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💛Agarrados de la mano🖤
Que mejor idea que ir a la feria después de un largo día de exámenes y pruebas? A algunos les gustará la idea y a otros no, pero lo que si se sabe, es que a la pareja les gustaría ir.
Ambos estaban caminando y subiendo a cada juego que se les interponía en su camino como la rueda de la fortuna, la montaña rusa, canicas, entre otros. Todas las filas estaban largas, pero aún así valía la pena esperarse para subir a los juegos o jugar para ganar obsequios. Hasta que el mayor visualizó una casa del terror.
-oye pasita, qué tal si vamos haya?—
El azabache miro la atracción y a los segundos comenzó a temblar.
-eh... oye qué tal allá? — señaló un juego de ganar premios.
-Ahí ya fuimos, recuerda que ese señor es un tramposo y nos chantajeó—
-Oh....—
-Vamos, no debe de ser tan malo—
-Vale.....— aún con el miedo siguió al rubio para meterse a la atracción.
[[💛🐻🖤]]
Solo se escuchaban gritos y dramas de un azabache por toda la atracción, se oían tan fuertes que los encargados de la atracción se arrepentían de haber dejado entrar a aquel joven. El rubio solo trataba de calmarlo, pero no lograba con solo acariciar su espalda. Hasta que se le ocurrió otra forma.
-Hey....-
-Si?....-
-Dame tu mano- le extendió su mano para que el contrario la tomara.
El otro se quedó unos segundos pensando, pero decidió confiar y tomó su mano para que continuaran caminando.
El azabache aún estaba pálido, pero la mano de su novio le transmitía tranquilidad. Y a los pocos minutos de caminata al fin llegaron a la salida, el encargado le agradeció a dios porque al fin se terminarán aquellos gritos chillones.
Al momento en que el rubio iba a soltar su mano sintió que la contraria se aferraba con el objetivo de que no se separara.
-Me siento más relajado así, podemos quedarnos así? — estaba volviendo a tener color su cara, pero con un poco de color carmesí en las mejillas, el rubio al notar eso río un poco por la petición, era muy adorable ante el.
-Claro mi pasita- le dio un cálido beso en su frente.
Después de eso, decidieron irse a la casa del azabache para irse a dormir, ya era tarde y las calles eran peligrosas si se trataba de la zona donde vivía el rubio, pero nunca soltaron sus manos hasta que llegaron a la casa.
Dejando de lado la escena en la casa de terror, la salida ah sido genial para ambos.
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