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15. 69.

Canción en multimedia: Ariana Grande - 34+35.

JongIn y KyungSoo como folla-amigos, digo, mejores amigos.

69: Postura sexual que permite la práctica del sexo oral mutuo de modo simultáneo. Los dos individuos se postran sobre una superficie, uno sobre el otro. Sin embargo, en lugar de situarse cara a cara, cada uno ubica su cabeza frente a los genitales del contrario, permitiendo de ese modo que puedan ser estimulados al mismo tiempo.

Así luce el departamento de Soo:




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KyungSoo se ha mudado de la casa de sus padres, eso es algo digno de celebrar, así que, decide invitar a su mejor amigo de toda la vida; Kim JongIn, a ver películas con él durante toda la noche. Un Netflix and Chill en el que, quizá empiece la película, pero no terminará siendo una velada tranquila.

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—¡No me vas a creer! —KyungSoo gritó en pleno pasillo.

—Uh, Soo, no grites, me vas a dejar sordo.

Rodó los ojos, dejó las cajas en el suelo y mantuvo su celular en su hombro, presionándolo contra su oreja, una maniobra un tanto complicada.

—Tienes razón, no quiero dejarte sordo, tienes que escuchar mis gemidos.

¡KyungSoo! —Su mejor amigo estalló en carcajadas.

—¡Ya! —Consiguió abrir la puerta y pateó las cajas hasta dentro, no debía tener mucho cuidado pues ahí solo había algunas mantas y prendas de vestir. —Al fin me independicé.

—Ya era hora. —Respondió burlón. —Ya no tendré que esconderme desnudo en el baño cada vez que tus padres lleguen a casa de repente.

Soo rio ante los recuerdos de un cuerpo moreno corriendo de la cama al baño y cuando el tiempo no le daba, JongIn rodaba debajo de la cama rezando para salir rápidamente porque le tenía miedo a las arañas. Incluso, una vez, JongIn estornudó por el polvo y KyungSoo tuvo que fingir que había sido su estornudo, cubriéndose con las mantas. Gracias a Dios, su madre no le cuestionó, salió de la habitación para dejarlo descansar.

—Por eso prefería que nos viéramos en tu departamento. —Suspiró y cerró la puerta de su nueva vivienda. —Estoy en un edificio muy bonito, quería saber si querías venir...

—¿A celebrar? —Su tono siguió siendo juguetón. —Mándame la dirección, Soo.

—Podemos ver Netflix acurrucados en el sillón...

Me parece bien.

Hablaron animadamente durante lo que lució como minutos, pero en realidad fueron horas. Cuando se despidieron, KyungSoo le mandó su dirección a su mejor amigo y procedió a acomodar algunos muebles y terminar de desempacar su ropa y accesorios. Le faltaban un par de cajas cuando el timbre sonó, suspirando las jaló y pegó a una pared para que no estorbaran y corrió alegremente hasta la puerta, abriéndola se encontró con JongIn y un pastel.

—De maracuyá, tu favorito. —El moreno sonrió.

KyungSoo sintió algo extraño, algo que no sabía como describir, ese sentimiento era nuevo y, JongIn había sido el causante. Tocó su pequeña pancita mientras se hacía a un lado para dejar pasar a su invitado. Recordó ese decir de mariposas en el estómago, frunció el ceño y llegó a la conclusión de que era hambre porque había reaccionado al ver a JongIn con el riquísimo pastel.

El moreno caminó observando cada detalle del nuevo lugar en donde pasaría días y noches al lado de su mejor amigo. Las paredes eran de algún tono de azul del cual desconocía su nombre, a su mano derecha estaba la cocina empotrada a la pared, delante de él estaba la pequeña mesa blanca donde dejó el pastel, a unos pocos pasos a la izquierda estaba el sillón de la sala, un mueble pequeñito y el televisor.

—Oh, el lugar es pequeño.

El mayor asintió.

—Es lo que pude conseguir con mis ahorros.

JongIn miró hacia atrás, encontró una puerta cerrada, sin necesitar preguntar, se acercó y abrió, encontrándose con la nueva cama donde disfrutaría y amaría del cuerpo de su Hyung, sonrió notando que era espaciosa.

