Capítulo 3: ¡Fiesta!
Un mes después
Había pasado un mes desde que fuimos a las carreras, cabe decir que volvimos más veces, y para mi suerte, no me volví a topar con aquellos dos sujetos ―cosa que muy en el fondo me alegraba la existencia, ambos hombres me producían diferentes emociones. Mientras que el castaño me hacía temblar las piernas y lograba sacar aquella faceta que siempre evitó, su amigo o lo que sea de él, me daba mucho miedo y no era por los múltiples tatuajes que lucía en su piel —amo los tatuajes e incluso me haría alguno— sino por su aura; esta era oscura y tenebrosa.
Más de una vez nos escapamos para ver las peleas y las carreras, en alguna que otra ocasión incluso llegué a formar parte de ellas. No voy a mentir, sentir la adrenalina correr por mis venas era la mejor sensación del mundo, me daba igual si era la que competía o la acompañante; todo se resumía en el viento rozando mi piel y mi melena castaña volando, eso me producía un éxtasis que no había sentido nunca.
Cuatro semanas habían bastado para darme cuenta de que aquel mundo lleno de peligro me llamaba demasiado la atención, hasta tal punto donde me daba igual meterme en la boca del lobo, quizás todo se resumía en que era la hija de Leonardo Myers —un famoso corredor de motoGp— y por lo tanto en mis venas corría la sangre de un gran corredor.
Aún siendo mayor de edad mi madre siempre estaba al corriente de todo lo que hacía, y por eso le comentaba lo de esta noche. Habíamos quedado para reunirnos en BlueNight, uno de los mejores antros de California, el propietario no llega ni a los 25 años y ya había logrado abrir otros locales con diferentes nombres —pero siempre llevaban la palabra "Blue"—.
—Mami, ¿no te molesta que esta noche salga con Charlie verdad?
Como ya he dicho antes, esto es solo una mera formalidad, más de una vez me he escapado por la noche para irme de marcha y nunca se ha enterado. Tengo un gran cómplice que me evita los malos ratos, sí, estoy hablando de mi hermano pequeño; Asher.
—Uff, Emily, sabes que no me gusta que salgas de noche —por la forma en que estaba formulando la frase no sabía cuál iba a ser su próximo acto, ya que su tono de voz era neutro, me podía esperar cualquier cosa—. Me parece bien porque sé que Charlotte es una buena influencia y no permitirá que nada malo te pase.
Adoro que mi madre le tenga tanta confianza a esa loca, porque si, mi amiga algunas veces parece de manicomio, pero con todo y eso: la quiero. En algún punto he llegado a creer que mi madre no debería confiar tanto en ella; aún recuerdo que me dejó sola en las carreras.
«¿Pero qué se puede esperar de una amistad que lleva tantos años? Después de todo nuestras madres nos vieron crecer juntas, y somos un miembro más en la familia de la otra.»
Para mi madre Charlie es otro miembro de nuestra pequeña familia, incluso tiene su propia habitación.
—¡Gracias ma'!
Acabé de poner el lavavajillas y subí a mi habitación para continuar con mi nueva lectura, Culpa mía.
La tarde se me pasó en un abrir y cerrar de ojos, y cuando menos lo esperaba ya eran las diez de la noche. Charlie era capaz de enviarme a Júpiter si no estaba arreglada antes de que ella llegara, así que agarré la toalla que estaba detrás de la puerta y salí corriendo en dirección al baño.
No sé si soy la única, pero soy esa persona que siempre que se mete a la ducha pone su concierto particular, desde hace mucho me establecí aquel hábito ―mi madre lo detesta porque más de una vez la he despertado, aún cuando no ha sido mi intención―.
Me despoje de toda mi ropa, la dejé esparcida en el piso, y luego me adentre en el interior de la ducha. Al cerrar la mampara abrí el grifo y dejé que la fría agua rozara mi piel.
Luego de quince minutos salí y me envolví en la toalla. Aprovechando que estaba en el baño me empecé a arreglar un poco, primero agarré el secador y me seque la melena —era lo que más me preocupaba, porque no quería mojar mi outfit y pasar frío por eso—, una vez ya había cumplido mi objetivo, salí envuelta en la toalla.
Rebusqué en el armario hasta que encontré el atuendo perfecto. Un vestido concho de vino, con un escote americano y sin mangas. Dejaba mi espalda al descubierto.
Decidí lucir algo de maquillajes y el pelo lo llevaba suelto, ya que no me dio tiempo para hacerme algún arreglo.
Pasé por la habitación de mi madre para informarle que me iba, abrí la puerta con sigilo y al no verla acostado en la cama la busque en toda la recámara. El único sitio donde me faltaba buscar era el balcón, y allí estaba, hablando con alguien.
—... No puedes aparecer como si nada, ¡te fuiste! —de lejos se podía notar que aquella llamada la había puesto de mal humor. Toqué el vidrio para llamar su atención, ella se giró y juro que la vi palidecer.— Adiós, ni se te ocurra llamarme nunca más.
Mi madre abrió la puerta de cristal y entró a su habitación.
—Ya me voy mami, dormiré en casa de Charlie —le informe mientras le daba un beso en la mejilla—.
—Vale, disfruta.
Asentí y salí de su habitación.
Al final me tocó esperar a Charlotte en el porche de mi casa, por más de 10 minutos, estaba por llamarla cuando al fin llegó y estaba acompañada por Darren.
