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Día 26: Jugando Twister

Shipp: CamusxSurt

No tengo mucho que decir. Siento que podrían ser una buena pareja, pero no tiene tanto apoyo.
Así que, aquí un pequeño aporte de mi parte.

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Eran amigos desde hace años. Solían ser bastante unidos desde siempre, y de vez en cuando incluso se quedaban a dormir juntos.

Esa era una de esas noches, habían organizado una pequeña fiesta, solo de los amigos más cercanos, para celebrar el cumpleaños de Milo, aprovechando que los padres Camus habían salido de viaje y le habían dado permiso para ofrecer la casa como sede de la reunión.

Surt, tal y como habían acordado, llegó un poco antes de la hora acordada con todos los demás invitados, para ayudar a Camus a preparar algunas cosas, mientras Shaka se encargaba de mantener ocupado a Milo. Querían sorprender al cumpleañero, y no correr riesgo de que a Aioria o alguno de los gemelos se le soltara la lengua y delataran la fiesta sorpresa que habían preparado para él, así que el resto debía llegar hasta la hora acordada.

- ¿Crees que sospeche algo?- Preguntó el pelirojo, mientras daban los toques finales a la tarta de manzana que Milo tanto adoraba.

- Conociéndolo, lo más seguro es que ya lo sospecha. Pero está con Shaka, así que fácilmente puede persuadirlo.

Terminaron con la comida y pasaron con las decoraciones, y poco después llegaron los gemelos, con algo de cerveza, cómo era de esperar de ellos. Dejaron las latas en la nevera, y continuaron arreglando algunas cosas. Una media hora después, apareció Aioria, junto a Marín y Shaina. Una vez que todo estuvo listo, llamaron a Shaka para decirle que ya podía llevar a Milo de vuelta. Así que solo quedaba esperar a que el cumpleañero llegara.

Todo salió tal y cuál lo planearon. Shaka llegó con Milo, y todos lograron sorprenderlo. Milo les agradeció por todo, y la fiesta siguió su curso.

El ambiente era relativamente tranquilo, después de todo, los padres de Camus eran algo estrictos, así que preferían evitarse y evitarle problemas al peli-aqua. Comieron algo de tarta, mientras charlaban, y después algo de música y bailes ridículos. Cuando Kanon fue a buscar las cervezas fue cuando todos empezaron a sudar frío.

- Solo una por persona.- Dijo Camus, mirando fijamente al gemelo menor.

- Por supuesto, no te esponjes.- Respondió con una pequeña risa el peli-azul.

- Algunos no toleran muy bien el alcohol, Kanon, cómo tú... Sabes.- Dijo Shaka, mirando también al peli-azul.- ¿Ya se te olvidó lo que pasó en la última reunión familiar, en casa del abuelo Arles?

- Ni fue para tanto. No exageres, primo.

- Te subiste a bailar sobre la mesa, le llamaste llorando a tu ex, después le diste un escobazo a Saga mientras gritabas que tú reflejo se había salido del espejo. Luego empezaste a gritar: "Beso de tres", mientras Shaka y yo intentabamos que dejaras de hacer el ridículo, intentaste ligarte a tu tía, y te calmaste hasta que mi suegro te dió un puñetazo por decirle a su esposa que era la mujer más hermosa que habías visto y después cantarle una canción de reggaeton.- Dijo Milo todo el desastre que Kanon había hecho aquella vez.

- A mí no me importa que usted sea mayor que yo...- Repitió Shaka un fragmento de la canción que le había costado a Kanon un puñetazo.

- Cállate, que el tío Defteros sigue mirándome feo.- Murmuró Kanon, más rojo que una manzana.

- ¿Y cómo quieres que te vea, después de que le dijeras todo eso a la tía Asmita, genio?- Lo regañó Saga.

En esa reunión, además de Kanon, solo habían estado presentes Saga, Shaka y Milo, ya que fue una comida familiar a la que Shaka invitó a Milo para presentarlo formalmente como su pareja con su familia, pero todos los demás se habían enterado de todo lo ocurrido gracias a lo que les contaron los asistentes.

Aún así, todos sabían que Kanon no toleraba muy bien el alcohol, así que preferían prevenir que terminar lidiando con un Kanon pasado de copas.

- Solo una por persona.- Repitió Camus, y todos los demás estuvieron de acuerdo.

Kanon siguió alegando por unos minutos más, pero bastó con que su primo y su hermano le recordaran que Defteros iría a recogerlos, para que se callara.

Aún así, Kanon no se iba a quedar con las ganas de hacer el mundo arder, y no tardó en proponer jugar a los típicos juegos de fiesta, cómo la botella, mismo que nadie aceptó, principalmente por el hecho de que Milo y Shaka ya tenían algunos años de noviazgo y no querían incomodar a nadie, pero sí accedieron al de verdad o reto.

Unas cuantas preguntas incómodas, algunos retos vergonzosos, y un que otro momento bochornoso, pero al final se les acabaron las ideas.