—Es bonito. —Dio pocos pasos hacia atrás y chocó con el sillón, donde procedió a sentarse. —Pequeño y bonito como tú.

KyungSoo rodó los ojos con diversión conociendo a la perfección el lado coqueto de JongIn.

—Iré a bañarme, estoy sudando porque estuve ordenando. —Caminó hasta su habitación y sin vergüenza alguna comenzó a desnudarse ante la atenta mirada del menor.

JongIn silbó.

—¿Necesitas ayuda?

Soo puchereó exageradamente. —Solo piensas en sexo.

—Oh, pero, sabes que yo te doy los mejores orgasmos. —Se levantó y caminó hacia el más bajito quien se estaba colocando su bata blanca encima.

—Me voy a bañar, espérame. —Se alzó en puntitas y depositó un suave beso en la mejilla contraria.

El moreno gimoteó atrapándolo en sus fuertes brazos.

KyungSoo rio y fue avanzando hacia el baño con JongIn abrazándole por la cintura.

—Busca una buena película. —Escapó de los fuertes brazos y cerró la puerta del baño antes de que JongIn pudiera meterse y, con pasos lentos se dirigió a la ducha.

Bajo las gotas de agua consiguió relajarse.




(...)




Abrió la puerta y salió el humo, le encantaba ducharse con agua caliente a pesar que el espejo se empañará.

—Sexy.

Miró al moreno y luego hacia el televisor, al parecer, JongIn sí había encontrado una película para ver. Regresó titubeante su vista al menor quien se lo comía con la mirada, clásico de JongIn.

Teniendo ganas de jugar un poco, KyungSoo, con su mirada seductora, desató el nudo de su bata lentamente. La bata se abrió un poco y reveló parte de su piel de porcelana. Dio una pequeña vuelta, donde la prenda se alzó por el aire con gracia y su cuerpo quedó desnudo mientras giraba hasta que se detuvo y posó, colocando sus manos en su cadera.

—¿Te gusta lo que ves? —Su sonrisa no podía ser escondida.

—Amo lo que veo, eres la mejor escultura que mis manos pueden tocar.

KyungSoo se sonrojó por el cumplido tonto de su amigo y caminó pasando las sillas blancas junto a la mesa, iba a llegar a su habitación, pero un moreno brazo pasó por su pancita y lo jaló hacia atrás, pegándolo al cuerpo más grande.

—Uhmmm... —Jadeó cuando las manos de JongIn comenzaron a recorrerlo.

Tenía una fascinación con esas manos; eran fuertes, sus toques eran duros y al pasar de las horas seguía sintiéndolas. Sin embargo, nunca llegaban a lastimarlo, incluso si JongIn le palmeaba los glúteos, le piñizcaba la cadera o se colocaban alrededor de su cuello ejerciendo presión. JongIn sabía controlarse muy bien, no importaba que práctica sexual realizaran, KyungSoo siempre confiaba en JongIn y en sus majestuosas manos.

—Hueles rico. —JongIn olfateó la cabellera negra. —Pero quiero que huelas a mío.

KyungSoo apoyó su cabeza los pectorales de JongIn mientras reía bobamente.

—Entonces, ¿Qué harás al respecto?

—¿Qué haré? —JongIn murmuró, girando el pequeño cuerpo hacia la ventana. —Voy a hacerte mío, una y otra vez hasta que olvides tu nombre.

KyungSoo se rio aceptando la propuesta.

El moreno comenzó a dar pasitos distraídos hacia la ventana llevando al blanquecino consigo, quien todavía no se percataba de la situación, inmerso en su pequeña burbuja de lujuria e ilusiones.

—Mío. —Dijo, apretando una de las nalgas de KyungSoo.

Soo llevó sus manos torpemente a sus glúteos para alejar la mano morena. —Déjame cambiarme, Kim.

—¿Para qué? Igual te desnudaré.

Soo subió su mirada al bello rostro de JongIn, examinando cada detalle y dándose de cuenta que amaba ver ese rostro de cerca. Y que le gustaría ver esa expresión simpática y boba todas las mañanas al despertar. Quizá se estaba dejando llevar y a penas se percató de ello, se reprimió mentalmente por tener tales pensamientos hacia JongIn. Solo somos amigos. Tenemos sexo, pero amigos al final.

