Día 12
× Toqueteo ×
Milo miraba con aburrimiento a la nada, llevaba esperando un rato a que su pareja viniera con la comida a la sala, pero claramente a Aioria le gustaba tomarse sus tiempos para estas cosas.
Miro en dirección a la puerta de la cocina en la casa de leo, lugar donde se encontraba su dulce novio, que hace ya una hora se había ofrecido a hacer la comida de esa noche, a modo de agradecimiento por la cena del otro día.
Se levantó del asiento y fue rumbo donde su pareja, para ver que se encontraba haciendo.
Un olor delicioso entró en su nariz ni bien entró en la cocina, al parecer el caballero de leo era muy bueno cocinando.
Miro desde la puerta a su novio, quien estaba de espaldas cocinando algo. Sinceramente se veía muy lindo desde donde se encontraba.
Entonces a nuestro querido Escorpión dorado se le ocurrió una idea divertida, igual llevaba mucho tiempo sin hacerlo.
Se acercó a su pareja y le abrazo por la espalda de manera cariñosa.
- Huele delicioso~
- Hm, ya casi está, puedes ir a la sala niño impaciente.
Aunque parecía un regaño, leo había usado un tono de voz bastante dulce a la hora de decir eso, claramente de buen humor hacia su pareja.
- mmm, nah...quiero darle un bocado a un postre mientras la cena esta ~
- Milo, los postres son para después de la cena.
El guardián de la casa de escorpio tuvo que contener una risa al notar que el menor no había entendido la indirecta que le había lanzado.
Las manos del mayor, que se encontraban en el estómago de su novio por el abrazo, subieron un poco, rozando uno de los pezones del menor, sacándole un sonrojo.
- creo que no me entendiste aio~
- Mi...Milo, estoy cocinando...espera un poco...
El caballero de escorpio hizo caso omiso a su petición y siguió con el roce, besando el cuello del caballero de leo, sacándole algún suspiro a este mismo.
- Milo...
El guardián de la quinta casa decidió no decir nada y seguir con lo que hacia, aunque se le dificultaba un poco hacer la comida debido a los toques del mayor.
Sintió como le dejaba un chupón en la parte trasera del cuello y suspiro un poco fuerte, joder, eso no se quitaría en un buen tiempo.
- mgh..
Odiaba el hecho de que el peli morado supiera lo sensible que era en varias zonas y lo usará en su contra, sobretodo en el pecho y el cuello. No le gustaba sentirse vulnerable, pero el mayor siempre lograba ponerlo así.
Con algo de dificultad sirvió lo último de la comida en los platos y se separó del mismo, con un sonrojo evidente y la respiración algo agitada.
- La comida está lista, y nada de postre hasta que te la termines.
Milo río por lo que dijo su novio y le dio un beso en los labios.
- Como tu digas ~
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