- Camus, ¿de casualidad todavía tienes el tapete de Twister?- Preguntó Kanon.

- Sí, ¿por qué?

- ¿No recuerdan cómo solíamos jugarlo de niños todo el tiempo?- Sonrió el gemelo menor.- ¿Qué tal recordar viejos tiempos?

No veían segundas intenciones ni nada parecido, así que decidieron acceder a jugar el dichoso juego. Kanon tenía razón después de todo, cuando eran niños, solían jugarlo en casi todas las reuniones y fiestas, mientras sus padres conversaban.

Camus fue a buscar el juego, que aún estaba en perfectas condiciones. Todos lo extendieron sobre el suelo de la sala y comenzaron la primera ronda.

El primero fue Kanon, el segundo Aioria, luego Saga, Marín y Shaina se atrevieron también a intentarlo, luego fueron Surt y Camus, luego Milo, y hasta Shaka se atrevió a jugar, sorprendiendo a todos con su flexibilidad. La primera ronda terminó cuando, Saga se resbaló, tirando a todos en el proceso.

A pesar de tener ya 18 años, aquel juego seguía siendo bastante divertido. La gracia que daba el ver a los demás intentando buscar la forma de tocar el punto del color que les tocaba, el intentar no perder el equilibrio, o incluso poder molestar a alguien que casi siempre terminaba cargando a todos, y hasta el ser aplastado por los demás al caerse... Era tan divertido que pasaron varias rondas sin siquiera notarlo.

En una de esas rondas, Camus fue de primero, y entre varios giros de la ruleta, terminó prácticamente en cuatro, una posición ya de por sí algo incómoda, pero prefirió no darle importancia, después de todo, ya casi todos habían estado así en algún momento del juego, pero el hecho de que Surt hubiera terminado con el pecho pegado a su espalda y sus brazos alrededor de su cuello no era precisamente lo más cómodo o sencillo de ignorar del mundo.

Intentó no prestarle atención y concentrarse en el juego, pero al llegar el turno de Surt, pudo sentir la cadera del pelirojo chocar con su trasero.

- Uy, Surt, tranquilo.- Escuchó la risa de Milo.

- Los siento, Camus.- Se disculpó apenado el pelirojo.

- N-No hay problema.- Respondió el peli-aqua, algo nervioso.

El juego continuó, logrando poner cada vez más nervioso a Camus. Tan mala suerte tenía, que cada movimiento era más incómodo que el anterior, y cierta zona en su cuerpo que amenazaba con despertar, no era de ayuda.

"Mierda..."- Fue el único pensamiento que surcó por su mente al sentir como su pantalón comenzaba a apretar.

Temeroso de que alguien se diera cuenta, se dejó caer, provocando que todos le cayeran encima.

- Camus, ¿estás bien?- Le preguntó Surt, aún encima de él.

- S-Sí, no me pasó nada.- Tartamudeó, aún nervioso por sentir la pelvis de Surt apretada contra su trasero, y cómo el bulto en sus pantalones aumentaba.

Todos se levantaron, ayudando al que había quedado debajo uno del otro, hasta que solo quedaba Camus, pegado al tapete, como si su vida dependiera de ello.

- Camus... ¿Estás seguro de que estás bien?- Preguntó Marín al ver que no se levantaba.

- Sí, solo... Solo...- Ante la mirada confundida de todos, su mente intentaba buscar alguna excusa, sin lograr dar con ninguna.- Se... Se me durmió la pierna... E-Es todo.

- Ven, te ayudo.- Dijo Surt, intentando acercarse y el primer instinto de Camus fue negarse.

- N-No es necesario.- Se negó el galo.- Y-Yo puedo sólo.

No sabía qué hacer, el problema en su pantalón no iba a bajar en menos de cinco segundos, y todos tenían sus ojos fijos en él. Definitivamente iban a notarlo.

De pronto, vió como Shaina se alejó discretamente del grupo, con Marín detrás de ella.

- Saga, Kanon, ¿alguno de ustedes trajo su cargador?- Preguntó Shaka a sus primos.

- Creo que yo, pero lo dejé en la cocina.- Respondió Kanon.

- ¿Podrías poner a cargar mi teléfono por favor?- Pidió el rubio, mostrando su teléfono apagado.- No sé qué hora sea. Mi papá dijo que no llamaría cuando viniera por nosotros.

Kanon asintió, y temeroso de tener más problemas de los que ya tenía con su tío, tomó el teléfono del rubio, y como siempre acostumbraba, hizo que su hermano lo acompañara hasta la cocina.

- Aioria, por favor ve a vigilarlos.- Pidió el rubio al castaño.- Creo que aún había un par de cervezas en el refrigerador, y no quiero que ese par se los tome.

- Yo me encargo.- Asintió Aioria, para después ir detrás de los gemelos.

- Surt, Milo, ¿pueden hacerme un favor?

- ¿Qué necesitas, cariño?- Preguntó Milo.

- Bueno... En realidad, no soy yo quién lo necesita, pero sí Shaina.- Dijo el rubio, para después acercar a ambos chicos y susurrarles algo.- ¿Podrían ir por eso?, la farmacia está a la vuelta de la esquina.

