sostenerse. Incluso cuando Baekhyun lo vio dar su ultimo suspiro sonriendole, aun tenia esperanzas de que todo mejoraria.

Se le hizo un nudo en la garganta mientras observaba cómo la nieve caía suavemente en el parque, cubriendo el suelo como un manto blanco. El mundo seguía girando, como siempre lo hacía, pero para Baekhyun cada día había sido una lucha silenciosa para aceptar que, aunque Chanyeol ya no estaba físicamente a su lado, sus palabras, su amor y aquella inquebrantable positividad seguirían viviendo en él.

Tenía que hacerlo, sentiría que lo estaba traicionando si se dejaba vencer. Esa idea lo impulsó a levantarse de la banca, dejando atrás la nostalgia que lo envolvía. Chanyeol siempre había creído en la posibilidad de un futuro mejor, y en ese momento, Baekhyun decidió que honraría su memoria viviendo bien y siendo feliz. 

Por que Chanyeol le habia enseñado a ser feliz, incluso cuando él ya no estaba a su lado.

Concluimos este festival entre lágrimas.

Fue un gran desafío para mí, aunque en varios momentos estuve a punto de rendirme porque sentía que las ideas eran demasiado cursis o no estaban a la altura.

Sin embargo, decidí terminarlo.

Espero que lo hayan disfrutado.