Se está debilitando.

Veo como Vegeta debilita, lentamente.

Está recibiendo golpes a diestra y siniestra por parte del enemigo.

No puedo verlo así. No quiero verlo así.

Me dijo que no me metiera en su batalla, que lo dejara pelear solo.

Pero simplemente no puedo. Se convirtió en un simple saco de boxeo para nuestro rival. Lo golpea por todos lados. Su rostro; casi todo su cuerpo entero está lleno de moratones, de sangre. De heridas que cicatrizarán lenta y dolorosamente. Si no hago algo.

No puedo ver como destruyen al amor de mi vida.

Me meto en la pelea; aún tengo fuerza. Pateo con todas mis fuerzas a mi adversario.

-Cómo te atreves a lastimar al amor de mi vida- en mis ojos; hay fuego. Una llama creciente, sedienta de venganza. Me transformo en súper saiyan. El adversario ni se inmuta; sólo se ríe.

-Kakarotto- de los labios partidos de Vegeta apenas y salen palabras.-Te dije que...- no distingo si está sonrojado o su piel está enrojecida de tantos golpes. Apenas y puede hablar.- No te metieras en esta pelea.

Le arrojo una semilla del ermitaño.

-Cómela, descansa un poco y podrás terminar con esto- le digo.

Titubeante, la mete en su boca y la mastica con cuidado.

-No te atrevas a morir, sólo yo tengo el derecho de matarte-Vegeta pausa por un instante, el mundo se queda estático; esperando a que continúe.-Te amo.

Estaba a punto de contestarle que yo lo amaba también, pero el enemigo me atizó una patada en las costillas. Exigía atención.

Quién quiera qué fuese, no me importaba. Iba a pagar el magullar a Vegeta; iba a pagar por destruir su orgullo. Iba a morir.

Luché contra él, poniendo mi furia antes que mi razón, pero sin matarlo; para que Vegeta lo derrotara.

Después de un rato, Vegeta se unió a mi.

No me exigió que me retirara; no me sacó a la fuerza. Empezaba a luchar junto a mi.

Era la primera vez que lo hacíamos juntos.

Ambos; ya transformados en súper saiyan blue, nos movíamos al unísono.

Trabajábamos en equipo.

Pasaron diez, veinte, treinta minutos, luchabamos juntos; coordinados. Sin parar. Ninguno de los dos parecía cansado.

El enemigo estaba débil.

Tres minutos. Vegeta le dio el golpe de gracia. Estaba muerto.

Ambos cansados; jadeantes. Llenos de sangre, tierra y moratones. Habíamos terminado la pelea.

-Ni creas que vamos a volver a pelear en equipo, tonto- su orgullosa sonrisa se expande en su rostro, me hace sonreír.

Lo beso suavemente en sus labios; tenían sangre y estaban partidos, al igual que los míos, pero no me importó. Dolía, tan solo un poco.

-Gracias por no morir, Vegeta.

-Igual a ti, Kakarotto.

Tomé su mano y nos teletransportamos a nuestro hogar.

Nos dimos un baño y curamos las heridas el uno de el otro.

Besé la mejilla de Vegeta.

Sobrevivimos a una pelea difícil más.

Drabble|484 palabras.

¿Coloqué mucha ＥＳＥＮＣＩＡ?