-Ahhh….Ahhh…. ¡ACHU!- estornudo por milésima vez en el día.

-Toma- dice Antonio pasándole otro pañuelo a su pareja.
Este lo aceptó con gusto y se sopló la nariz.

Los dos estaban en la casa de Martín ya que este estaba con un "pequeño resfriado" gracias a los paros, la inflación, el cambio climático y que también por terco fue a comprar facturas en short y remera mientras llovía.
Esto último, según él, cuando salió no parecía que llovería y por eso no llevaba paraguas.

-G-raci….ACHU- estornudó de nuevo.

Antonio suspiro y le paso otro pañuelo a la vez que iba por agua y un paño para bajarle la fiebre al rubio.
Mientras hacía eso, recordaba cuando en el pasado muchos humanos pensaban que las Representaciones eran algo así como semidioses o algo por el estilo. Después de todo su fuerza física era más grande, algunos tenían poderes extraños, si eran heridos se sanaban inclusive podían escapar de las garras de la muerte.

Pero obviamente este concepto comenzó a cambiar cuando se empezó a ver que los representantes podían sentir dolor físico o emocional, podrían cansarse e inclusive morir.
Antes este último pensamiento le recorrió un escalofrío.

-"Mejor me centro en lo de ahora"- dice para sí mismo y vuelve a la habitación de Martín, se acerca hasta él y le coloca el paño mojado en la frente.

-Gracias ...- dice él con voz cansina y apenas audible.

-De nada- expresa con una pequeña sonrisa y en eso se fija la hora- ¿Por qué no duermes un poco? Te prepararé la cena.

Martín no pudo protestar y decidió obedecer, se acurruco debajo de las cobijas y cerró sus ojos tratando de dormir.
Mientras Antonio iba a la cocina para ver qué podía hacer.

-¿Un caldo? No, seguramente se negara a tomarlo- comienza a hablar solo- Le haría una Paella pero no tengo mariscos ahora….

Y siguió pensando.
Comenzó a revisar las alacenas y se encontró con una lata de lentejas.
En ese mismo momento tuvo una idea.

-Podría tratar de hacerlo, creo que había carne sin cocinar todavía- dice con una sonrisa. Toma la lata y la coloca en la mesada, luego va a la heladera y saca carne ya mencionada.

(Vada: Para los curiosos, era Paleta en trozos)

Busca una hoya y luego va a donde Martin guardaba las verduras y frutas. Agarra unas papas, zanahoria, zapallo anco y luego unos tomates.
Y se puso manos a la obra.

Más tarde…

Antonio ya había terminado la comida, por lo que procedió a llevarle un plato con esta a Martín y de paso comería él también.

Habitación….

-Martín…Martín…. -comenzó a llamarlo, el rubio se removió en sábanas y de a poco fue abriendo los ojos.

-¿Sí?- dice él con voz baja, su nariz roja junto al sonrojo en sus mejillas. Totalmente adorable a la vista de Antonio.

-Ya está la comida- dice el. El rubio asiente y trata de incorporarse, cuando lo logra ve lo que hizo el español.

-¿Guiso?- dice el medio sorprendido pero se notaba su felicidad.

(Vada: Tengo hambre)

-Si, trate de hacerlo como me enseñaste- explica, Martín prueba un poco y sonríe más.
Estaba buenísimo.

-Gracias, te re salió- dice él con la voz medio ronca todavía por los mocos.
El peli castaño sonrió y también comió de su plató, luego de eso Antonio llevó los platos a lavar.
Y después volvió con su rubiecito.

-¿Podes venir acá?- dice el menor con un puchero y palpando el otro lado de la cama.
El español sonrió y se quitó el calzado para luego meterse en la cama con su pareja.
Martin enseguida se acurruco contra Antonio y este comenzó a acariciarle los cabellos.

Pasaron lo que restaba del día entre mimos.

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Vada: Bueno ahi esta otro día jejejeje.