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25. Con juguetes.

Policía! JongIn x Ladrón! KyungSoo.

La imagen no tiene nada q ver, pero está bonitu jsjsj (lo encontré en Pinterest).

Falofilia: Amor por lo penes grandes. Implica una gran atracción sexual por un pene erecto de dimensiones extraordinarias o con un aguante excepcional.

Advertencia: BDSM Roleplay. Dominación y sumisión. Esposas, sogas (bondage), waxplay (juego con cera).

Debido a que menciono los nombres de los nudos (para el bondage), voy a dejar imágenes referenciales. Y si se preguntan si los nudos son posibles en el cuerpo de un varón; lo son. Pueden buscarlos: "nombre del nudo + man"; sin embargo, las imágenes que aparezcan pueden herir la sensibilidad (?). Así que, yo dejo aquí imágenes donde hay ropa de por medio :D

 Kikkōshibari (Caparazón de tortuga)


futomomo 




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KyungSoo ha leído mil guías sobre cómo pedir ser dominado y sobre cómo dominar a alguien. JongIn leyó los resúmenes que KyungSoo escribió. Ambos repasaron juntos los puntos esenciales de los juegos de roles de dominio y sumisión. La palabra de seguridad, el consentimiento y los límites ya han sido establecidos. Ahora, solo falta llevar los conocimientos a la práctica.

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A KyungSoo le excita ver a su novio usando uniforme policial.

A JongIn le confunde la vestimenta de KyungSoo, pues no sabe si se trata de un ladrón o de Gatúbela.

—Luzco sexy, ¿Verdad? —Pregunta e inclina su cabecita.

—Sí, bebé. —JongIn se acerca, pasa sus manos por la cinturita del contrario y choca suavemente su frente con la contraria. —Aunque, no estoy seguro de sí debes de tener ese látigo... —Coloca su mano derecha sobre la mano blanquecina. —Se supone que te debo arrestar, ¿No? —Pregunta confundido. No tiene la menor idea de cómo terminó ahí.

En medio de su sala que convenientemente han adecuado para fingir que es una celda de la prisión.

La dulce sonrisa que KyungSoo le brinda, le da escalofríos. Su novio parece ser tierno, ¡pero definitivamente no lo es! El más bajito tiene una conducta sexual fuera de lo "normal" y todo comenzó gracias a Crepúsculo. JongIn sonríe en repuesta, recordando la primera mala decisión que tomó antes de que sean pareja.

Para su primera cita, le preguntó a KyungSoo sí quería ir al cine a ver esa película de vampiros y hombres lobo. A KyungSoo le fascino tanto que terminó leyendo los libros —libros que JongIn le regaló por su cumpleaños. Tiempo después, el de menor estatura estuvo sumergido en más y más libros hasta que terminó en la sección de libros eróticos. Y, KyungSoo quería realizar todo lo que había leído. Lo bueno es que ya tenía lo principal: un novio. Además, estaba convencido de que JongIn aceptaría.

Kim JongIn es un pisado.

—Sí, yo robé un banco y el sexy oficial Kim me atrapó. —Dice de la manera más casual. —Pero... —Soo agranda sus ojos y lo mira suplicándole. —Tienes que ser malote. —KyungSoo forma un puchero con sus labios. —Maltrátame, pégame, ahórcame. —Pide, cogiendo a JongIn de los hombros y zarandeándolo.

 Kim frunce el ceño. —Haré lo segundo. —Suelta y presiona la cintura de Soo. —Aún somos inexpertos y eso de ahorcar es una de las prácticas más extremas.

KyungSoo sonríe enternecido. —Mi novio es el mejor.

Se dan tiernos besos y mimos por un rato. El juego va a comenzar y ambos deben de estar mental y físicamente preparados para ello.

—¿Recuerdas la palabra de seguridad, bebé?

Do asiente. —Azul.

JongIn se muerde el labio inferior y agarra el látigo que KyungSoo todavía sostiene.

Un último beso es dado antes de que se separen y caminen hacia lados opuestos en la oscura habitación, alumbrada únicamente por las velas encima de la mesa.




(...)




Su actuación es breve. KyungSoo cargó un bolso lleno del dinero falso de Monopoly, supuestamente robó un banco. En su imaginación, alguno de los empleados del banco llamó a la policía. KyungSoo y JongIn corren alrededor de la mesa de la cocina, dejan escapar pequeñas risitas. El moreno corre más lento para no atrapar a su novio tan rápido, sabe que KyungSoo se está divirtiendo. 

Un par de vueltas más y JongIn se abalanza sobre KyungSoo. Ambos ruedan por el suelo. Ejerciendo un poco de fuerza, el moreno mantiene al blanquecino contra el suelo mientras le quita el bolso con dinero y lo lanza hacia una esquina. Con una sonrisa burlona, JongIn coge las muñecas contrarias y las coloca por encima de la cabecita de Soo. Con su mano libre saca las esposas que tiene colgadas en su cintura y las coloca en las muñecas delgadas. KyungSoo actúa muy bien su parte, forcejeando y moviéndose debajo del cuerpo más grande, intentando huir de su captura.

