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🌹El misionero🌹


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Aquino se levantaba de su cama. Aún bostezando y tallando sus ojos con sueño se pone las sandalias con las que pasea en su casa y comienza a ir en dirección a su baño.
Se lava el rostro y se moja el pelo para peinarse algo rápido. Hoy no tiene ganas de salir, ni de hacer nada, hoy lo único que quiere es estar en su cama echado todo el día intentando no pensar en sus acciones del día de ayer que lo hacían sentir culpable de cierta manera a causa de los celos y posesión del momento con Duxo.

Ve la nevera sin casi nada adentro. Justo el día en el que no quiere hacer nada tiene ir de compras al mercado por unas cuantas cosas.

...

Duxo levanta animado y con las energías a full.
Después de lo de ayer debe admitir que se ha estado lavando los dientes cada segundo que pasaba. Aún puede recordar como se sentía tener la esencia de su novio en la boca, y lo mucho que en el momento de alguna manera le llegaba a gustar, pasándose lo por la garganta mientras sentía el cálido y viscoso líquido recorrerlo hasta terminarlo.

Apesar de que la sensación le haya gustado en el momento, ahora se sentía algo asqueado. Y todo había empezado por darle un beso a Locochon. ¿Que tan celoso y posesivo puede llegar a ser Aquino?.
No quiere imaginarse la respuesta. Hoy también debía salir con Locochon. Justo ayer mientras caminaban le prometió hablar de un tema privado con Locochon este día, justo un día después de lo que paso y le hizo Aquino a Duxo tener hacer algo nuevamente que le de celos restregar se lo por la cara.

Con algo de miedo pero aún rebelde por el comportamiento que suele aportar, aceptó la salida con Locochon y quedaron en verse para almorzar.

Estaba pensando en la probabilidad de contarle a Locochon la relación que tenía con Aquino, y explicarle sobre el beso antes de que lo malinterpretara y genere a su amigo ilusiones que no son ciertas, y así no confundirlo para no dañar sus sentimientos.

De algo que Duxo se dio cuenta después de tanto tiempo observarlo fue que Locochon desde hace un buen tiempo lleva fijando su mirada en él. Intentaba aclarar sus dudas pero aunque la verdadera respuesta la sabía no quería aceptarla.

Saldrían en la tarde para almorzar, irían a por una pizza en un restaurante muy conocido.

...

Aquino se iba cambiando para no ir con cualquier arapo a comprar sus víveres, de lo contrario parecería vagabundo

Duxo también se iba alistando para salir con Locochon hacia la pizzeria para hablar del tema especificado en el capitulo anterior.

Ambos jóvenes salieron de sus casas, y mientras Duxo comenzaba a caminar, Aquino buscaba sus llaves para conducir.

Aquino llegó al lugar y comenzó a comprar lo que faltaba en su nevera, viendo una que otra cosa que se le apetecía y lo ponía en su carrito de compras.

Cuando Duxo llegó al lugar Locochon quien llegó primero se acerco a él y colocando una mano en su hombro lo guió hacia la entrada del restaurante. Apenas se sentaron Locochon llamó a un mesero y le pidió pizza para 2. Cuando la pizza llegó, se pusieron a charlar del tema y a almorzar seguidamente para no perder tanto tiempo.

Aquino terminó sus compras, terminó de pagar las cosas para subirlas uno por uno a su carro he irse del lugar para llegar a su casa y echarse en su cama nuevamente solo que está vez a no levantarse.

Duxo sintió una vibracion en su bolsillo, sacó su celular descubriendo que era un mensaje de texto de parte de Soarinng


No le tomó mucha importancia y se concentró en terminar la comida lo más rápido que podía para ir a su casa nuevamente.
Locochon comenzó a hablar del tema, Duxo le dio ánimos en su conflicto lo mejor que podía para que no se confundiera más.
Cuando terminaron de almorzar salieron ambos de la pizzeria para poder despedirse he ir cada uno a su hogar.

Locochon tomo la mano de Duxo y este con nervios no tuvo de otra que dejarse. Locochon se acercó más a Duxo invadiendo su espacio personal, llegando a estar más cerca de lo permitido, que siguió hasta que sus narices rosen.

Aquino que iba pasando por el lugar, justo mientras estaba manejando se puso a acomodar su espejo y justo encontró a ambos en aquella situación. Aquino paró el auto en seco, se bajó de auto y fue en dirección a ambos.

Y cuando Aquino estuvo al frente de ambos antes de que Locochon pueda unir ambos labios, Aquino interfiriendo en el beso, tomó el brazo de Duxo con un poco de fuerza y llevarlo a rastras con él.