Giró en el agarre y frotó de casualidad su entrepierna con la contraria.

—Tonto. —Dijo risueño y coló sus manos por la camiseta de JongIn.

—¿Ah, sí? —Sus manos se deslizaron por las caderas contrarias hasta atrapar las nalgas, las separó y Soo se estremeció en su agarre. —¿Te gusta eso? —Susurró, agachándose hacia el oído.

—Se siente bien... —Rozó los pezones del moreno con la yema de sus dedos, una, dos, varias veces mientras jadeaba apoyado en el fuerte pecho.

El menor subió sus manos, cogió el cuello de la bata y la bajó por los hombros del mayor, la tela liviana se deslizó por los delgados brazos hasta tocar el suelo sin hacer ruido. KyungSoo retrocedió, su cuerpo chocó con la cortina blanca semi transparente y recordó la vez en la que casi lo hacen en el balcón de su casa.

—Que nos vean. —Soltó el moreno, alzando la comisura de sus labios y sacándose su camiseta cuando notó como el blanquecino iba a correr la cortina azul para taparlos.

—¿Ahora eres exhibicionista? —Cruzó sus brazos por su abdomen tratando de regañarlo, pero fallando en el intento.

—¿No lo hicimos una vez en la playa? —JongIn arrinconó el pequeño cuerpo contra la ventana, KyungSoo estaba seguro que cualquiera podría estar viendo su espalda desnuda a través de la cortina blanca semi transparente.

El más bajo chistó.

—Esa fue tu idea. —Siguió atacando.

Cierto. KyungSoo había invitado a JongIn a su casa de playa en un viaje que hizo con sus padres y como no encontraban un momento a solas decidieron esconderse en la playa, era de madrugada y cuando terminaron se tumbaron en la arena y observaron el amanecer. Es un lindo recuerdo para ambos.

—Debes pensar que estoy loco. —Respondió un poquito avergonzado y agachando su cabeza.

JongIn dejó ver sus brillantes dientes y presionó su entrepierna con la del mayor, haciendo pequeños movimientos de arriba-abajo, se lamió su labio inferior viendo como el miembro contrario iba poniéndose erecto. No iba a mentir, el de él también.

Se inclinó hacia el pecho plano de su mejor amigo y lamió velozmente uno de los botoncitos y, así como KyungSoo tiene una fijación en las manos de JongIn, el moreno tiene una fijación con las tetillas rosaditas del blanquecino. Le encantaba lamerlos, mordisquearlos y chuparlos, mientras con sus manos agarraba la cadera de KyungSoo sintiéndolo estremecerse.

—Uhmm... —Jadeó, posando sus manos en los hombros de JongIn y acariciándolos.

El moreno dejó el botoncito sensible y cargó a KyungSoo.

—¡Ah! —Gimió cuando la boca de JongIn lo soltó. —¡No soy un saco de papas, tonto! —Pataleó y recibió una palmada en su glúteo derecho.

—¿Deberíamos estrenar el sillón, tu cama o la mesa? —Titubeó hacia donde dirigirse, pero el sillón-cama azul lo tentaba demasiado y terminó acostando al mayor ahí. —Lindo. —Escapó de sus labios, cuando notó que el tono pálido de la piel de KyungSoo caía muy bien con el color del sillón.

Soo cogió un cojín y cubrió su miembro.

—¿Estás avergonzado? —JongIn se quitó en menos de dos segundos sus jeans y calzoncillo. Se subió encima, quitándole el cojín y tirándolo al suelo. —No tienes nada de qué avergonzarte. —Su tono confiado le resultó atractivo a KyungSoo. —Yo también estoy duro. Además, ya te vi hasta el alma.

Las mejillas del más bajo se tiñeron de rosa y una débil risita escapó de sus labios, viéndose sumergido en sentimientos que no debería tener por su mejor amigo. JongIn se derritió de ternura y dio varios besos por las mejillas rojitas, logrando poner más nervioso a KyungSoo, quien mordía su labio inferior conteniendo en vano ruiditos de excitación.

—Quiero oírte. —Susurró en su oído mientras con una de sus manos acariciaba su rostro.