JongIn ayuda a KyungSoo a pararse del suelo y caminan hacia la sala —que ahora es una celda. En el transcurso, la expresión de JongIn se vuelve sombría. A KyungSoo un escalofrío le recorre el cuerpo. JongIn es muy guapo, pero es jodidamente ardiente cuando está serio.

El más alto nota la mirada penetrante del bajito. Se gira y mirándolo de forma altanera, suelta:

—Apuesto a que eres bueno para chupar pollas. Mira esos labios. —Su mano bronceada coge con un poco de fuerza el mentón de KyungSoo y lo obliga a mirarlo a los ojos. —Apuesto a que también estás jodidamente apretado.

KyungSoo jadea, embobado por JongIn. —Por favor, oficial, castígueme con su pistola. —Sus manos se estrellan contra la entrepierna del moreno.

El moreno sonríe de forma arrogante. —Oh, creo que te mereces un castigo más severo. —Presiona las mejillas de KyungSoo, produciendo que sus labios carnosos formen un puchero. —Vas a someterte a mí. —Ordena.

KyungSoo está chillando de la emoción por dentro.

JongIn no espera un segundo más y besa apasionadamente a KyungSoo. Lo envuelve con sus brazos, acorralándolo. Sus manos morenas bajan de la cintura hasta las pomposas nalgas cubiertas por el látex negro, las aprieta fuertemente y Soo gime contra sus labios. JongIn no duda e introduce su lengua cálida en la boca contraria. Sus lenguas resbaladizas danzan juntas en una canción con un ritmo rápido. El ladrón gimotea, subiendo sus manos esposadas y apoyándolas en el pecho del policía.

JongIn se aleja abruptamente. —¿Qué pasa? ¿Con un simple beso ya te calentaste?

KyungSoo jadea, sus labios están ligeramente hinchados. Da pequeños pasos tambaleantes hacia JongIn.

—Por favor. —Pide.

—¿Por favor qué? —La postura de JongIn lo hace lucir imponente, mucho más alto de lo que es.

—Por favor, tócame. —Ruega.

JongIn ríe. —Un ladrón pidiéndome eso, qué locura. —Cruza sus brazos por delante de su pecho. —Pero, no voy a negarme. Quiero saber si mi teoría sobre tus labios es la correcta. —Camina y solo basta una mirada para que KyungSoo esté arrodillado delante de él. —¿Qué estás esperando? Ve por ello.

Es un poco complicado bajar el cierre del pantalón del policía. KyungSoo está nervioso, excitado y sus manos no coordinan entre ellas, moviéndose de forma torpe. Cuando al fin lo logra, mira hacia arriba, pidiendo ayuda con sus grandes ojos negros. JongIn traga un poco de saliva. La idea al inicio le pareció una locura; sin embargo, tener a KyungSoo arrodillado delante de él y esas miraditas llenas de inocencia fingida que le da, pueden con él. La calentura de su cuerpo no crece gradualmente como siempre. Él está a punto de ser consumido por las llamas del erotismo.

De un tirón baja sus pantalones. Deja su bóxer cubriéndole porque quiere ver al ladrón luchar contra ellos para obtener su gran premio —él es muy consciente que su miembro es más grande de lo común. Sonríe con arrogancia cuando KyungSoo se acerca, alza sus manos y da pequeños tirones hacia abajo, intentando bajar el calzoncillo, los cuales, ceden de forma lenta y tortuosa para ambos.

KyungSoo gruñe y acerca su boca a la tela. Nadie lo va a detener de que este momento sea especial y que él luzca sexy. Succiona la tela, humedeciéndola con su saliva. Sus grandes ojos miran hacia arriba sabiendo de antemano que el oficial Kim ya cayó por sus encantos. Y es verdad, el moreno se deshace en suaves jadeos casi imperceptibles. Pero KyungSoo conoce ese cuerpo bronceado mejor que nadie, sabe dónde tocar, cuándo hacerlo y en qué posiciones JongIn disfruta follarlo.

Suelta la tela de manera descuidada. Sonríe para sí mismo y dirige su boca al elástico, lo agarra con sus dientes y tira hacia abajo, ayudándose con sus torpes manos esposadas. Cuando logra bajar el bóxer rápidamente sube la mirada para encontrarse con el miembro erecto de JongIn en toda su gloria. Balbucea un par de palabras, separa sus labios y su lengua va a deslizarse por el falo. Sin embargo, JongIn le detiene.

El moreno se inclina hacia delante, acerca su mano al rostro del blanquecino y le acaricia las mejillas. Luego, volviendo a erguirse, coge con su mano derecha su propio miembro y lo acerca al rostro de su novio quien rápidamente separo sus labios nuevamente. Pero, JongIn no introdujo su miembro, sino que hizo que la punta chocara con una de las mejillas de KyungSoo. Luego, lo paso sobre los labios en forma de corazón. Para terminar su recorrido y poder follar la pecaminosa boca dio un par de golpecitos con su miembro al rostro blanquecino.

—Vas a ser un buen chico y vas a tomarlo todo, ¿Verdad?

KyungSoo asiente eufóricamente.

JongIn lo halaga en sus pensamientos, ya que, en esta actuación se ve impedido de hacerlo. KyungSoo se ve hermoso, piensa, mientras sus ojos no dejan de ver los labios carnosos separados, esperando pacientemente. Frunce su ceño ligeramente. KyungSoo es hermoso, se rectifica. Conduce su polla hacia la boquita que tiene enfrente.

