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Día 7

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Cosplay
Casi 2000 palabras

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Eran las 08:52 de la noche, y Kirishima aún no tenía su disfraz. No tenía dinero, un lugar abierto donde conseguir algo y, para rematar, ya estaba yendo tarde.

No tenía tiempo para nada, apenas se había bañado y la fiesta era a las nueve.

—Agh... esto debe ser una broma.

Kirishima se dejó caer en su cama con un gesto cargado de cansancio y estrés mental, puesto que le sería imposible conseguir un disfraz a tiempo. Y sin disfraz, no hay fiesta.

Él ya había tenido un disfraz listo, pero resultaba que la vida no lo quería tanto como pensaba ya que había tenido un accidente donde a Kaminari se le había volcado la bebida arriba, arruinando el disfraz. Por un lado quizo echarse a llorar por el hecho que era un disfraz nuevo y, sobre todo, caro, pagado con su propia mesada. Y por el otro, ¡Kirishima ya no tenía el tiempo ni dinero para conseguir algo! ¡Esto era un desastre! Además de que hace unos días su traje de héroe había desaparecido de la nada, y no poder encontrarlo lo había traído bastante desconcentrado. Qué estresante...

Suspiró. Se había planteado la idea de ya no asistir a la fiesta, pero sabía que todos sus amigos lo esperaban. Kaminari, Sero, Mina y Bakugo lo esperaban. Le había costado un montón convencer a Bakugo para que fuera a la fiesta, maldición, seguro iba a matarlo si después no iba.

09:02 de la noche.

—¿Pero de dónde voy a sacar un disfraz ahora? —pensó en voz alta, sintiéndose resignado.

En eso, una idea se prende en su cabeza, por lo que se levanta rápido de su cama y sale por la puerta, terminando en la habitación de al lado. Toma una profunda inhalación por la nariz y, aún sabiendo que no hay nadie, toca suavemente la puerta con sus nudillos, como una señal de que entrará, supone.

Saca la copia de la llave que guarda en su bolsillo y la introduce en la cerradura, girando la misma hasta que escucha un suave clic. Luego la abre.

Esta es una mala idea, piensa mientras se adentra en la habitación vacía de su compañero. Una muy mala idea.

Pero no había tiempo de pensar en eso, después de todo, Kirishima necesitaba un disfraz.

Bakugo había ido a la fiesta directamente de la casa de sus padres, por lo que tenía entendido, así que no había riesgos de que lo encontrara dentro de su habitación chusmeando sus cosas. Y aunque eso no quite que el cenizo terminará enterándose más tarde, al menos no iba a morir precisamente ahora.

Estás aplazando tu muerte, Eijiro. Bakugo te explotará la cara ni bien te vea.

Volvió a suspirar casi sin darse cuenta, observando las prendas entre sus manos antes de entrar en su propia habitación a terminar de arreglarse y salir, ya que iba a llegar algo tarde.

Esperaba no estar cometiendo suicidio.

09:22 de la noche y Kirishima había batido un nuevo récord.

Muy bien. Había logrado conseguir un disfraz de último minuto, se había logrado cambiar y acomodar su cabello acorde con el traje y había llegado en menos de diez minutos a la fiesta en una pieza. Debían darle un premio por semejante acrobacia que había hecho para lograr todo eso y sobrevivir.

Bueno, por ahora, se dijo. Aún queda entrar y que no te maten.

Se paró en la entrada, infló el pecho con aire y se armó de valor para entrar, encontrándose con un montón de alumnos y personas que desconocía, pero que sus rostros se le hacían familiares bajo los disfraces, las máscaras y la pintura.

El salón era enorme, donde podían caber al menos unas cien personas sin problemas. Había una tarima altísima donde Kirishima pudo identificar a Jiro haciendo de DJ disfrazada de una especie de bruja gótica, o al menos eso pudo identificar él desde tan lejos. Momo era una de las anfitrionas de la fiesta, y ella vestía un hermoso vestido, largo y de color blanco, que se asemejaba al de una novia, solo que estaba pintaba como si estuviera muerta. Iida también estaba, y él vestía de caballero.

Se topó con varios rostros conocidos más, algunos compañeros de su mismo salón y algunos de la clase B. Pero aún no encontraba a Bakugo o al resto.