Me acerqué al auto corriendo, y di gracias al universo por no haberme caído —más de una vez he besado el suelo por correr con tacones, y aún así no he aprendido la lección y lo sigo haciendo—. Abrí la puerta y me adentre al interior del coche, nada más sentarme Darren se giró y me escaneó por unos leves instantes, luego volvió su vista al frente y arrancó.
—Holisss —salude a ambos hermanos con efusividad, mientras me colocaba el cinturón de seguridad, me devolvieron el saludo —.
Charlotte estaba demasiado eufórica, incluso hablaba hasta por los codos, algunas veces tenía ganas de silenciarla, pero luego recordaba todo lo que habíamos vivido juntas y aquellos sentimientos desaparecían.
—Wow, Emily te ves guapísima —me halago Darren sin despegar la vista de la carretera, las mejillas se me empezaron a teñir de rojo, antes de que pudiera decirle algo Charlotte se adelantó.
—Deja de halagar a mi mejor amiga —le reprocho, con algo de enojo. Aquella actitud era rara en mi compañera, nunca se enojaba por tonterías y en las últimas semanas era lo que más hacia.
Lo que pasó a continuación, creo que nadie se lo esperaba: la castaña ¡le dió una colleja a su hermano! Y como ya he dicho antes, no era la primera vez que veía a mi amiga reaccionar así, Darren había recibido alguna que otra ostia por intentar acercarse a mi persona ―y todas se las había proporcionado su hermana―, en verdad no entendía qué le pasaba a Charlie.
Luego de aquello, el ambiente estaba muy tenso, nadie hablaba ni decía absolutamente nada. Lo único que se escuchaba era la radio de fondo y yo ni siquiera le prestaba atención.
―Entonces, ¿no os vengo a recoger?
―No, volveremos a casa de Emi en taxi y me quedaré a dormir con ella.
―Sabes que es peligroso ―por el tono que estaba empleando se notaba que se estaba conteniendo―, en el mundo no todos son buenos y hay personas que se podrían aprovechar de vosotras y más si bebéis.
―No nos pasará nada, además sabemos cómo cuidarnos.
Darren nos extendió las pulseras azules, que nos había comprado en la página web del club, muy a regañadientes, pero de igual forma lo hizo.
―Disfrutad de la noche.
Las luces neón del letrero BlueNight empezaban a hacerse presente, al igual que la música. Había muchas personas haciendo cola para entrar, la cual cosa era normal, siendo uno de los pub's más importantes. Al haber comprado las entradas por internet pudimos entrar directamente, además nos ofrecían barra libre hasta las doce de la noche.
Me quedé sorprendida ante la inmensidad del lugar, la división que había entre las distintas plantas; había unas pequeñas escalinatas que te daban acceso a una área VIP, además un guardia estaba parado enfrente del cordón rojo que impedía el acceso a los clientes que no llevaban la pulsera dorada y ropa blanca.
Nos dirigimos a la barra y le pedimos dos Gin Tonic's, le enseñamos las pulseras azules al bartender, él se dispuso a prepararnos nuestras bebidas. Me sorprendí ante todo el show que hizo cuando nos las extendió nos regaló una amplia sonrisa.
Apoyamos nuestros cuerpos contra la barra y analizamos la pista, había mucha gente bailando, pero todo ellos desaparecieron cuando mi vista divisó a Kyle. Desconecte por completo, por alguna extraña razón mi cuerpo se estremeció.
—Emi —cuando Charlotte, pasó repetidas veces su mano delante de mis ojos, aquella acción bastó para que volviera en mi.—¿Has escuchado lo que te he dicho?
Negué con la cabeza.
—Te estaba diciendo que esos chicos de allí —dijo señalando al final de la barra— , llevan mirándonos desde que llegamos.
—Ahh, pues no me había fijado —le reste importancia.
Aquello era verdad, solo me había fijado en Kyle. Me centre en los otros chicos y eran lindos, a decir verdad, pero ninguno me llamó la atención, o al menos no tanto, como lo había hecho el moreno.
Por un rato más seguimos bebiendo, y bailando, las copas se me subieron a la cabeza y el ambiente se fue poniendo más alegre.
Uno de los chicos del principio se acercó y me invitó a la pista, acepté, sin saber las consecuencias de aquel acto.
Le di las espaldas al joven e intente bajar sensualmente, dejándome guiar por el ritmo de la música, hasta que él se separó y luego unas manos rodearon mi cintura.
—Nos volvemos a encontar pequeña —susurro una voz gruesa en mi oído.Sin verle a los ojos sabía que era, mi piel se erizó.
—Adiós —quise apartarme, pero no lo logré. Así que procedí a hablar—. Sabes, las ganas que tenía de verte eran nulas.
Él ni siquiera se inmutó ante lo que dije, parecía que había hecho el efecto contrario al que esperaba, porque sus manos empezaron a recorrer mi cuerpo y este estaba cediendo ante sus caricias —aunque su presencia no era de mi agrado—, y cada vez exigía más.
Me encontraba dividida, lo único que quería mi conciencia era salir corriendo de allí, pero luego estaba mi cuerpo que pedía otra cosa.
«¿Qué se supone que he de hacer? ¿Obedezco a mi raciocinio o a mi cuerpo?»
Aquí tenéis el vestido que se ha puesto Emily.
Tengo una pregunta importante, ¿quién podría ser la persona con la que estaba hablando Gina, la madre de Emily?
Besos ♥️
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