**Au de Mafia. (No sé que pensaba hace tres días, pero pues por alguna razón puse ese au :'v)

-¿Qué me piensas hacer? Idiota -pregunta con los brazos a los lados de la cabeza, mientras era apuntado con un arma. Cabe aclarar que estaba contra la pared de un callejón en el que estaba alimentando a algunos gatos.

-Nada en especial -contesta con un tono de voz coqueto, y se acerca con pasos lentos y seductores. Si no fuera porque moría de miedo, Ichimatsu hubiera reído a carcajadas por esa manera tan sosa de caminar.

Lo comprendía, era un mafioso creído que seguramente lo iba a amenazar para hacer algo... No apto para un nini como él.

-No me digas -un poco de sudor frío corrió por su mejilla cuando sintió el arma pegar contra su pecho, y sus latidos se incrementaron violentamente. Se notaba por la manera agitada en la que respiraba y Karamatsu sólo miró esto como algo tierno.

-Un poco más de respeto, es un deber -comenta casual y desliza la pistola por todo el abdomen del menor, causándole escalofríos. Sintió un espasmo de miedo cuando la punta de aquella se detuvo justo encima de su intimidad.

-B-bueno, pero aleja esa cosa de mí cuerpo, por favor -intenta sonar lo más dulce posible, para no irritar al otro. Desvía la mirada también por el temor.

-Mmm... -deja caer la pistola a su lado y después toma a Ichimatsu de la barbilla. Por alguna razón se siente más ligero cuando escucha el arma caer.

Karamatsu junta sus labios en un cálido beso que por alguna razón, el menor no niega. Su corazón latía fuertemente aún, ¿Por el miedo a ser violado? Quizás, pero sabía que también era porque ese había sido su primer beso y se sentía tan bien hacerlo.

Aquella unión se iba intensificando, jugando con sus lenguas y peleando con sus bocas. Obviamente Karamatsu ganó, y cuando separó sus bocas para tomar aire, quedó un hilo de saliva uniéndolos.

Su mano pasó a presionar fuertemente y a masajear la entrepierna ajena, llegando a sacarle jadeos mientras el menor se intentaba safar. Quería apartar los brazos del mayor, jalándolo de las mangas, pero no consiguió nada.

A cambio ganó que metiera sus dedos bajo la ropa, y que todo se volviera más complicado, pues el placer comenzaba a apoderarse de su cabeza y sentidos. Incluso ya estaba tan duro.

-Vaya, resulta que eres tan sensible -ríe burlonamente y comienza a besar el cuello ajeno. Ichimatsu gruñe avergonzado.

-Cállate -murmura, error. Karamatsu le dio la vuelta y le bajó el pantalón a medio muslo, Ichimatsu ya se lo veía venir y tenía mucho miedo.

Su primera vez sería con alguien que ni siquiera conoce, de la mafia, y encima sería por violación. Quería que la tierra se lo tragara ahí mismo.

Acaricia los glúteos del menor, dirigiéndose muy suavemente a su entrada y dilatándola con cariño, no era para nada brusco pues sabía que dolía. Y por alguna razón, comenzaba a sentirse que el miedo se iba.

-Parece que te está gustando -susurra al escuchar los sonidos que el menor hacía. Su virilidad se estaba poniendo algo dura escuchando así. No sabía porque le provocaba tanto.

-Q-que te calles, mierda -se repite mentalmente no volver a hablar, pues cuando lo dice, el mayor mete otro dedo de una lo que lo hace gemir alto.

Sigue dilatándolo, y después saca de su ropa con toda la tranquilidad su pene. Era algo grande... Ichimatsu solo se aferraba a aquella pared mientras esperaba que sucediera lo peor.

Metió su pene en la estrecha entrada de aquel jovencito. Se sentía muy bien...

-A todo esto, ¿Cuántos años tienes? -pregunta mientras empezaba a embestir, metiendo y sacando su miembro con lentitud.

Cree por un momento estar siendo violado por un completo imbécil, ¿Qué clase de preguntas hacía ahora?
Con su voz escapando en leves jadeos responde.

-22 años, ¿Tú? -pregunta de vuelta. Sus uñas rasguñaban aquella pared de concreto que era si mejor soporte.

-30 -contesta, y no vuelve a abrir el diálogo. Sus caderas se mecían rápidamente sin poderse detener. Era el impulso, lo bien que se sentía estar dentro.

No demoró mucho en venirse en el interior ajeno, y el menor también tuvo su orgasmo unos momentos antes. Era una experiencia asquerosa, terrorífica y traumante, pero a la vez fue tan maravilloso... Estaba loco.

-Bueno -rejunta su arma y acomoda bien su ropa. Mira de reojo al otro que seguía con el trasero expuesto y recargado en aquella barda, y le acomoda la ropa también, desviando la mirada-. Oye, la verdad lo siento -se siente algo incómodo pues aún no había visto la cara del menor.

-¿Cómo dices que te llamas? -pregunta, dándose la vuelta y abrazando un brazo del contrario.

-Karamatsu... -responde, y suda un poco. Intenta safar el agarre pero Ichimatsu se trepa a él.

-Idiota, ahora hazte cargo -el mayor supo a que se refería, sus caderas...

Sin más salió caminando del callejón con una sonrisa, definitivamente había sido un raro encuentro.