Decidió seguir avanzando, recorriendo el resto del salón para buscar alguna cabellera conocida. El salón era rodeado por una manta oscura y lúgubre, queriendo hacer el entorno más aterrador al haber apagado todas las luces a excepción de los reflectores que danzaban con luces vívidas de colores variados. Solo faltaba una máquina de humo y ya se parecería a una fiesta de Halloween.

—¿Ese es un Darth Vader? —Kirishima se desvió al topar sus ojos con aquel reconocido personaje. Negó a los lados y siguió avanzando.

La música ya había empezado a sonar, retumbando en los parlantes que habían repartidos por todo el espacio y llenando de ruido el entorno. Kirishima pudo sentir la vibración de la música en sus huesos, y cuando quizo salir al patio para tomar aire y no reventarse los tímpanos estando solo allí adentro, se chocó con alguien de frente.

—Hey, bastardo, fíjate por donde vas.

Y, quién lo diría, era justamente Bakugo.

Pensaba saludarlo cuando sintió la boca seca de pronto. Bajó sus ojos de una manera casi arrastrante desde el rostro hasta el torso del cenizo, notando las líneas de los músculos tensos de su cuerpo, la piel blanca y suave y la ropa que traía puesta.

La maldita ropa especialmente.

Eijiro se concentró en reparar en las prendas que el cenizo traía arriba, y no pudo evitar soltar una gran carcajada al respecto.

Bakugo frunció el ceño enseguida, cubriéndose un poco al sentirse expuesto.

—¡¿De qué carajos te ríes, eh?! —gritó con escándalo, aunque su voz no pasó tanto con la música alta en los parlantes.

—Es que... —Kirishima se ahogó con otra carcajada, sintiendo irónica esa escena en la que ahora se veía envuelta —. Hombre, estás disfrazado de Red Riot.

Bakugo traía puestas las prendas de su propio traje de héroe, ¡era increíble! Ahora entendía por qué no pudo encontrarlo.

—¡Y tú de Ground Zero, ¿que mierda?!

El pelirrojo siguió riendo ante lo cómica de la situación, siendo imposible para Katsuki no contagiarse un poco de ello. Ambos terminaron por reírse un rato. Cuando las risas se calmaron, Bakugo volvió a verlo de forma seria.

—¿Entraste en mi habitación?

Kirishima se encogió con una sonrisa nerviosa, asintiendo.

—Lo siento.

Se encontraban en la parte trasera del salón, donde había una puerta que llevaba directo a un patio no muy amplio. En él se había una zona apartada con algunos árboles pequeños y un banco de piedra cerca del muro que marcaba el final del patio. Allí se encontraban ellos ahora; Kirishima estaba sentado en el banco, mientras que Bakugo se hallaba de pie a un lado, con los brazos cruzados sobre su pecho.

Aún no podía creer que Katsuki se había disfrazado de él.

Verlo usar su traje de héroe le había provocado un revoltijo extraño en el estómago, y su mente se había disparado por rincones que Eijiro preferiría omitir. Sin embargo, eso no evitó que una sonrisa se abriera paso en sus facciones cuando sus ojos conectaron con el contrario. Luego se tornaron curiosos, cuando notó aquel detalle.

—Entonces... —comenzó, llamando la atención del cenizo —, ¿este era el disfraz que dijiste que usarías desde el inicio? ¿O a ti también se te arruinó?

Bakugo apartó la mirada al lado contrario del cual lo veía Eijiro, siéndole imposible para él poder notar su expresión. Soltó un bufido después, no respondiendo la pregunta directamente.

—Qué te importa.

Kirishima alzó las manos mientras suelta una leve risa ante su actitud defensiva. Era lindo.

—Ven.

—¿Qué? —Bakugo lo volteó a ver sin entender mucho.

—Ven —repitió, levantándose del banco para así extender su mano y que se acerque. Soltó una leve risa ante la expresión desconfiada que el contrario le mostró —. No te voy a morder.

Katsuki viró los ojos, pero aún así se terminó por acercar. Kirishima tomó suavemente su brazo para quitarle el engranaje, y luego, de esa manera, ir con el siguiente. El cenizo lo observó en silencio hasta que sintió los brazos del pelirrojo rodear su cuerpo. Su expresión cambió a una más de escándalo.

