Con el pasivo encima
Karamatsu e Ichimatsu estaban en la sala de estar, aburridos. Cada uno se concentraba en perder el tiempo de la manera en que siempre hacían, Ichimatsu estaba con un gato y Karamatsu se miraba al espejo, mientras que Choromatsu estaba leyendo una revista en la mesita del medio, sintiéndose algo incómodo por la situación tan callada en la que estaba.
Cerró su revista, y se puso de pie, dispuesto a salir de la habitación.
-Iré a casa de una amiga -avisa como si a alguien le importará y sale, escapándose por fin de ese ambiente tan extraño.
Karamatsu que estaba sentado en el sofá, mira un poco de reojo a Ichimatsu, y nota que se levanta. Traga un poco de saliva al esto y teme que se vaya.
-¿Vas a salir? -la sonrisa que le dedica lo deja confundido. El menor sale de la habitación un momento, y para sorpresa del mayor regresa con un condón y lubricante.
Él siente su corazón latir rápidamente, más cuando Ichimatsu entra y cierra la puerta con suavidad. Se sube a sus piernas y mira a los ojos al otro.
-Hoy traes algo de iniciativa -acaricia la mejilla ajena y comienza a besar sus labios. La boca del menor siempre será un deleite para Karamatsu.
-Cállate -solamente dice, y comienza a tocar el abdomen de Karamatsu. Bajando sus caricias hasta la entrepierna de ambos que por la cercanía chocaban.
Desabrocha el pantalón de Karamatsu y saca su gran y delicioso, y hermoso Karamatsito. Lo soba suavemente y también saca de sus pantalones su miembro. Ambos penes chocaban manteniendo al menor jadeando.
-Nhh~ -los suaves sonidos que salían de su boca con el pequeño movimiento de caderas que apenas hacia, eran un deleite.
Karamatsu intentaba también mover sus caderas, pero por el peso del menor en sus piernas no podía hacer mucho, solo disfrutar de la sensación que él provocaba. Y realmente solo le bastaba con ver al otro para sentirse bien.
-Espera -dice Ichimatsu y se levanta un momento para bajarse de las piernas ajenas. Se quita toda su ropa y toma el lubricante, con él moja sus dedos y le da la espalda a Karamatsu.
Se inclina un poco, dándole unas espléndidas vistas al mayor que solo observaba sonrojado, como Ichimatsu se empezaba a meter dos dedos. El mayor empieza a masturbarse mientras mira.
Los gemidos del menor no se hacían esperar, mientras metía y sacaba los dedos, los abría en forma de tijeras para estirarse. Cuando logró meter un tercero y se acostumbró a lo ancho, movió su trasero un poco para atrás y el mayor lo tocó. Karamatsu alcanzó el condón y se lo puso rápidamente.
-Siéntate -ordena Karamatsu que sostiene su pene con su mano para que entre en el otro.
Ichimatsu hizo caso, y a ciegas logró meter el pene en su propio interior. Para el de abajo era una obra de arte la delicadeza de los hombros del menor, y la suavidad de su espalda. Desde ahí podía apreciar como su cintura estaba marcada y las caderas anchas. Pensaría que es la espalda de una mujer.
Mientras, Ichimatsu se encargaba de mover sus caderas de arriba a abajo, manteniendo una velocidad bastante suave y tranquila. No había prisa. Le gustaba cuando a él le tocaba estar arriba y mantener su propio ritmo.
-¿Te gusta? -pregunta cuando siente al mayor besar parte de su espalda. Recibe una lamida desde la nuca hasta el oído.
-Me gustaría que fueras un poco más rápido, pero está bien -muerde el lóbulo de éste, y eso provoca escalofríos en el menor.
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