El cuerpo blanquecino tembló por el tacto cariñoso.

—Eres precioso.

Sus piernas se movieron inquietas e inevitablemente sus miembros se rozaron. JongIn jadeo en su oído excitándolo más.

El mayor apoyó la planta de sus pies en el sillón, elevó un poco la cadera y comenzó a frotarse contra el menor. JongIn gruñó y le mordió levemente el lóbulo de la oreja, sabiendo que a KyungSoo eso le prendía. Ambos conocían el cuerpo contrario como si fuera el suyo. Se conocen desde la secundaria, se volvieron amigos y por algún motivo terminaron follando. Ninguno se cuestionó de más y simplemente se dedicaron a disfrutar. Ambos tuvieron pareja e incluso en ese tiempo, cuando intentaron parar, no pudieron. Sus cuerpos se buscaban a gritos, los toques contrarios eran anhelados cada noche, las palabras cariñosas eran susurradas sin ser planificadas, los besos transmitían cariño. No parecía ser solo sexo.

—Soo... —Jadeó, erizándole la piel al llamado. —Déjame echarme en el sillón y móntame.

Detuvo el movimiento de su pelvis y rodó fuera del sillón, JongIn se dejó caer boca-abajo, se giró y se apoyó en el suave respaldar. KyungSoo se sentó a horcajadas y rápidamente se inclinó hacia delante buscando los labios finos del moreno, mientras se besaban, el mayor guiaba la fricción entre sus miembros.

—Me gusta cómo te mueves. —Sus manos se posaron en la cadera contraria y luego recorrieron lentamente los glúteos, los dedos largos de JongIn trazaron cualquier tipo de formas tranquilamente.

KyungSoo llevó dos de sus dedos a su boca, lamiéndolos mientras miraba fijamente a JongIn. Los sacó húmedos y tocó una de las tetillas del menor y, mientras sobaba una, llevó sus labios a la otra, donde con su lengua lamió y chupó a gusto. JongIn tenía una sonrisa imborrable en el rostro, se inclinó hacia el cuello de su Hyung y le mordió la piel con la fuerza suficiente para que quedara una marca. La marca que lo hizo suyo. Y pronto KyungSoo también olería a él, a sexo.

—Precioso... —Jadeó pesadamente, subiendo una de sus manos a la espalda de KyungSoo, acariciándolo.

El mayor detuvo las lamidas, tenía un fuerte rubor en sus mejillas y sus orejas estaban levemente rojas, sin embargo, se frotaba cada vez con más fuerza contra el menor, ambos podían sentir la humedad del líquido preseminal. JongIn dirigió sus manos a la pequeña cintura, la apretó y jaló a KyungSoo a su pecho.

El mayor escondió su rostro mientras sentía que JongIn comenzaba a moverse contra él, luego el moreno manteniendo el agarre en su cintura lo elevó y bajó repetidas veces, sintiendo como sus nalgas chocaban contra el miembro duro y goteante del moreno.

—JongIn. —Jadeó mientras se frotaba desesperadamente.

El menor le mordió el hombro y lo hizo detener sus movimientos, JongIn era fuerte y logró girarlo, dejándolo viendo hacia la televisión, la cual, empezó a reproducir la película, al parecer habían apretado con su cuerpo algún botón. Se echó, apoyándose en el cuerpo fornido de su amigo, ladeando el rostro para verlo, inmediatamente JongIn buscó sus labios y se besaron efusivamente. El moreno entrelazó una de sus manos con la de KyungSoo, le dio un ligero apretón y con la otra mano recorrió el miembro goteante, Soo se estremeció y casi rompe el beso, pero el moreno no lo permitió, atrayendo sus labios una vez más.

JongIn depositó besos dulces en el cuello de KyungSoo.

—Voy a prepararte. —Su tono fue grave, el mayor gimió cerrando los ojos. —Ponte de perrito, mirando hacia la televisión.

A penas el brazo moreno que lo rodeaba lo dejó libre, se colocó en la posición pedida, entusiasmado balanceó su cadera y con ella sus nalgas, el moreno no lo dudó y estrelló una de sus palmas.

—¡Ah!

—Perfecto, precioso. —Se deslizó por el respaldar hasta quedar debajo del miembro contrario.