—¡¿Pero qué mierda?! —gritó.

Kirishima soltó una carcajada, la cual vibró en el oído de Katsuki al encontrarse abrazándolo.

El cenizo apretó los labios, sintiendo sus mejillas algo tibias.

—Iba a ser incómodo para ambos si te abrazaba con los engranajes —le aclaró con un timbre divertido —, tranquilo.

—Eso es porque esas basuras que llevas en los hombros son inútiles.

—Hey —se quejó —, son muy masculinas.

—Inútiles.

Kirishima se separó del abrazo con un puchero en sus labios.

—Tus granadas son inútiles —le dijo, moviendo sus labios abultados de forma infantil, provocando que su voz se oiga diferente.

—¡¿Hah?! ¡Claro que no, ayudan a potenciar mis explosiones! ¡Tu traje es una basura!

—Y si es una basura, ¿por qué te lo pusiste entonces? —contraatacó Eijiro con una sonrisa de dientes filosos.

—¡Porque... —detuvo su lengua de inmediato, sintiendo sus mejillas calentarse al pensar en la respuesta. Frunció el ceño con enfado al notar la sonrisa socarrona en el rostro de su amigo y negó con fuerza —. Como sea, de todas formas no importa.

El silencio los reinó unos minutos después de que la sonrisa de satisfacción se borrara de los labios de Eijiro, terminando en un ambiente cómodo a pesar de todo. El pensamiento de que Katsuki llevaba puesto su traje aún seguía revoloteando en su cabeza, incapaz de poder digerirlo realmente. No era algo que vería de nuevo, así que se permitió, por esta vez, molestarlo un poco.

—¿Significa que esto es un cosplay? —indagó con algo de curiosidad de pronto, señalando las prendas en el cuerpo del cenizo y su cabello con un gesto de su barbilla —, incluso utilizaste gel en tu frente para copiar mi peinado.

Bakugo lo volteó a ver con una expresión profunda que detonaba peligro.

—Callate —le respondió de forma seca.

—Solo quiero saber —insistió.

—Y tú qué, también llevas mi maldito traje —le dijo —. ¿Acaso me haces cosplay?

—Pues claro —aceptó con una sonrisa —. Mira, incluso puedo imitarte.

Frunció las cejas y dibujó una sonrisa retadora en sus labios, separando un poco las piernas y las manos en la posición que usualmente veía a Bakugo cuando desafiaba a alguien o quería verse amenazante.

—¡Muévete de mi camino, extra! —exclamó como creyó que lo haría Bakugo.

—¿¡Extra?! —se ofendió, chocando sus puños —, ¡te haré tragar tierra de forma masculina!

Eijiro aflojó los músculos al escuchar sus palabras, cambiando su expresión por una de molestia infantil.

—Hey, yo no hablo así —se quejó.

Katsuki dejó entrever una sonrisa burlona —. Por supuesto que sí, bastardo.

Kirishima iba a adoptar nuevamente la postura de Ground Zero cuando alguien pareció llegar a su encuentro.

Okeeey, y yo que creí que ver a Todoroki y Midoriya vestidos de Mario y Luigy era raro —comenzó Kaminari con una expresión extraña, señalando con su dedo los trajes de ambos —, pero creo que esto en verdad lo supera.

Kirishima se llevó una mano tras la nuca como un gesto apenado, ocultando su propio rubor bajo el cuello alto del traje. Soltó una leve risa nerviosa y, casi sin poder evitarlo, sus ojos se desviaron hacia el cenizo.

Quizás fue un poco raro haber utilizado el traje de héroe de su amigo como disfraz. Sin embargo, en definitiva había disfrutado mucho ver a Katsuki usar su propio traje.

Hasta aquí el día de hoy.

No sabía muy bien cómo hacer lo de los Cosplays, ya que este día fue el mayor problema de mis tranques a la hora de continuar este 30 días OTP, sin embargo, pudo empezarlo a escribir cuando por fin logré obtener más o menos una idea decente. No sé si cuente del todo como Cosplay, pero era lo mejor que tenía, asíq espero que les guste.

Sin más, me despido. Nos vemos pronto gente.

Atte: Kirishi365

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