★ D5: un beso sincero ★
Continuación D4
Tan pronto ese molesto chico mencionó el nombre de mi hermano, sentí que todo a mi alrededor se desvaneció; sonidos, aromas... Personas...
–¿Cómo sabes ese nombre?
No noté el momento en el que abrí la boca, pero ahora estaba concentrado en la respuesta de ese encimoso, quien estaría mirándome extrañado y confundido.
–No... ¿No me recuerdas? Soy yo, Milo... ¿El chico de la playa?... ¿En el verano de hace 6 años?...
No estaba entendiendo nada, es decir... Es obvio que conoce a mi hermano... Pero ¿Qué relación tiene o tenía con él? Para que lo recuerde tan bien...
–Él no es Kanon... Su nombre es Saga, es hermano de quien conoces– la voz llena de seriedad por parte de Aioros me devolvió a mis sentidos, haciendo que me librara de los brazos que me encerraban y acomodando mi ropa.
–No sé de dónde conoces a mi hermano, pero te agradecería que no me abraces
–... Lo siento...
Un griñudo, y una mano se azotó en la mesa frente a mí, era el hermano de Aioros quien me miraba con rabia –¿Qué se supone que están haciendo ustedes dos juntos? ¡¿Planeando una nueva manera de lastimar a mi hermano?!
–¡Aioria!– le tapó la boca tan rápido como pudo –les suplico lo disculpen, esta algo ebrio, pero ya nos íbamos.
–No te preocupes Aioros, después de todo él tiene sus razones.
–Shura... Lo que pasó no fue tu culpa... Sólo fue... Mmm... Fue un accidente– su sonrisa parecía tan cálida, pero su mirada tenía tanta melancolía y tristeza.
Mi acompañante bajó la mirada y le dijo algo que no alcancé a escuchar, pero fuera lo que fuera... Hizo enojar aún más a Aioria...
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..
...
No sé cómo pasó... Pero ahora estábamos tratando de separar a Aioria, a quién sostenía tanto Aioros como Milo, y a Shura quien estaba en el piso siendo revisado por Camus y yo lo estaba sosteniendo... Mi pequeño Shura estaba empapado de sopa, misma que le había lanzado Aioria de manera sorpresiva, pero tampoco se fue limpio, él tenía vino encima y unos cuántos golpes.
Aioros se puso muy estricto e imponente sobre su hermano para calmarlo, estaba claramente enojado y más, pero fue la única manera...
–Más te vale que te calmes y no causes más problemas o verás– amenazó y se levantó para acercarse a nosotros –Shura ¿Te encuentras bien? ¿No te lastimó?
–No, tranquilo, sólo unas caricias... Y un par de costillas rotas quizás pero estará bien– se apresuró a responder Camus mientras el otro apretaba puños y dientes del dolor.
Ya no habló, pero la preocupación era evidente.
Pagamos y todos salimos del lugar, para no causar más problemas y antes de que llamaran al dueño.
Una vez afuera Aioros se disculpó nuevamente y se llevó a su hermano a la fuerza. Milo y Camus se fueron por otro camino pero no sin antes sentenciar a Shura de que lo llevaría a un doctor por la mañana así debiera arrastrarlo.
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..
...
Durante todo el camino hubo silencio, ni una palabra, ni un suspiro... Ni siquiera cruzamos una mirada...
La noche era fría, y sólo cuando miré un poco a mi lado noté que no tenía su chamarra, parece que la había olvidado en el restaurante, recordé el baño instantáneo de sopa que Aioria le dio. Me quité la chamarra y se la puse a él, la acomode y la abroche.
–Esta haciendo frío.
Tan sólo dije eso y él reaccionó, buscando en todos lados, para luego sólo avergonzarse y cubrir su rostro con sus manos. Se veía tierno, pero también me daba mucha tristeza verlo así; esta tarde se veía entusiasmado y positivo, venía de cortarse el cabello... Y ahora estaba cubierto de sopa, cabizbajo y con algo de sangre en su labio inferior.
Saqué mi pañuelo y lo pase por sus labios, lo doble y trate de secar su rostro.
–¿Qué tal estuvo la sopa? – intenté animarlo un poco.
–... Le falta sal...
No pude evitar reír un poco con su comentario, parece que había entendido mi pequeño chiste.
–Oh es una pena, porque huele delicioso
Normalmente no hago estas cosas, pero acerqué su cabeza a mi rostro simplemente para darle un beso en la frente y juntarla con la mía.
–Te voy a ensuciar.
–No importa, siempre puedo lavar, o darme un baño... Pero un momento contigo es algo que vale mucho para mí.
–... Fue un desastre– trató de esconderse en el cuello de la chamarra, aunque no tuvo tanto éxito.
–¿La cena?... Por supuesto que lo fue... Y hay algo que me gustaría hablar contigo, en realidad muchas cosas... Pero por ahora quiero que entres y te limpies, o podrías enfermarte.
Volteó a su alrededor y sólo así prestó atención de que habíamos llegado a su edificio. Parecía querer correr adentro y a la vez no querer apartarse de mi lado.
Tomé su rostro y le dí un pequeño beso, algo suave sólo para no lastimarlo más, él me correspondió y aunque fueron unos segundos fue lo más lindo de la noche. Por último lo abracé y me asegure de que entrara, tiene la costumbre de esperar a que este algo lejos pero si sé quedaba ahí sería más seguro que se enfermera.
Me quedé unos segundos más y me retiré...
Sin duda esta noche era la más fría de la semana...
Ahora no sólo tenía preguntas sobre Shura... Ahora por fin supe algo de mi hermano, después de 13 años... Y... La verdad sólo espero que esté donde esté... Se encuentre bien...
–¿Saga?
No presté mucha atención, ni siquiera me detuve a ver quién era.
–¡Saga! ¡Por el amor de... Voltea y dejame ver tu horrible rostro!
Eso no sólo me desconcentró, también me hizo voltear de una manera... ¿Molesta?...
...
Me llevé una gran sorpresa, sentí una presión en mi pecho y un nudo se formó en mi garganta...
Y aún así pude responder.
–¿Hace cuánto no usas un espejo?
No sabía cómo reaccionar.
La calle estaba casi sola, las luces de las fiestas eran de las pocas cosas que alumbraban además de la luna y...
No sé qué decirle.
Veo que él está igual que yo, por su mirada y postura insegura.
–Han... Pasado muchos años Saga...
–Hoy son 13 años y medio...
–... ¿Te gustaría acompañarme?... Quería ir al parque y... Mmm... En realidad, pensaba...
–Necesitabas alguien con quien hablar ¿No? – asintió con algo de pena y se encogió de hombros –No cabe duda que somos gemelos... También yo necesitaba a alguien con quién hablar...
Esta noche todos parecen sorprenderse por algo o alguien... Incluso mi propio hermano lo estaba... Sólo unos segundos y suspiró comprensivo.
Parece que tantos años lejos nos hizo algo de bien.
... Continuará...
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