Alzo su mano, con la yema de sus dedos tocó la base y luego recorrió el resto del falo. Un pequeño y breve "oh" salió de la boca de KyungSoo. JongIn se apoyó en su brazo libre y levantando un poquito la cabeza llegó a posar su lengua sobre el glande contrario, le dio una lamida rápida y volvió a su posición.

—Jo-JongIn —Su voz tembló al igual que su cuerpo, agachó su cabeza y miró a Kim tocándolo.

El moreno sonrió coqueto y siguió tocándolo con cariño, delineando una vena un poquito notoria.

—Uhmm... —Soo se estremeció, queriendo juntar sus piernas, pero viéndose impedido por el cuerpo debajo de él.

Recobrando la cordura, KyungSoo se agachó hasta pegar sus belfos en forma de corazón al gran miembro de su amigo y rozó su mejilla suavemente un par de veces, sabiendo que por algún motivo a JongIn le gustaba cuando hacía eso. Dio pequeñas lamidas contra el glande, saboreando el pre-semen, abrió más la boca y sin poder evitarlo, levantó su cadera e intentó meter toda la extensión de JongIn en su boca.

—No te presiones. —El moreno le acarició la cadera y con un poco de fuerza la bajo hasta volver a tener el miembro de KyungSoo sobre sus labios.

—Uhmm... Ah...—Suspiró, sacando el gran falo de JongIn de su boca con torpeza cuando sintió la cálida lengua del moreno recorriendo su miembro.

—Aún no, precioso. —Dijo, notando la impaciencia del mayor.

Soo lo miró y puchereó reclamando adorablemente.

—¿Qué pasa? —JongIn amasó los glúteos con calma, sabiendo lo que KyungSoo quería, pero prefería escucharlo.

—Fóllame.

Rio tenuemente y palmeó ambas nalgas.

—¡Ah! ¡JongIn!

Bueno, también tenía una fijación los redondos y firmes glúteos.

El moreno chupó dos de sus dedos rápidamente, alzó su mano y metió uno de los dedos en la estrecha entrada del blanquecino.

—Mmmh... JongIn-ah... —Sus brazos flaquearon, pero logró mantenerse sobre ellos. —Sigue... —Pidió.

JongIn no tenía que escucharlo dos veces, siguió moviendo su dedo en la estrechez de KyungSoo, escuchando una plétora de gemidos y súplicas. El pequeño cuerpo temblaba y se retorcía encima de él y JongIn estaba fascinado por las reacciones positivas que obtenía. Le encantaba explorar el cuerpo de KyungSoo y escucharlo jadear su nombre. JongIn se encontró a si mismo deseando que esos días juntos amando el cuerpo contrario nunca se acabasen.

KyungSoo se arrodilló, irguiéndose, haciendo que su entrada quedara encima del rostro de JongIn quien seguía estimulándolo ávidamente. El moreno abrió los ojos cuando notó como el cuerpo más pequeño se perdía en el placer y rebotaba sobre su dedo, sonrió y metió el segundo dedo, recibiendo un chillón: ¡Sí, JongIn! Como respuesta. Al deslizar el tercer dedo, el mayor se movió logrando que entraran más profundo y tocaran repetidas veces su punto dulce.

—Mmmh...

—Precioso, detente. —JongIn le apretó la cintura, pero KyungSoo seguía inmerso en su propio placer.

—¡Ah! ¡JongIn! —Gimió al sentir la mano de JongIn estrellándose tres veces seguida contra una de sus nalgas.

—¿Vas a parar, bebé o quieres que siga? Puedo hacerlo todo el día.

KyungSoo dijo algo inentendible, frunció levemente el ceño y formó un puchero con sus labios.

JongIn se carcajeó viendo como el mayor se comportaba infantilmente.

—Eres un pequeño mimado. —Dijo, presionando los muslos rellenitos de KyungSoo, dejó húmedos besos por ahí y jaló a KyungSoo hacia abajo provocando que el mayor casi se sentara en sobre su rostro.

—¡Ah! Jongiiiin—Soo jadeó, removiéndose al sentir la lengua cálida del moreno en su hendidura. —Uhmm... —Tiró su cabeza hacia atrás cuando la mano de JongIn tocó su abandonado miembro y comenzó a acariciarlo despacio. —Se siente bien...