KyungSoo se relame los labios con anticipación, sus ojos no se despegan del miembro largo y ancho.

—Uhmm... —JongIn jadea cuando la lengua cálida de Soo toca la punta de su miembro.

Para KyungSoo los suaves y discretos gemidos de JongIn son una señal positiva. Feliz toma la punta en su boca, su lengua se desliza con libertad y gracias a sus papilas gustativas puede sentir un ligero sabor salado. KyungSoo lame como si tuviera un chupetín, pero el trabajo se pondrá más difícil.

 JongIn baja una de sus manos y le acaricia el cabello negro. KyungSoo lo conoce tan bien que sabe lo que sucederá. JongIn avanza, su cadera se mueve y su pene entra más hondo en la boca de KyungSoo, quien se ve obligado a separar más sus labios. Pocos segundos pasan y JongIn está dando cortas embestidas. KyungSoo hace lo mejor que puede para recibirlas. Todavía no está en su límite, el cual, conoce debido a las múltiples felaciones que le ha hecho a JongIn.

Sus manos aún esposadas se alzan y golpean el muslo de JongIn. El moreno capta el mensaje, se avergüenza y se reprende diciéndose a sí mismo que debe controlarse. De caso contrario, no podrían usar nada de lo que comprobaron con anterioridad para usar exclusivamente en esta ocasión.

La lengua de KyungSoo se desliza por una vena prominente, una y otra vez. Da un par de torpes pasos mientras sigue arrodillado. Imposibilitado de meter todo el miembro moreno dentro de su boca y con sus manos esposadas, busca posicionarse en mejores ángulos. Cuando su lengua se desliza hacia el glande nuevamente, enrolla su lengua en él. La zona es sensible debido a las terminaciones nerviosas, así que, KyungSoo es delicado con las lamidas que da. Sin brusquedad y sin prisa.

Pero JongIn tiene otros planes.

Jala, sin mucha fuerza, el cabello negro de KyungSoo. Observa al ladrón arrodillado con sus labios separados y brillantes por la saliva, observa su gran miembro y su cabeza solo piensa en una cosa. Rápidamente, la punta de su pene está nuevamente dentro de la boquita de KyungSoo, pero no se detiene ahí, continúa avanzando. Da una estocada rápida y profunda, sin retirarse. Quiere ver hasta dónde puede meter su miembro. Lo había hecho antes, sin embargo, notó que KyungSoo tenía dificultades para mantenerlo dentro de su boca. No obstante, en esta ocasión, podían volver a intentarlo, ¿no?

La estocada anteriormente dada logró golpear la parte de atrás de la garganta de KyungSoo. JongIn está en el paraíso. Baja la mirada y adora la imagen que ve. KyungSoo tiene sus grandes ojos casi cerrados, sus mejillas antes blanquecinas ahora están coloreadas de un leve rojo, lo mismo sucede con las puntas de las orejas. JongIn disfruta de la vista y del poder que se le confirió.

—Sí, —Suelta, mirando fijamente a KyungSoo. —definitivamente, naciste para chupar pollas.

Las palabras de repuesta del bajito salen estranguladas, incomprensibles, pero melodiosas para JongIn, quien mueve su cadera con una sonrisa ladina en su bello rostro. La saliva de KyungSoo gotea por la esquina de su labio inferior. JongIn no detiene sus movimientos, incluso cuando siente las manos contrarias apretando levemente su muslo.

KyungSoo gime provocando vibraciones que causan que JongIn tiré su cabeza hacia atrás y apriete los dientes. JongIn jala con más fuerza el cabello negro e increíblemente a KyungSoo le gusta.

KyungSoo está en un paraíso.

Le gusta esta faceta de JongIn siendo rudo con él. La brusquedad con la que entra y sale de su boca, el agarre fuerte en su cabello y escuchar los gruñidos del moreno. Absolutamente, todo lo que estaba sucediendo lo estaba excitando más. Tanto así que llevó sus manos a su entrepierna.

Los movimientos de la cadera de JongIn continuaron hasta que KyungSoo lo observó con sus ojitos suplicantes y brillantes. El policía reunió toda la fuerza de voluntad que su cuerpo poseía, bajó la intensidad y sacó su miembro de la boca del ladrón.

—Lo disfrutaste, ¿no? —Se pone en cuclillas cogiendo el mentón de KyungSoo. —Mírame cuando te hablo.

KyungSoo tose. Por un momento, mientras JongIn, profanaba su boca le habían dado reflejos ligeros de arcadas. KyungSoo respiró hondo y disfrutó de la caricia disimulada que su novio le daba en la mandíbula. Cuando su cuerpo se relajó, asintió.

—Sí. —Murmuró. —Me gustó...

La perfecta sonrisa de JongIn lo hipnotiza, por ello, no se da cuenta cuando el moreno le quita las esposas, sus muñecas quedaron con una marca roja. JongIn pasa su brazo derecho por la cintura de KyungSoo y ambos se levantan del suelo. Caminan hasta el sillón potro que efectivamente compraron para esta ocasión. JongIn está seguro que será una de sus mejores compras.

