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Día 1

Día 1: Tomándose de las manos.
Universo/Línea temporal: Quirkless AU.

Yamada Hizashi y Aizawa Shouta eran dos personas reconocidas a nivel nacional a su edad de 25 años. Hizashi era un famoso cantante de rock, conocido a nivel artístico como Present Mic. Shouta era un profesor reconocido como uno de los mejores de Japón, trabajando en la Universidad T. Estas dos personas tan reconocidas por su talento, la forma en la que destacaban en su carrera y el que fueran tan jóvenes y envidiados compartían una más cosas en común: eran pareja, fueron amigos desde la secundaria y tenían un hijo.

Aquel pequeño no era su hijo biológico ya que era imposible que un hombre quedase embarazado, ambos lo habían adoptado cuatro años atrás, encontrándolo una fría tarde de fin de año mientras salían de la universidad (ya que aún estudiaban durante esa época) en una caja, desprotegido, abandonado y a punto de morir de una hipotermia por la poca ropa que llevaba puesta.

Desde ese día aquel pequeño les cambió la vida: sus días eran más alegres y también él fue el incentivo que les llevó a confesar sus sentimientos amorosos, recordaban ese momento con total claridad.

Era una fría tarde de primavera, el semestre estaba por terminar y tanto Aizawa como Hisazhi se dirigían al departamento que compartían desde que comenzaron sus estudios en la universidad. Un año y algunos meses habían pasado desde que adoptaron a Ryo y, a pesar de ser tan solo un niño de dos años, podía valerse el mismo durante todo el día (contando también que la guardería a la que asistía estaba a tan solo dos calles de aquel departamento y su profesora siempre le acompañaba camino a casa).

Ambos amigos y compañeros de piso habían llegado cansados a casa, entre exámenes, trabajos y clases sendas personas no podían evitar estar agotados, mas aquel pequeño pelirrojo solamente lograba quitarles aquel cansancio con su típica y efusiva bienvenida, solo que nunca esperaron lo que ese día pasaría.

—Ryo, estamos en casa —anunció Hizashi ni bien entraron Shouta y él al departamento.

—¡Bienvenidos papá y mamá! —el pequeño corrió a recibirlos con una enorme sonrisa, lanzándose a abrazar a Hizashi (ya que él era el más cercano) sin darse cuenta lo que había causado en los mayores.

Ambos universitarios estaban sonrojados a más no poder de la vergüenza al escuchar cómo les había llamado Ryo. Es cierto que ambos lo cuidaban como si fuera su hijo (aunque llevase el apellido de Shouta ya que fue él quien se dio cuenta de que Ryo estaba en aquella caja de cartón) y que tenían sentimientos que ocultaban el uno por el otro pero, aún así, nunca hubieran esperado aquello ya que usualmente los llamaba con un diminutivo de sus nombres y le agregaba el "san" a ello.

¿Dije algo malo? —cuestionó con una mirada algo triste en sus orbes de color esmeralda, causando que los mayores reaccionaran y salieran del trance en el que habían entrado.

No es eso Ryo, simplemente nos sorprendiste —Shouta fue el primero en reaccionar, dedicándole una muy leve sonrisa a aquel pequeño.

¿Sorprender? ¿Hiza-san no está saliendo con Shou-san? —a pesar de su edad era un niño bastante listo y se había dado cuenta de los sentimientos de aquellos a los que consideraba sus padres así que, con la ayuda de su profesora y un muy buen amigo suyo había ideado un plan.

¿De dónde sacas esas cosas?

Es que como siempre los veo tan juntos y además viven en el mismo sitio pensé que era así... —un pequeño puchero se formó en su boca, haciendo reír a Hizashi, quien lo cargó sobre sus hombros.

Dejemos eso de lado, ¿vamos a cenar?

Aún es muy pronto —replicó el pequeño con una gran sonrisa al estar sobre los hombros del que consideraba su padre—, quiero ir al parque.

¿Ahora?

Ahora.

Ambos estudiantes se observaron y suspiraron con resignación al saber que nada podían hacer para quitarle la ilusión al pequeño así que, cogiendo el abrigo del menor y poniéndole sus zapatos los tres salieron del departamento al parque más cercano, el cual estaba a unos diez minutos caminando de allí.

Ryo iba delante de ambos, caminando por un sendero lleno de pétalos de los árboles de Sakura ya que la temporada acababa de empezar, jugando con ellos como el niño que era y corriendo cada que podía, haciendo que Hizashi y Shouta tuvieran que perseguirle para evitar que se lastimara o algo así ya que, debían admitirlo, aquel pequeño era bastante alegre y energético al igual que Hizashi, pero al mismo tiempo poseía la seriedad y el factor de adorar dormir tal y como Shouta. Era una mezcla de ambos a pesar de no ser su hijo biológico, pero él los unía.

Al llegar al parque pasó lo más inesperado de las cosas que podrían haber esperado: Ryo cogió a ambos de las manos (una de cada uno) y les pidió que caminaran más rápido, "arrastrando" a sendos universitarios hasta una zona que adoraba: el pequeño lago del parque y, una vez allí, se detuvo tan de golpe que tanto el rubio como el pelinegro tropezaron, cayendo al suelo y besándose sin querer ante la atenta mirada de un muy alegre y orgulloso Ryo ya que el primero de los cinco planes que había planeado junto a su profesora y su amigo había sido más que suficiente para lograr su objetivo.

<<¡Lo logré! —pensó con gran alegría al ver como en ningún momento sus "padres" se habían separado del inesperado beso—. Ahora solo espero que todo salga bien...>>

Sho-Shouta yo... —murmuró Hizashi con nerviosismo ni bien se hubieron separado.

N-no digas nada —el pelinegro también estaba nervioso y sonrojado al igual que su amigo y amor secreto, solo que él lo estaba más que el rubio.

Te amo Shouta —confesó con una sonrisa, aumentando el sonrojo en su contrario que parecía que en cualquier momento estallaría.

Y-yo también.

¿Ahora si están juntos?

Tanto Hizashi como Shouta se habían olvidado por completo de la presencia de Ryo, levantándose instantáneamente y sonriéndole a su pequeño con ternura.

Si Ryo, ahora estamos juntos.

¡Viva! ¡Papá Hizashi y Mamá Aizawa están juntos! —exclamó alzando los brazos y corriendo mientras reía por aquel parque, a lo que Hizashi agarró de la mano a Shouta para perseguirlo y no perderlo.

Aquel recuerdo era uno de los más preciados en aquella familia, la cual se encontraba paseando por las calles de Tokio aprovechando que era un hermoso sábado. Hizashi y Shouta caminaban con las manos entrelazadas como ya era costumbre para ambos y, si en algún momento llegaban a separarlas, tenían a su pequeño rayito de Sol que se encargaba de volverlas a juntar con una enorme sonrisa en su pequeño rostro.

Definitivamente se amaban mutuamente y aquel niño que podían gritar a los cuatro vientos que era su hijo.

Palabras: 1.146

~Cinna fuera~

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