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Día 2

Día 2: Abrazarse, acurrucarse o darse mimos.
Universo/Línea temporal: Después de lo sucedido en el campamento de entrenamiento.

La sangre se expandía por el suelo, tiñendo el pavimento de aquel color carmín característico de esta. Shouta estaba paralizado mientras que los otros héroes que se encontraban luchando en el frente contra aquellos villanos le recriminaban el que no se moviera.

Simplemente no podía reaccionar.

Le había fallado, no pudo hacer nada, su quirk fue inútil en aquel momento, no fue lo suficientemente hábil y rápido como para detener aquello.

Habían disparado a Hizashi y la bala le había atravesado muy cerca de donde se ubicaba el corazón.

Le dispararon a traición, la bala iba dirigida hacia él, pero Hizashi le había protegido.

Por su culpa estaba allí, tirado en el suelo, desangrándose.

Por su culpa su amor estaba perdiendo la vida, desvaneciéndose poco a poco frente a sus ojos.

Por su culpa Present Mic estaba muriendo.

Sin poder contenerse más y sin importarle la pelea corrió hacia donde su novio estaba, arrodillándose a su lado y aguantando las lágrimas que amenazaban salir de sus orbes.

Aún a punto de morir le sonreía, aquella sonrisa que él tanto amaba era imborrable de su rostro.

S-Shouta... recuerda que te amo...

—Hizashi aguanta un poco más, Recovery Girl está de camino, solo no cierres los ojos, quédate —al diablo su personalidad cínica y despreocupada, estaba aterrado, su mayor temor se estaba haciendo realidad.

Ha sido una vida hermosa... recuerda... siempre te amaré...

Y allí, frente a sus ojos, le acarició levemente la mejilla antes de perder todas sus fuerzas.

Había muerto.

Y era su culpa.

¡¡HIZASHI!!

—¡Shouta despierta!

Despertó de golpe llorando como desde hace mucho no hacía, las lágrimas no paraban de brotar de sus orbes y no pudo contener los sollozos que se le escapaban. Solo había sido un sueño, un muy mal sueño, pero se había sentido tan real que el terror recorría cada célula de su cuerpo, logrando que temblara mientras intentaba contener de alguna manera su ya iniciado llanto.

Sintió unos brazos rodearle de manera cariñosa, mandando al carajo todo lo demás, necesitaba ese abrazo como nunca así que, con las pocas fuerzas que tenía, se abrazó a Hizashi y lloró en su hombro, sintiendo las caricias que este le otorgaba para intentar tranquilizarlo y reconfortarlo.

Se quedarán así, abrazados, durante un buen período de tiempo, el suficiente para que Aizawa lograra calmarse y recuperar su típico semblante una vez hubiera asimilado que solamente había sido una horrible pesadilla y que Hizashi aún estaba con él.

Aquel era su mayor miedo y el haberlo visto hacerse realidad, aunque hubiera sido en un sueño, le aterró de sobremanera.

Ambos eran héroes.

Sus trabajos eran peligrosos.

Ponían sus vidas en riesgo en cada misión.

Para Shouta, perder a Hizashi sería lo mismo que perder su razón de seguir existiendo en este mundo ya que aquel rubio lo era todo para él desde el momento en que forjaron aquella amistad, y se volvió aún más indispensable al sincerar sus sentimientos el uno por el otro.

—Shouta, ¿qué sucedió? —la mirada de Hizashi estaba llena de preocupación hacia su contrario, haciendo la pregunta una vez hubo sentido que este se había calmado.

—...No era nada —mintió descaradamente aún sabiendo que su pareja no le creería.

—Vamos Shouta, te conozco, no llorarías así si fuera nada.

—Solo fue una simple pesadilla.

—De haber sido simple a lo mucho te hubieras despertado, ¿es que acaso no confías en mi?

<<No es eso, ¿cómo quieres que te diga que soñé que te perdía para siempre rubio escandaloso? —pensó aferrándose inconsciente aún más a Hizashi, sin separar aquel abrazo que en ningún momento habían roto.>>

—¿Shouta?

—Solo cállate y abrázame.

El héroe rubio no pudo evitar soltar una pequeña risa al oír a su pareja, recostándose en la cama de nueva cuenta sin separar aquel abrazo tan cálido entre ambos y, sin poder evitarlo, inconscientemente acariciaba los negros cabellos de Shouta. Iba a intentar preguntarle otra vez qué era lo que había sucedido, pero el escuchar la respiración acompasada tan característica de cuando él dormía le sacó un suspiro y otra sonrisa.

La curiosidad le ganaba, quería saber qué había sido eso que tanto le había atormentado pero, como si de una visión se tratase, de repente todas las piezas encajaron en su cabeza y acurrucó lo mejor que pudo a su dormido Shouta, acomodándose en la cama y observándolo dormir.

—No me iré a ninguna parte.

Palabras: 734

~Cinna fuera~

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