Locochon se quedo mirando la escena con confusión, en su cabeza surgieron un montón de ideas, y en todas esas no aparecía la acertada, estaba tan ilusionado con el otro que ni siquiera se atrevía a pensar en esa probabilidad.

Duxo se quejaba mientras seguía siendo jalado por Aquino.

Aquino hervía en celos sabiendo que su novio se vio con el chico que provocó el problema del día anterior, y que nuevamente casi terminan besándose solo que esta vez a sus espaldas. Algo que él no sabía si interpretar como engaño o intento de darle celos.

Aquino abrió la puerta de su auto, metiendo a Duxo dentro de este de un tirón, mientras el contrario se encontraba sudando por 2 cosas completamente distintas.

Una, por que le causaba nerviosismo y algo de miedo a la vez.
Y dos, porque que Aquino actuará así lo llegaba a calentar de cierta forma.

Duxo solo se sentó en el asiento que tenía al alcance y se hizo bolita mientras seguía sudando por ambas cosas, sobre todo la segunda. Aquino subió adelante para conducir en dirección a su casa.

Cuando llegaron Aquino aún furioso salió azotando la pobre puerta de su auto y abriendo con fuerza la puerta tras donde Duxo se encontraba para volverlo a jalar de brazo y volver a cerrar la puerta de su auto en un azote mientras cerraba con llave rápidamente. Jalo a Duxo hasta la puerta de su casa, cuando la abrió jalo a Duxo al interior de la casa, cerrando Aquino la puerta tras él al haber ingresado a su hogar.

Duxo: ¡No soy un trapo imbecil!

Aquino: Pues una fácil si pareces.

Aquino acorralo a Duxo contra la puerta mientra el otro solo respiraba freneticamente.
Duxo chillo por su posición y empujó a Aquino un poco para ir corriendo en dirección a algún cuarto y encerrarse.

Aquino fue tras él, pero para eso Duxo ya se escondía tras una habitación que resultó ser la de Aquino. Allí el chico se fijo en su alrededor mientras veía la decoración y lo ordenado que está.

Aquino: Duxoo..

Duxo tras la puerta de esa habitación dio un pequeño salto por el susto.

Duxo: ¡Ni creas que te dejaré entrar, estúpido hormonal mama pingas!

Aquino: Yo nunca pedí que abrieras la puerta, amor.
Solo espero disfrutes estos momentos aún caminando.

Y eso le confirmaba todo a Duxo, nunca pensó que Aquino fuera el activo, aunque desde hace ya un tiempo estaba más que notorio.
Su sonrojo era fuerte, de alguna manera su miembro llegó a ponerse duro. Ahora le comenzaba a doler, tanto que mientras estaba tras la puerta soltaba notables jadeo y gemidos ahogados.

Hasta que de la nada escucho una llaves colocarse en la cerradura de la puerta que lo intentaban protejer.
Duxo solo pudo alejarse de la puerta aún con su miembro doliendo.

Y la puerta fue abierta, de ella que detrás daba paso a un hombre con los celos hirviendo y necesidad de reclamar a su novio una vez más.

Aquino: Dime, Duxo.
¿Porqué si te dejas besar por él?, ¿porqué cuando yo lo quiero hacer la mayoría de veces te apartas?

Duxo sabía que responder, más no sabía si era correcto o no en la posición que se encontraba a punto de ser posiblemente cojido fuertemente por su pareja.
Así que por lo único que optó fue quedarse callado mientras observaba al contrario fruncir su ceño al no haber una repuesta que le de justificación a sus preguntas.

Su pasiencia al estar esperando se vio alterada por la poca experiencia del saber esperar. Se acercó a Duxo y lo tomo del mentón. Se acerco a su oído y con una voz ronca pero una palabra sencillan lo hizo estremecer. Haciendo que una pequeña electricidad recorra su vientre y cuello.

Aquino: Dímelo, Duxo.

Duxo: Si quieres puedes follarme. No te diré una mierda.

Duxo no pensó bien en lo que diría, y después de decirlo fue que se arrepintió. Sin embargo, su orgullo no lo hacía hablar para reclamar wue fue un error y no lo quiso decir en verdad.

Y fue cuando Aquino al tener ya el consentimiento de Duxo, lo agarro de la cadera y lo lanzó a la cama.

Y por otro impulso más fue que Duxo volvió a abrir su bocota.

Duxo: ¡Si así me tratas sin siquiera haber comenzado ni para que decirte que me trates bien cuando comiences, estúpido!

Y el mismo se tapó la boca.

Aquino se detuvo a verlo un rato, luego desde ya la luna asomándose por el cielo haciendo el ambiente oscuro, vio una sonrisa que se formó en el rostro de Aquino. Para luego, mientras la intensidad de la luz que quedaba se hacia menor, Aquino se comenzó a desvestir frente de Duxo.
Duxo ya había visto el miembro de Aquino el día anterior, y solo recordarlo lo hacía sentir morir.