JongIn carga a KyungSoo y lo echa boca-abajo en la parte alta del diván. Sus ojos escanean el cuerpo más pequeño y se detiene en las pomposas nalgas. JongIn se acerca, metiendo su pierna izquierda entre las piernas de KyungSoo para poder separarlas. Se inclina sobre el blanquecino y le susurra en el oído.

—Es momento de tu castigo, pequeño ladrón. —Presiona la cadera obteniendo de KyungSoo un dulce gemido. —No te vayas a mover. —Pronuncia con su tono más bajo de lo normal, mucho más sexy.

JongIn se aleja por un par de segundos en busca del látigo. Lo encuentra apoyado contra la pared del pasillo hacia las demás habitaciones del departamento. Lo coge y regresa velozmente.

KyungSoo es un chico obediente. Sigue echado, con su culo alzado y sus piernas separadas.

JongIn apoya el látigo contra el sillón y sin ningún titubeo lleva sus manos a los pantalones de látex de KyungSoo. Los jalonea hacia abajo hasta que por fin descienden. Las piernas esbeltas del ladrón quedan al descubierto, las mueve con gracia seduciendo cada vez más al policía.

JongIn logra retirar por completo la prenda y la tira a algún rincón de la habitación. Se queda hipnotizado por las piernas blanquecinas que se mueve hacia arriba y hacia abajo lentamente, con los pies en punta como si estuviera bailando ballet.

—Joder.

KyungSoo se sorprende porque JongIn nunca dice groserías. Va a ladear la cabeza para ver a su novio, pero antes de que eso suceda siente un golpe rápido y duro sobre uno de sus glúteos. KyungSoo gime en respuesta y se cubre la boca con su mano, avergonzado.

—Tienes un culo espectacular. —JongIn estaba a nada de armar un altar para ese culo y poder adorarlo.

KyungSoo se sonroja por el extraño halago. Sin embargo, no tiene tiempo suficiente para seguir procesándolo porque JongIn lo levanta para quitarle su camisa de látex. KyungSoo se deja hacer, totalmente perdido sobre lo que está sucediendo.

—Tan bonito... —Murmura el moreno devorando con sus ojos a KyungSoo quien nuevamente está echado boca-abajo sobre la parte alta del diván.

JongIn acaricia con delicadeza una de las nalgas de KyungSoo. Va a darse un festín.

No pierde un segundo más y sus labios van dejando marcas rojizas desde el cuello blanquecino hasta la parte interna de los muslos rellenitos. KyungSoo gime bajito y por momentos, especialmente cuando JongIn le muerde juguetonamente, se mueve en el sillón. Ante eso, JongIn sonríe para sí mismo, y continúa dejando un rastro de besos y saliva por todo el pequeño cuerpo. Se detiene cuando las marcas son lo suficientemente visibles para cualquier persona.

Baja su mirada y observa su propio miembro. Duro y rojizo, se acaricia lentamente con una mano y con la otra coge el látigo.

—Quiero ver tu rostro.

Y KyungSoo ladea la cabeza, le sonríe tímidamente y la mano de JongIn sube y baja con fuerza, el látigo se estrella contra las nalgas de KyungSoo pronunciando un ruido seco. A JongIn le fascinó la combinación: el dulce choque del látigo con la pomposa nalga y el gesto que KyungSoo hizo, abriendo su boquita y dejando escapar un quejido agudo. Y lo repitió.

—¡Uhm! ¡Of-! —KyungSoo no podía formular una palabra debido a los fuertes azotes que JongIn le daba. El dolor inicial desapareció y se convirtió en placer que se propagó por todo su cuerpo.

JongIn deja caer el látigo al suelo y admira la obra de arte que ha dibujado sobre el cuerpo de KyungSoo. Camina y se inclina a un costado del sillón, estirándose hasta coger la botella de lubricante que había guardado ahí con anticipación. Se toma su tiempo para que el cuerpo de KyungSoo pueda descansar un poco. Al destapar el lubricante se escucha un débil pop

—Ábrete más para mí, cariño. —Dice de manera altanera.

KyungSoo se estremece, gimotea, baja sus pies hasta tocar el suelo y se levanta formando un adorable puchero.

—Creo que ya recibí mi castigo. —Expresa, fingiendo una voz desinteresada y sobándose disimuladamente uno de sus glúteos.

JongIn se ve más alto de lo usual y eso intimida ligeramente a KyungSoo.

—Yo no te ordené que te levantaras, cariño. —Lo sujeta de la cintura y esta vez lo deja sentado en la parte alta del diván. —Cuando yo declare que tu castigo ha llegado a su fin, entonces, habrá llegado a su fin. —Pone cada una de sus manos a los costados de los muslos de KyungSoo, acorralándolo. —Sujeta esto. —Golpea el lubricante contra el pecho blanquecino.

KyungSoo muerde su labio inferior mientras observa a JongIn alejarse hacia la cocina.

El policía regresa con una vela en una mano y en la otra mano trae una soga. JongIn le quita a KyungSoo el lubricante y lo deja en el suelo. KyungSoo mueve sus piecitos de adelante hacia atrás imaginando los siguientes movimientos de JongIn.