- Claro.- Asintieron ambos chicos, y después salieron de la casa.

Cuando estuvieron solo ellos dos, Shaka se acercó a Camus, ofreciéndole una gabardina que había llevado.

- En serio deberías decirle ya que te gusta.- Dijo el rubio, dándole la gabardina, para después girarse.- No siempre voy a estar ahí para cubrirte la espalda cuando tu "amiguito" se emocione por tener encima de tí al que te gusta.

Camus no dijo nada, solo se puso de pie y se cubrió tan rápido como pudo.- Gracias, Shaka.- Agradeció al rubio, que logró desviar la atención de todos, dándole tiempo de cubrir su problema.

- ¿Por qué no le dices que te gusta?

- No es tan fácil, Shaka.- Respondió Camus, ya con la gabardina puesta.- Lo conozco desde que éramos niños, casi el mismo tiempo que tengo de conocer a Milo... ¿Qué tal si él no siente lo mismo?, no quiero echar a perder una amistad tan larga.

- Milo y tú fueron novios por un tiempo, y no veo que eso haya afectado su amistad.- Argumentó el rubio.

- Eso fue hace ya varios años, Shaka. Cuando teníamos unos 13 años, y no duró ni un mes.

- Mira, Camus. Entiendo que estés nervioso, yo también estuve en la posición en la que ahora estás, porque antes de decirle a Milo que me gustaba, también tuve miedo de echar a perder nuestra amistad. Pero que ustedes dos comenzaran una relación, me hizo darme cuenta de que realmente quería a Milo y me era imposible verlo solo como un amigo.- Contó Shaka.- Sentía que no tenía oportunidad. Después de todo, el padre de Milo y el tuyo son mejores amigos de toda la vida, Milo y tú se conocen desde que nacieron prácticamente, toda su vida han sido extremadamente cercanos, así que si contigo no había funcionado, ¿qué esperanzas tenía yo?- Añadió, con una leve sonrisa.- Pero al final, casi un año Despena de que ustedes terminaran, tomé el valor suficiente y le dije lo que sentía por él. Y ahora míranos, acabamos de cumplir 4 años juntos.

- Es diferente, Shaka.- Insistió Camus.- Era muy obvio que Milo te gustaba, y también que tú le gustabas a él. Era un hecho que ustedes iban a terminar juntos.

- Pues podría decir lo mismo de Surt y tú.- Sonrió Shaka.- Es obvio que le gustas también.

Camus estaba por alegar de nuevo, cuando los gemelos y Aioria volvieron de la cocina.

- Solo piénsalo.- Le sonrió Shaka.

Las preguntas de porqué la gabardina no faltaron, y lo único que se le ocurrió decir fue que le había dado frío. Nadie le dió mayor importancia y siguieron hablando y por una "emergencia femenina" que había tenido Shaina, dejaron el Twister para jugar cartas un rato más, hasta que poco a poco todos se fueron retirando.

Marín, Shaina y Aioria fueron los primeros en despedirse. Después, el padre de Shaka llegó a recoger a los gemelos, al rubio y a Milo. Al final, solo se quedaron Camus y Surt, después de todo, el pelirojo se quedaría a dormir esa noche para hacerle compañía a su amigo.

Camus no dejaba de darle vueltas a las palancas de Shaka. Llevaba años sintiendo algo por su amigo pelirojo, pero tenía tanto miedo a su rechazo, que había preferido mantenerlo en secreto... ¿Debía decirle y arriesgarse a arruinar su amistad para siempre?, ¿o debería callarse conservar su amistad intacta?

- Cam, ¿pasa algo?- Le preguntó Surt.

- N-No... Nada.- Respondió, desviando la mirada, algo sonrojado.

- ¿Seguro?

- Surt... ¿Te gusta alguien?

Las mejillas del pelirojo se pusieron tan coloradas como su cabello ante semejante pregunta, pero igualmente decidió responder.- Sí. Pero él no lo sabe, y creo que es lo mejor.

Camus sintió una pequeña punzada en el pecho al escuchar la respuesta, pero no quería que Surt lo notara.- ¿Lo conozco?

- Demasiado diría yo.- Sonrió el pelirojo.- En fin... Buenas noches, Cam.

Camus tardó un par de segundos en procesar la información, pero una vez lo hizo, el color rojo en sus mejillas se avivó cual brasas calientes, y se acercó a Surt.

- Surt... Yo...

- Sí, me gustas.- Respondió Surt, mirándolo con una tímida sonrisa.

- También me gustas.- Murmuró Camus.

Ambos se miraron a los ojos por unos segundos, sin saber bien qué decir, hasta que segundos después, Surt tomó la iniciativa de nuevo, y acarició la mejilla de Camus, para después darle un pequeño beso.

- ¿Quieres jugar Twister?- Preguntó el pelirojo, con algo de burla, logrando poner a Camus más rojo que un tomate.- Solo bromeo.

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