Aquino termino de desvestirse. Se subió a la cama y fue en dirección a Duxo.

Aquino: ¿No me dices por las buenas?, que pena. Será por las malas

Tomo los cachetes de Duxo y lo beso mientras el miembro de Aquino se volvía más duro cada vez.

Duxo: A-Aquino...

Chilló por sentir su entrada palpitar y la respiración de su novio en su cuello, mientras mordía su cuello y se dedicaba a chupar y explorar cada zona de su cuerpo.

Y mientras Duxo intentaba no gemir ni hacer ningún ruido tan vergonzoso para no darle el placer a Aquino, Aquino introdujo 4 dedos dentro de la boca de Duxo.

Duxo primero pensó en decir algo, pero Aquino comenzó a mover sus dedos, saliendo y entrando de su boca mientras sus dedos se llenaban de saliva del mayor.

Aquino saco esos dedos luego de un rato de la boca de Duxo, y las acerco a la entrada del mismo. Y después de tanto que Duxo evitaba hacer algún ruido, cuando Aquino metió 2 dedos a la par, Duxo no pudo evitar soltar un quejido, mientras se seguía forzando a no hacer ningún tipo de ruido, sacrificando sus labios de las cuales heridas pequeños por la presión entre ellas y los dientes, se abría.

Aquino metió un tercer dedo, Duxo volvió a hacer el mismo quejido. Y cuando metió el cuarto, un gemido audible resonó por toda la habitación, haciéndole entender a Aquino que por fin logró hacerle soltar mínimo un gemido.

Los dedos de Aquino salían y entraban de la entrada de Duxo, quien en su lugar se retorcía de placer al no querer expresarlo por su boca, mordiendo su labio y sacándose sangre en el proceso.

Luego de un rato Aquino paró con eso al sentir que Duxo ya estaba lo suficientemente preparado para hacerlo tocar el mismo cielo estrellado.

Las prendas intrusas que faltaban por retirar, fueron tiradas al piso. Aquino acerco a Duxo a él estando cara a caerá. Aquino arriba de Duxo, y Duxo abajo de espaldas contra la cama.

Las piernas de Duxo las subió a sus hombro, alineó la entrada de Duxo y su pene para estar preparado. Y cuando Duxo dejó de temblar.
Aquino se impulso hacia adelante con un cierto nivel de calidez.

Duxo puso los ojos en blanco, sus lagrimas brotaron de sus ojos y soltó un pequeño grito.

Y cuando Aquino terminó de introducir su miembro dentro de Duxo, fue a atacar su pecho, para seguir marcando territorio mientras Duxo intentaba cálmese al tener una parte de su novio dentro suyo.
Duxo imagino muchas cosas antes de esto, pero algo que de muchas de esas teorías fallaron, fue que ninguna menciono que esta sensación podría llegarse a sentir el cielo mismo.

Las pequeñas y suaves embestidas que daba Aquino a Duxo lo hacía sentir cuidado, lo hacía sentir valioso y frágil. Sus embestidas eran lentas pero profundas por el tamaño de la monstruosidad.
Si iban despacio ahora, quizás después puedan aumentar la velocidad.

Y como lo predijo, poco después de dulces embestidas fueron subiendo de ha pocos de nivel. Haciendo a Duxo acostumbrarse a cada uno de estos niveles.

Luego de un rato las embestidas comenzaron a ser brutales, se escuchaba el chapoteo con la velocidad y profundidad de las embestidas.
Duxo lloriqueando en su lugar por el placer generado, trató de ocultar su rostro con sus manos

Duxo: Ha~. Aquino!

Los suspiros de Duxo al sentir esa nueva sensación parecían irreales porque realmente lo disfrutaba. Dicen que hay chicos a los que no les gusta ser el 'sumiso' o que les toquen el punto P. Aúnque para nuestra buena suerte aunque Duxo haya sido el activo siempre en sus relaciones antes de Aquino, felizmente el no era de esos.

Y fue como Aquino dio en ese punto.
Duxo liberaba maldición tras maldición de sus labios por la sensación, mientras pedía más a gritos.

Pronto Aquino llego a su clímax, y se corrió dentro de Duxo, haciendo que en el proceso Duxo suelte un gran gélido.
Ambos cayeron rendidos a la cama. Aquino se tapó a él y a Duxo con lo que encontró.

Duxo ahora ha aceptado su posición en la relación.
No lo considera ahora tan malo como en un inicio lo pensó.

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Día 9 terminado
2340 palabras

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