La vela de masaje que JongIn trae consigo es perfecta para la ocasión. Esta clase de vela no produce gases tóxicos y su baja combustión hace que la cera derretida no esté realmente caliente. JongIn, por curioso y precavido, metió la yema de su dedo índice en la cera. La encontró a una temperatura tolerable, así que, sin más dudas la llevó hacia su pequeño ladrón.

 JongIn se arrodilla, quedando cara a cara con KyungSoo. Coloca la vela entre ambos y sopla para apagar la llama. KyungSoo cierra los ojos y huele el dulce aroma de la vela. Abre los ojos cuando siente algo duro contra sus muslos. JongIn dejó la vela a un costado y ahora le presta atención a la soga, la mueve en sus manos y la mira con curiosidad, KyungSoo suelta una risita; su novio está muy concentrado.

Como si JongIn fuera mago —o quizá, simplemente KyungSoo no se había dado cuenta— JongIn hace que esa única soga se convierta en tres, las cuales, son bastante largas.

JongIn está enfocado recordando los vídeos que se vio de un taller de bondage al cual se inscribió. Y decide aplicar el nudo denominado Kikkōshibari o caparazón de tortuga. En esta clase de nudo se repite un patrón de diamantes en el torso similar al de una tortuga en su caparazón. Este nudo no inmoviliza, en realidad, tiene un fin más estético y JongIn piensa que la cuerda sobre la piel blanquita con leves tonalidades rojizas lucirá genial.

Se inclina hacia KyungSoo, tomándolo por sorpresa. Estira sus brazos y pasa con cuidado la primera cuerda por el cuello de KyungSoo. Realiza un nudo sencillo, dejando un amplio espacio, ya que, no busca ahorcarlo. El nudo queda por delante, a la altura del pecho. JongIn baja sus manos por la soga, dejando una distancia del tamaño de su palma y ejecuta otro nudo. Repite la acción dos veces más. En total, sobre el cuerpo desnudo de KyungSoo, hay cuatro nudos.

Estira su mano, KyungSoo la toma. Ahora ambos están parados, JongIn se toma su tiempo en hacer bien su trabajo con los nudos. Quiere lubricar a KyungSoo, prepararlo y volverse uno. Pero también quiere admirarlo atrapado por la soga y follarlo con completa libertad. JongIn gruñe, desesperándose. Se arrodilla y KyungSoo mueve sus piernas por inercia, JongIn levanta la mirada, KyungSoo está curioso, excitado e igual de desesperado. Los nudos los practicaron solo una vez, y en esa ocasión KyungSoo tenía su ropa puesta.

Coge la soga y la pasa por la entrepierna de KyungSoo, levanta su mano, aprieta la cadera de KyungSoo y lo hace girar. Con cuidado pasa la soga por los costados del miembro de KyungSoo y levanta la soga. JongIn observa detenidamente la soga contra las nalgas blanquecinas con tonos rojizos. Sacude la cabeza porque no debe distraerse en su labor y sube la cuerda por la estrecha espalda. KyungSoo gime y mueve sus piecitos sintiéndose extraño. JongIn disfruta, mientras amarra la soga a la altura del cuello, teniendo cuidado de no tirar con fuerza de la soga para que el nudo que está en la parte frontal (el primero que realizó) no suba y se choque con el cuello y la tráquea.

Separa la cuerda en dos, pasándola por las axilas y llevándola hacia delante. Abre el espacio entre el primer y el segundo nudo, y pasa por ahí los extremos de cuerda. Al jalar se forma el primer rombo. Y regresa la soga a la espalda, para poder amarrarla y que la figura no se deforme. Repite la acción tres veces más.

KyungSoo está quietecito, amando las manos del moreno sobre su cuerpo. Cierra sus ojos, la soga está sobre todo su torso, cubriéndole. Está relajado y se deja llevar. Pasea sus manos por su piel y por encima de la soga. Sus manos llegan a su miembro, ladea la cabeza y ve a JongIn muy concentrado atando nudos en su espalda, así que, no se preocupa. Con una sonrisa pícara, agarra su pene con su mano y comienza a acariciarse lentamente, con la otra mano acaricia sus testículos. Sus labios se separan ligeramente y deja salir pequeños jadeos.

JongIn se percata rápidamente de eso. Junta su cuerpo al más pequeño, su pecho choca con la espalda más baja, una de sus manos se sujeta a la delgada cintura y la otra aprieta una de las nalgas. Se inclina un poco, su nariz se frota con el cabello negro —quizá un poco (muy) cariñoso — y murmura:

—Si sigues así, tendré que atarte los brazos también.

KyungSoo no tiene un momento para replicar, ya que, JongIn lo echa en el sillón. Al estar el sillón acolchado su espalda no sintió ningún dolor lo suficientemente fuerte para quejarse.

JongIn no duda y recoge del suelo la segunda soga. Se acerca al sillón y toma con fuerza el tobillo de KyungSoo y lo alza.

El ladrón se sonroja, sintiéndose más expuesto que antes.

