Capítulo 23 | Trío
Desde que los conocí supe que sería un gran problema para mí, pues ambos tienen personalidades distintas que me atraen tanto... Pensaba que debía elegir a uno de ellos, pero no quería arruinar esa amistad que tienen, también pensé en no elegir a ninguno y alejarme... Pero eso fue lo que me trajo hasta aquí.
—¡No me jodas! —Katsuki golpea la pared junto a mi cabeza por lo enfadado que estaba.
—Bakugo, no hagas eso. La vas a asustar —pide Kirishima.
—Está bien, Kiri... Lo entiendo de todos modos —suspiré aferrándome a mi bolso—. Lo siento si te molesta Katsuki. Pero no puedo elegir entre ambos, sé que te gusta ganar siempre pero... Esto es diferente y no puede haber un solo ganador.
—¡Tsk! —chasquea la lengua con rabia.
—Princesa... —Kirishima intenta hablar pero yo agaché la cabeza y pasé por debajo del brazo de Katsuki para salir casi corriendo.
—Lo lamento, pero no puedo hacerles esto —resoplé y continué caminando.
—Oye —Katsuki me detiene al sujetar mi muñeca y girarme—. No te atrevas a irte así sin más, idiota. Aún tengo algo que decir.
—Bakugo... —Kirishima trata de calmarlo.
—¡Cállate, pelos de mierda! —espeta él antes de girar hacia mí—. Dijiste que no puede haber solo un ganador, ¿no? Y que me encanta ganas siempre... Pues te demostraré que ninguna de las dos cosas es verdad. Ven.
—¡E..Espera, Katsuki! —intente decir mientras él jalaba de mi brazo hacia la casa de ambos, pues de allí estábamos saliendo.
—Oye. Kirishima —se detuvo un momento para mirarlo—. Tampoco tienes problemas con compartir, ¿cierto?
Abrí los ojos de par en par y miré a Kirishima, quien me observa antes de sonreír levemente.
—No, no tengo problemas, Bakugo.
—P..Pero...
—Ahí lo tienes. Extra —Katsuki vuelve a jalarme y a hacerme entrar en la casa de los chicos—. Si ese era el estúpido problema por el que dejaste de hablarnos entonces que idiota eres.
—Pues discúlpame por pensar en su amistad.
—Nuestra amistad no es tan frágil, tonta —se burla con una sonrisa ladina justo cuando llegamos a la habitación de Katsuki.
—¿Qué piensan hacer? —pregunté cuando Katsuki me soltó y Kirishima cierra la puerta.
—Princesa, nosotros no queremos forzarte a nada... Pero es verdad que hemos hablado entre los dos y ambos estamos de acuerdo con que... queremos estar contigo —comenta el pelirrojo—. Los dos.
—¿Es en serio?
—Lo es —Katsuki sujeta mi cintura por detrás y su aliento acaricia mi oreja—. Puedo demostrarte ahora que no siempre me importa ganar, tú me importas más. Y si no puedes elegir a uno... no tengo problemas con que escogas a ambos.
No podía creerlo hasta que Katsuki besa mi cuello haciéndome estremecer. Me sentí incómoda por esto, pues Kirishima estaba justo al frente, pero entonces él también se acerca y acaricia mi mejilla antes de besar mis labios con delicadeza.
—¿Qué dices, princesa? Aún puedes negarte.
Miré a ambos un momento antes de besar los labios de Kirishima por unos segundos antes de soltarlo y cambiar a los de Katsuki.
—Gracias... Esto me ayuda bastante, porque en verdad los amo, chicos... a los dos por igual.
—Y nosotros a ti, princesa.
—Tanto que estamos dispuestos a hacer esto por ti, así que no lo dudes.
—Sí, sí —respondí con una sonrisa antes de volver a besar a Kirishima.
Su lengua danza junto a la mía antes de que nos separemos y Katsuki sujetara mi barbilla para girar mi rostro y besarme igual, pero él era más dominante, sometiendo mi lengua con la suya. Sus manos se meten bajo mi remera, las de Kirishima bajo mis jeans hasta mi trasero mientras que Katsuki sujeta mis senos.
Tener dos pares de manos sobre mí es inesperado para mí cuerpo, pero de todos modos me gustaba. Kirishima besa mis labios y Katsuki baja a morder mi cuello. Jadeé contra la boca de Kiri ante los apretones de las manos de ambos en mí.
Bakugo comienza a quitarme la remera y Kirishima desabotona mis jeans para comenzar a bajarlos, me hicieron sentarme en el borde de la cama y me quitó mis jeans entonces. Ambos se colocan frente a mí y se quitan sus remeras además de bajar sus pantalones. Tragué con dificultad al ver que ambos tenían grandes bultos bajo su ropa interior, Katsuki se me acerca y me toma por la cintura para acercarme y besar mis labios una vez más.
