♡Tomados de la mano♡

El comienzo de una relación, no es nada fácil y eso es algo que Uenoyama Ritsuka ha aprendido de una manera complicada, claro esta que en más de una ocasión su corazón se rompe.

El chico de ojos azules se encontraba en la casa de su novio, ambos estaban en la habitación del castaño pensando que hacer en su día libre, pero hubo algo que el peli-negro notó desde que llegó a la casa de su pareja y es que por alguna razón, este se encontraba más callado y distraído de lo normal.

—Mafuyu, ¿Y si vamos un rato al parque?—preguntó el peli-negro—

—Bien, podemos llevar a Tama—contestó con una leve sonrisa—

Los chicos fueron a la entrada para colocarse sus zapatos y ponerle la correa al pomerania.

El día estaba extraño, las nubes estaban ocultando el sol poco a poco lo que indicaba que iba a llover, algo que sorprendió a ambos adolescentes pero decidieron continuar con su paseo con el pomerania ya que el parque no quedaba muy lejos de la casa del vocalista.

Pero algo estaba mal y Uenoyama lo sabía, su novio estaba perdido en sus pensamientos, su mirada estaba apagada y cada vez que miraba hacia el cielo, la nostalgia se apoderaba de su rostro.

Entonces Uenoyama lo entendió al instante.

—Así que es uno de esos días—

Una fuerte tristeza se apodero del peli-negro; volteo a ver a su pareja nuevamente, estaba caminando pacíficamente a su lado junto con su mascota, pero sabía que su mente era un caos.

Una vez que llegaron al parque, ambos chicos se sentaron en una de las bancas y soltaron la correa del pequeño perrito para que pudiera jugar.

Las nubes se volvían cada vez más oscuras, la lluvia comenzaría o mejor dicho... una tormenta.

Durante el tiempo que estuvieron ahí casi no hablaron, Uenoyama le contaba a Mafuyu acerca de su trabajo, pero él simplemente escuchaba o asentía cuando le hacía una pregunta.

—Ya deberíamos irnos, Uenoyama-kun—dijo el castaño, levantándose de su lugar—

El peli-negro no quería irse por ahora, quería continuar con su novio, ahí afuera, relajados, solo él y Mafuyu.

Y aunque Uenoyama sabía que a su novio le pasaba algo, respecto al pasado, trataría de animarlo de una buena manera.

—Quedemonos 5 minutos más—

Lo que el guitarrista no sabía, era que esa pequeña frase podía ser el comienzo de una tormenta emocional por parte de Mafuyu.

El sol se había ocultado y con ello el abrazador calor del verano también, el frío viento golpeo sus rostros y los truenos empezaron. La tormenta, estaba comenzando.

—...Vámonos, Uenoyama-kun—aquella dulce voz que tanto ama el peli-negro, se quebraba—

Con un suspiro de frustración, el de ojos azules asintió y le coloco la correa al perro para poder irse, a la casa de su pareja otra vez.

— Dame tu mano y no te separes de mi, dame tu mano y caminemos juntos hacía el sol —

Solo una frase, solo esa pequeña frase bastó para que el peli-anaranjado se quebrara en pedazos, otra vez.

Cinco minutos más

Llegaron a casa y se quitaron los zapatos para ir a la habitación, dejando a Kedama dormido en la sala.

Ya estando en la habitación, Mafuyu se sentó al borde de su cama, con la mirada baja y jugando con sus dedos.

El peli-negro tomó las manos de su novio para que lo mirara a los ojos, esos ojos, tan hermosos como el atardecer y dulces como el caramelo. Reflejaban nostalgia y dolor.

—Mafuyu, ¿Que tienes?—el peli-negro, preguntó—

Sin embargo no recibió respuesta, sentándose al lado de su novio, el peli-negro entrelaza sus manos y acaricia el dorso su mano.

—Estoy aquí y no me iré nunca—

Las lagrimas empezaron a salir por los hermosos ojos del castaño y con ello una lluvia incontrolable afuera.

Aún con sus manos unidas, Mafuyu recostó su cabeza en el hombro de su pareja. Uenoyama acaricia el dorso de su mano, mientras dejaba pequeños besos en su cabeza.

— Lo extraño — susurró —

Nuevamente hay más de un corazón roto, no por celos, si no por el gran dolor que le causaba al peli-negro ver a su novio así, sin poder hacer prácticamente nada para que los fantasmas del pasado, dejen de atormentarlo.

Si, estar en un relación es difícil, el amor es difícil.

—Lo sé, Mafuyu perdóname por no haberme dado cuenta de como te sentías, no sé mucho de tu pasado, no se como eras antes de estar conmigo, pero lo que si sé, es que nunca voy te abandonaré por que yo...—

Antes de que pudiera terminar de hablar, sus labios fueron callados por los de Mafuyu, un beso que no duró tanto, pero fue especial.

—Te amo, Ritsuka. No tienes que disculparte de nada, con que estes aquí para mi, es suficiente—

—Tomando tu mano, déjame acompañarte siempre, no estarás solo nunca más mientras yo este aquí. Yo también te amo, Mafuyu—

Con sus manos entrelazadas y la lluvia allá afuera, se quedaron en aquella habitación, dándose besos y demostrándose cuanto se aman.

Las palabras no siempre son necesarias, solo basta un beso o una caricia delicada para demostrar el amor.

Tu mano tomando la mía, caminando juntos hacia el sol, por siempre

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Día 1 finalizado

Bye. 💗