JongIn decide realizar el nudo futomomo en las piernas rellenitas de KyungSoo. Este nudo sirve para restringir el movimiento de las piernas. Teniendo a KyungSoo echado es más fácil hacer el nudo. Hace que KyungSoo flexione la rodilla, pegando su pantorrilla a la parte posterior de su muslo. Entonces, JongIn hace una columna doble con la soga y la enreda un poco más alto de la altura del tobillo. Para que la soga no se deslice, hace un nudo simple. Luego, repite el proceso, pero cada vez más arriba. Su deseo es ejecutar tres nudos direccionados hacia la rodilla que vendría a ser la parte más alta. Un par de segundos pasan y en la pierna de KyungSoo hay tres nudos que le impiden estirar la pierna. Con más confianza y rapidez que antes, JongIn recoge la tercera cuerda del suelo y realiza el mismo nudo en la otra pierna.

Sonríe mostrando sus dientes. Está orgulloso de su obra maestra. KyungSoo está echado, únicamente con sus brazos libres, los cuales, sabe usar para seducir a JongIn.

El lascivo ladrón lame la yema de sus dedos para luego pasarlos sobre sus tetillas. Adrede gime más alto de lo usual. Los ojitos de KyungSoo brillan, su mirada es juguetona, sabe que JongIn está babeando por él ahora mismo.

JongIn flexiona un poco sus rodillas, estira su brazo y coge la vela.

Con su mano izquierda acaricia la rodilla desnuda de KyungSoo. Luego, con cuidado acerca la vela a la piel, la inclina a una corta distancia y deja caer la cera derretida de forma que no salpique. La poquita cantidad que echó se deslizó lentamente hacia abajo. KyungSoo le mira atentamente, mordiéndose sus labios y apretando con sus manos el sillón debajo de él. JongIn vuelve a echar la cera. Pero esta vez en el muslo de KyungSoo, justo entre dos pedazos de soga. Observa el color rojo cayendo lentamente por la piel blanquita y manchándolo. Se siente como un artista pintando un nuevo cuadro. Piensa que si repiten esto en el futuro le gustaría tener velas de colores y convertir a KyungSoo verdaderamente en un lienzo.

El blanquecino deja escapar un jadeo. La cera no arde lo suficiente para hacerle doler o para incomodarle. Le gusta como calienta su piel. De cierta manera, le excita que JongIn le mire con tanto aprecio, gozando de ver la cera cayendo por su muslo. Vuelve a morder su labio, se está impacientando. JongIn observándole tan fijamente y sin tocarle... Es un verdadero castigo.

Al cabo de un minuto, JongIn deja de admirar embobado la cera y deja la vela en el suelo. Luego, coge el lubricante.

Al igual que KyungSoo, él ya no puede seguir esperando.

KyungSoo está acostado en sillón, lo único que se encuentra encima de su nívea piel es la cuerda y un poco de cera roja. Su pene está duro y ligeramente goteante. Sus dedos libres, mojados por su propia saliva, están sobre sus tetillas paraditas. Sus piernas están atadas, haciendo que él esté completamente abierto para quien lo vea. Se expone a sí mismo con tanta lascivia que JongIn ya no está razonando. Él está abriendo en automático la botella, echando un poco sobre sus dedos y arrodillándose para ver más de cerca.

Echó un poco sobre el pequeño y estrecho agujero rosa. JongIn se levanta, se inclina y atrapa los labios de KyungSoo. Sus bocas danzan a un ritmo rápido y brusco, la lengua cálida de JongIn entrando en la boca de KyungSoo no se hace esperar. El beso es largo, ambos se relajan, se pierden, se olvidan que están en un roleplay. Vuelven a ser Kim JongIn y Do KyungSoo, dos novios que se aman intensamente.

—Te necesito... —KyungSoo logra susurrar contra la boca de JongIn. —En mí...

El dedo largo del policía irrumpe dentro del ladrón, quien suelta un pequeño jadeo.

KyungSoo se cansa de estar apoyándose en sus antebrazos, coge impulso y se tira contra JongIn, pasando sus manos por detrás del cuello moreno, se tambalean un poco hasta que vuelven a estabilizarse. JongIn decide apoyar su mano libre en el sillón. Continúan besándose, JongIn muerde el labio inferior de KyungSoo quien gime en respuesta y sacude de forma torpe sus piernas.

JongIn ingresa el segundo dígito. El interior de KyungSoo lo acepta al instante. JongIn jadea, KyungSoo también. JongIn es impaciente y mueve sus dedos con agilidad dentro de KyungSoo. Un poco más de sus nudillos están dentro de KyungSoo. Ambos dedos se encargan de aflojar el interior. JongIn sonríe en mitad del beso cuando KyungSoo chilla. Ha encontrado el punto dulce de KyungSoo. Y presiona varias veces en el mismo lugar, amando la manera en la que KyungSoo se retuerce tan deliciosamente debajo de él.

—Mierda... —JongIn gruñe.

Su polla se contrae con anticipación, liberando pre-semen. Ya no esperará más. El interior aún está apretado, pero KyungSoo siempre está apretado. El miembro de JongIn es grande tanto en longitud como en anchura, así que, para poder ingresar siempre es un poco difícil.

—¡Mhmph! —KyungSoo clava las yemas de sus dedos en la ancha espalda morena.

Al principio duele, después se siente perfecto.