—Princesa... te ves tan bien —comenta Kiri acariciando su bulto por la incomodidad que seguramente sentía.
—Realmente bien —susurra Katsuki al separarse de mí, con solo un hilo de saliva uniéndonos.
Miré a ambos chicos que iba a tomarme de diferentes maneras. De solo pensar en eso hacía que me sintiera húmeda allí abajo y con los pezones endurecidos. Katsuki me empuja más al centro de la cama, en donde Kirishima se acomodaba para que yo estuviera sobre él del revés. Su miembro se alza frente a mí completamente desnudo, y el de Katsuki junto a mi cabeza. Lamí el del rubio y lo metí a mi boca para lubricarlo, bajé a hacer lo mismo con el de Kirishima mientras masturbaba a Katsuki.
—¡Mhmg! —me estremecí cuando el pelirrojo empieza a lamer mi entrada.
Decidí usar mis senos para envolver su miembro mientras metía el de Katsuki en mi boca. Ambos chicos comenzaron a jadear, sin embargo, la lengua de Kiri me hacía sentir débil, jadeé y gemí con el miembro de Katsuki en mi boca, quien sujeta mi cabeza y me hace moverla más hasta que la sujetó y fue él quien embistió mi boca.
—Mhm... Joder, que delicia estar dentro de su boca —menciona Katsuki.
Masturbaba a Kiri para no desatenderlo, pero sus lamidas en mi intimidad me hacían temblar un poco. Saqué el miembro de Katsuki para poder tomar algo de aire, lo masturbé y metí el de Kiri al recuperarme.
—Nhg... Tienes razón, en verdad es una delicia —responde el pelirrojo.
Kirishima se encarga de embestir mi intimidad con su lengua. Katsuki estira una mano y mete sus dedos en mi orificio más estrecho. (Al menos me he bañado por completo como siempre hago)
—__________... —gime Kirishima.
Él se corre en mi boca y Katsuki en mi mano, el sentir el fluido de ambos chicos en mí me hizo más sensible e igualmente terminé corriéndome. Saqué el miembro de Kiri de mi boca y me senté, observé mi mano y lamí los restos que Katsuki derramó.
—Que sexy eres —dice él con una sonrisa—. Espero que eso no haya sido todo para ti, pelos de mierda, porque ahora viene la mejor parte.
El rubio cenizo se acerca a su mesita de luz y saca dos condones del cajón. Le lanza uno a Kiri quien se lo coloca. Ambos me miran ansiosos por tomarme, yo los miré sin saber cómo lo haría con los dos.
—Y..Yo... jamás he hecho un trío, ¿cómo se supone entrarán los dos? —cuestioné avergonzada, pero eso solo los hizo sonreír.
—No te preocupes, haremos que entren —responde Katsuki.
—Princesa, si estás de acuerdo, primero debemos prepararte para la doble penetración, pero si no estás lista... —interrumpí a Kirishima al besar sus labios.
—Lo haré, solo... no quiero que me duela —murmuré.
—Y no pasará —asegura Katsuki—. Te prepararemos bien.
Asentí confiando en ambos. Kirishima llama mi atención al besarme para calmar mis nervios, me acuesta en la cama y se coloca entre mis piernas, las cuales las sube hasta sus hombros. Esta imagen me resultaba tan sexy que me sorprendí cuando entró en mí.
—¡Hmg! —me aferre a las almohadas sobre mi cabeza, pero junto a mí se acuesta Katsuki, acariciando su miembro mientras observa como mis senos rebotan por las embestidas de Kiri— ¡Oh, Kiri...!
—Más te vale apresurarte... Siento que voy a estallar con solo verla y escucharla gemir —menciona Katsuki.
—Entendido —se ríe Kirishima mientras embiste mi interior.
Miré el miembro de Katsuki y decidí volver a meterlo en mi boca, él aparta mi cabello y decide apretar uno de mis senos mientras yo lo atendía. Gemía ahogadamente por su miembro, Kirishima no se detuvo hasta que me había vuelto a correr por segunda vez.
—Es mi turno —comenta Katsuki colocándose el condón, apartándose y cambiando de lugar con Kiri, quien besa mis labios tiernamente—. Yo prefiero hacerlo diferente.
Katsuki me da la vuelta de repente, colocándome sobre mis manos y rodillas, con Kiri frente a mí. Presiona en mi otro orificio y entra lentamente, pero notándose desesperado.
—Agh... Está tan apretado aquí. Se nota que jamás lo has hecho así —menciona apretando mi trasero con ambas manos y empujándome más.
—¡D..Dios...! —solté porque en verdad estaba apretado.