El moreno dejó la entrada de Soo quien resopló molesto. JongIn repartió más besos en los muslos del blanquecino.

—Consentido. —Lo sacudió por las caderas. —Vuelve a echarte, Soo. —Le dio una palmadita en la cadera.

—Voy a acostarme sobre ti. —Y se tendió sobre el cuerpo más grande, colocando su cabeza en una de las tonificadas piernas morenas, estiró su mano y delineó las venas en el miembro goteante frente a él.

JongIn metió dos dedos en el pequeño agujero rosa delante de él.

—¡Ah! —Retrajo los dedos de sus pies. —JongIn... —Gimió.

—Oh, bebé... —Jadeó cuando sintió la cálida boca de KyungSoo alrededor de su miembro, además de los toques sutiles en sus testículos.

Hizo rápidos movimientos de tijera y obtuvo como resultado que el mayor moviera su cadera, luego metió y sacó los dedos viendo que KyungSoo se balanceaba de atrás hacia delante al compás de las embestidas.

—Más... —Lloriqueó.

JongIn metió nuevamente los dos dedos, buscando la próstata de KyungSoo y encontrándola rápidamente, levanto un poco la cadera del mayor, dio pequeñas lamidas desde el glande hasta la base.

—J-JongIn detente. —Tartamudeó.

—¿Por qué, precioso? Yo creo que te gusta. —Golpeó el punto dulce del mayor obteniendo una sinfonía de gemidos en respuesta.

—Me voy a correr si no paras. —Apretó fuertemente el sillón azul.

—¿Te gusta cómo te hago sentir? —Sus labios envolvieron nuevamente el miembro goteante del mayor en su boca, haciendo movimientos más rápidos y atrevidos.

KyungSoo asintió eufóricamente. —¡Sí! Sabes que sí.

—Entonces, córrete para mí, precioso. —Animó. —Déjame verte, déjame ver que tan bien te hago sentir.

Apoyó su frente en el muslo moreno mientras jadeaba al sentir su cuerpo estremecerse por los movimientos de JongIn, tanto los de su boca en su miembro como el de los dedos en su interior. Relajó sus manos, soltando el sillón azul y su boca se abrió en forma de "o" mientras un gemido silencioso salía y su clímax llegaba.

—Oh, KyungSoo.

Se giró a ver a JongIn con sus mejillas sonrosadas, el menor tragó el semen mirándolo fijamente y sonrió coquetamente como siempre.

—Ven. —Extendió sus brazos y volvía a apoyarse en el respaldar del sillón.

KyungSoo se echó sobre el pecho de JongIn, trazando con sus dedos líneas invisibles.

—Bésame. —JongIn pidió.

KyungSoo se estiró hasta los labios contrarios besándolos lento, al mismo ritmo que su mano descendía para llegar al miembro de JongIn. El moreno jadeó en medio del beso y eso le permitió a KyungSoo adentrar su lengua. Su mano de movió más rápido cuando JongIn ingresó uno de sus dedos nuevamente en su entrada tomándolo por sorpresa.

—Ah... —Jadeó, alejándose de los labios finos.

JongIn volvió a acercarse con fuerza, mordiendo el labio inferior de KyungSoo cuando su orgasmo llegó, la mano de KyungSoo siguió moviéndose bajando su velocidad hasta detenerse. Se quedaron abrazados, KyungSoo echado sobre JongIn podía sentir el pecho subiendo y bajando y deseo quedarse así para siempre.

El moreno observó el pequeño cuerpo que abrazaba, desprendía un aura hermoso post orgásmico. Miró el techo perdiéndose en pensamientos y, sin darse cuenta susurró:

—KyungSoo...

—¿Uhm? —Apoyó su barbilla en el pecho bronceado.

—Estoy enamorado de ti.

FIN.




😳

ola, ¿habían escuchado la canción de Ariana Diosa?🛐

Mientras escribía me acordé de ese Calamardo JAKJAKJSJ




el baek se nos va :(, encima el día de su cumpleaños jajan't :c




🐻Gracias por leer 🐧

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