JongIn jadea porque el interior es apretado y nunca va a cansarse de esa sensación. JongIn gruñe, con cuidado coge los hombros de KyungSoo y lo tira hacia atrás. Coge las piernas amarradas de KyungSoo y las tira hacia los costados, como si estuviera realizando el estiramiento mariposa. Tiene una vista perfecta, de su miembro entrando y saliendo de KyungSoo.

—¡Ah! —KyungSoo no puede quedarse callado, de su boca sale una plétora de gemidos.

El pequeño cuerpo se estremece. KyungSoo se alienta a sí mismo a continuar, debe de durar. Su fantasía está siendo efectuada y se niega a correrse tan rápido.

JongIn jadea por lo bajo.

El policía coge las muñecas del ladrón y acerca las manos blanquecinas a su abdomen bajo. La acción llama la atención de KyungSoo, quien abre sus ojitos y enfoca lo que sus manos están tocando. KyungSoo no tiene fuerza para sonreír, pero reacciona positivamente moviendo sus dedos por las venas que se marcan en el abdomen bajo de JongIn.

—¿Te gusta tu castigo, ladronzuelo? —JongIn habla con fuerza.

El cuerpo más pequeño tiembla.

—Debes de... —JongIn coge con más fuerza las muñecas y jala de KyungSoo, haciendo que las nalgas de KyungSoo choquen contra él, por fin pudo entrar completamente. —Responder cuando te hago una pregunta.

—¡Uhm...! —KyungSoo chilla, sus ojitos brillan y pequeñas lágrimas descienden por sus mejillas.

JongIn se inclina y con cuidado limpia las lágrimas.

—Me siento lleno... —KyungSoo murmura, levantando su mano derecha para acariciar el cabello de JongIn.

JongIn sonríe a la par que su mano que antes limpiaba lágrimas ahora baja por el cuerpo de KyungSoo y por encima de la cuerda. Su mano se detiene en la parte baja del abdomen de KyungSoo, se mete debajo por debajo de la soga y presiona.

El ladrón gime y dirige sus ojos a los del policía, quien tiene una mirada sombría, llena de lujuria.

—Desde ahí puedes verme claramente entrando y saliendo de ti, ¿verdad? —JongIn mueve su cadera, estocada tras estocada.

KyungSoo no tiene tiempo para responder. Electricidad recorre su cuerpo. Está amarrado y a la merced de JongIn, está abierto para JongIn, quien entra y sale cada vez con más fuerza. El momento abruma a KyungSoo, su mirada se nubla por sus lágrimas aglomeradas y su espalda se arquea.

 —¡Ahhh! —Se retuerce, sintiendo el sudor bajar por su frente.

JongIn continúa moviéndose. Animado, embiste contra KyungSoo, golpeando con fuerza las pomposas nalgas. JongIn presiona el abdomen bajo de KyungSoo quien acerca su mano blanquecina a la mano morena.

—Puedo sentirte hasta aquí... —Su mano se posiciona sobre la de JongIn, justo encima de donde el moreno había presionado. —Se siente tan bien...

JongIn sonríe con orgullo y detiene sus movimientos.

—Di que no volverás a robar.

KyungSoo forma un puchero. Si cada vez que va a robar será castigado de esa manera está dispuesto a robar una y otra vez.

—Por favor, muévete, apresúrate. —Gimotea.

—Uhmm... —JongIn se toma su tiempo para pensarlo.

El policía no debería cumplir con las órdenes del ladrón.

Se inclina, acercando su mano a una de las tetillas de KyungSoo. Primero, soba las yemas de sus dedos con el botoncito paradito. Segundo, pellizca, produciendo que el ladroncito gimotee. Tercero, frota. Cuarto, acerca su cálida lengua al pezón y lo chupa.

—¡Aah! —Las manos de KyungSoo presionan la espalda de JongIn. —¡Ngh!

—Di que eres mío y me moveré.

KyungSoo intenta moverse por sí mismo, pero su cuerpo está cansado.

Su mirada choca con la de JongIn. Su cuerpo se estremece.

—Soy tuyo. —Jadea.

JongIn presiona sus labios contra los de KyungSoo porque no sabe cómo responder. Se besan desesperadamente. Son un lío. Sus lenguas chocan una contra la otra, sus sabores se mezclan, sus jadeos débiles y suspiros son amortiguados por la boca contraria.

Y tal como prometió, JongIn empezó a moverse nuevamente. Entra profundamente disfrutando de lo apretado que KyungSoo.

—Mírame. —Pide.

Los ojos de KyungSoo huían de la penetrante mirada de JongIn.

—Mírame. —Ruega.

JongIn quiere verlo a los ojos mientras lo hacen.

KyungSoo sacude su cabeza con su cabello despeinándose más de lo que ya estaba. Con una de sus manos tira su cabello hacia atrás, para no tapar su rostro y por fin, mira de frente a JongIn.

El moreno sonríe y vuelve sus estocadas pausadas y profundas.

—Esto es solamente para mí. —Gruñe, llevando sus manos a la cadera de KyungSoo y levantándolo un poco.

—¡Ah! —La mano derecha de KyungSoo pasea por el pecho amplio de JongIn. —¡Espera!

—Quédate quieto. —Lo coge de la muñeca y baja la mano, llevándola por encima de los cabellos negros. Las manos de KyungSoo ahora salen del pequeño sillón potro.