Cuando finalmente lo metió completamente empezó a moverse despacio al comienzo, sin embargo, no tardó en aumentar el ritmo. Mi cuerpo se balancea hacia Kiri, veía su abdomen marcado y realmente quería pasar mi lengua por él, lo hice. Llegué hasta su pecho y seguí hasta encontrar sus labios quienes igualmente me buscan.
—¡Mhmg! ¡Ghng! —Kirishima ahogaba mis gemidos en su boca hasta habernos quedado sin aire— ¡A..Ah...! ¡Joder...! Katsuki...
Fue más rápido y duro dentro de mí que no podía creer que estaba sintiendo aquel revoltijo de nuevo, apretaba su miembro y eso parecía gustarle. Kirishima observa mis reacciones, pude sentir su miembro golpear mis senos, poniéndose más duro. Me dejé apoyar en el pecho de Kiri mientras Katsuki seguía empujando hasta que volví a sentir que me corría, esta vez por ese mismo orificio por el que me estaba dando.
—Ya te has corrido tres veces... Pero aún falta —menciona Katsuki.
—¿Estás bien, princesa?
—S..Sí... Sí... —respondí agitada— ¿Ya estoy lista para recibirlos?
—¡Ja! Solo hay una forma de averiguarlo —Katsuki palmea mi trasero, no sale de mi interior pero me jala de los brazos para enderezarme y dejar que Kirishima se acomode—. Avísanos si quieres que nos detengamos, extra.
Asentí estando de acuerdo.
Kirishima presiona su miembro en mi vagina y entra lento y suave, cerré los ojos. La sensación de invasión era extraña, tener a dos hombres dentro de mí... ¿Podré resistirlo?
—Tú puedes, extra... —susurra Katsuki en mi oreja y besa mi hombro—. Déjanos proporcionarte más placer a la vez.
Además de sentir el miembro de Katsuki y el de Kiri aún entrando, el rubio estimula mi clítoris para que me relajará más. Solté un gemido cuando finalmente el miembro de Kiri se desliza dentro de mí por completo. Me aferré a los brazos de este, que estaba sujetando y quien me sujetaba por las caderas.
—Eso es, sabía que no eras débil —sonríe Katsuki— ¿Cómo te sientes?
—Extraña... Pero... se siente bien.
—Y se sentirá mejor.
Katsuki me hace apoyarme en mis manos a los lados de Kiri, sujeta mi cintura y empieza a moverse finalmente. Kiri besa mis senos para relajarme mientras se mantiene quieto antes de empezar a moverse a la par que Katsuki. Pronto ambos estaban empujando dentro de mí a la vez, no había dolor ni incomodidad, solo placer puro y lujuria.
—¡O..Oh, Dios! ¡Chicos...! ¡A..Ah!
—________... —gime Katsuki, pero los gemidos de Kiri eran ahogados por mis senos.
Kiri extiende sus manos hasta mi trasero y lo abre más para Katsuki quien estimula mi clítoris. Mi cuerpo tiembla, apenas podía contenerme o mantenerme cuerda. No tenía momento de descanso, cuando Katsuki salía, Kiri entraba y cuando Kiri salía, Katsuki entraba. El vaivén continúa con fuerza y dureza, hasta que ambos entraron en mí a la vez.
—¡Mhmg! D..Dios mío... ¡Joder...!
Mi cuerpo tiembla al haberme corrido una vez más, pero esta vez los chicos también se corrieron junto a mí. Caí sobre el cuerpo de Kirishima, quien me abraza y besa mi cuello. Jadeé agotada mientras sentía que ambos salían de mi interior. Katsuki se acuesta a nuestro lado, yo sonreí al verlo y me cambié para abrazarlo a él también.
—Oye, no seas pegajosa.
—Bakugo, no seas así. Acabas de correrte gracias a ella, lo mínimos que puedes hacer es abrazarla y mimarla —dice Kirishima.
—Kiri, quizás tú seas mi favorito —dije queriendo volver a abrazarlo.
—¡¿Ah?! —de repente Katsuki me abraza hasta hundir mi rostro en su pecho—. Tsk, no intentes quedar bien con ella, pelos de mierda. Yo también puedo mimarla.
Sonreí satisfecha y abracé a Katsuki, aprovechando que estaba entre sus pechos grandes. Entonces decidí dejar una mordida en uno de ellos.
—¡Oye!
Me separé y abracé a Kiri para dejarle otra mordida en el cuello. Él soltó un quejido y apoyó su mano en aquella parte.
—¿Princesa?
—Lo siento, pero... Ahora son míos chicos, y me gusta marcar lo que es mío —mencioné jugando.
Ambos se miran y sonríen, entonces Katsuki muerde mi clavícula y Kiri mi cuello. Solté un quejido, más por los afilados dientes de Kiri.
—Y tú eres nuestra, extra. Nadie más que nosotros puede marcarte.
—Sí. Eres nuestra, princesa.
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