JongIn acelera sus movimientos, viendo el pequeño cuerpo moviéndose en el poco espacio.

KyungSoo gime fuertemente, sintiendo como su orgasmo se forma en su interior. JongIn, gruñe sintiendo el interior de KyungSoo contraerse. Sus cuerpos están calientes, un poco sudosos, sus latidos cardíacos son rápidos y están siendo más ruidosos que antes. El choque de ambos cuerpos resuena en la pequeña sala. JongIn coge la delgada cintura y la aprieta con fuerza. Además, la levanta levemente. Empuja con fuerza, haciendo gritar a KyungSoo.

KyungSoo está tan abierto para él que puede entrar por completo, como pocas veces ha hecho antes. JongIn arremete, golpeando la próstata de KyungSoo. Sonríe al sentir al blanquecino contraerse fuertemente alrededor de él. JongIn disfruta del desastre que es KyungSoo en ese momento. Da una última arremetida, enterrándose profundamente, escuchando al blanquecino gimotear y verlo temblar.

—Córrete para mí. —Es su última orden.

KyungSoo cubre su rostro sonrojado cuando llega a su clímax. Se siente libre, se siente feliz.

JongIn gruñe con la imagen erótica de KyungSoo manchándose con su propio semen.

Un par de segundos después puede sentir su hombría temblando mientras se vacía dentro de KyungSoo.

JongIn se retira y KyungSoo pucherea.

—Tranquilo. —JongIn sonríe, rodeando el sillón.

Se para al lado opuesto a donde estuvo con anterioridad. Se inclina y mueve las manos de KyungSoo. Sonríe con maldad y coloca su miembro sobre el rostro sonrojado del ladrón quien separa sus labios en sorpresa. El semen de JongIn cae sobre la dulce carita. JongIn mete su dedo pulgar en la boca de KyungSoo y le hace abrir más la boca. KyungSoo no duda en lamer el dedo y el semen que ha caído cerca de sus labios.

—Te amo.

—¿Amas al ladrón que robó dinero de Monopoly? —Suelta una risita floja.

—A ti, Do KyungSoo... Y todos tus gustos peculiares.

JongIn le da un beso rápido en los labios y camina rápidamente hasta la cocina. Ahí había dejado los elementos que necesitarían para el final: papel y una manta. Además, sirve agua en un vaso. Cuando regresa, desata con cuidado las cuerdas del cuerpo de KyungSoo, las cuales, han dejado marcas de un rojo muy fuerte. Después, limpia superficialmente la piel de KyungSoo, para poder envolverlo en la manta y sentarlo en su regazo. Finalmente, le ayuda a tomar agua.

JongIn recuerda que los cuidados posteriores deben realizarse. Debe darle a KyungSoo todo lo que quiera y necesite en ese momento, ya sean abrazos, besos, mimos en general, etc. Esto es para ayudarlo a recuperarse de las exigencias físicas y emocionales de la sesión.

Los ojitos de KyungSoo se cierran y su cabecita se mueve ligeramente; se está quedando dormido.

—Vamos a bañarnos y después a dormir. —JongIn sugiere.

La cabeza de KyungSoo se apoya en el pecho moreno. JongIn espera unos segundos más, pero no recibe respuesta. Al bajar la mirada se da cuenta de que KyungSoo ya se quedó dormido.

JongIn sonríe con ternura. Se queda un par de minutos descansado hasta que decide ponerse en marcha. Se levanta, cargando a KyungSoo entre sus brazos y se dirige al baño. Agradece tener una bañera.

Minutos después KyungSoo está medio despierto, quejándose de que el agua está muy fría.

—Bebé, el agua está hirviendo. —JongIn responde haciendo una mueca de incredulidad.

KyungSoo gimotea palabras incomprensibles y vuelve a caer dormido sobre el pecho moreno.

JongIn abraza con cariño el pequeño cuerpo.

Disfrutó de esa nueva experiencia y está seguro de que KyungSoo también.

FIN.





holi, espero estén bien uwu

Publiqué un OS llamado "Los valses de su amor"; es KaiSoo (auto promocionándome, claro que sí).


Más información acerca del BDSM(?):

Las imágenes de los nudos son de este link: http://tallerdebondage.com/aplicaciones-con-cuerdas-nivel-basico/ 

o, pueden buscar "Cuerdas – Aplicaciones Básicas taller bondage" y entrar al primer link. Asimismo, me guíe de los vídeos que ahí aparecen para poder narrar.

El motivo por el cual JongIn no quería ahorcar a KyungSoo es porque los juegos de asfixia son la práctica más extrema del BDSM y están incluidos dentro de lo que se denomina edgeplay (juegos al límite).





En otras noticias, que alegría por el segundo álbum de Kai jañkjañsh

q emoción ay

a mi mamá le dio risa el nombre "melocotones" y me dijo "los melocotones de Kai" JAKJAKJAKJS AY😭




amo a este hombre.




Y, que lindo que Dae esté formando su familia. Sobre todo, el hecho de que ya no hay tantos comentarios negativos de los y las coreanas como hubieron la primera vez.

vidente el jongdae :o



ahora sí, bais.

🐻Gracias por leer 🐧

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