Formal Clothes
—Vegeta, ¿ya puedo quitarme la ropa?
—Aún no, tienes que esperar a que acabe.
—Pero Vegeta…— Goku soltaba puchero entre puchero mientras cruzaba los brazos incómodo.
—Nada de peros— Vegeta lo reprochaba.
Iban vestidos de traje formal y Goku no estaba nada encantado con la idea. Quería quitarse esa ropa tan ajustada y ponerse su dougi de una vez por todas; enserio le incomodaba, pero Vegeta le había pedido de que aguantara unas horas con el atuendo. Tuvo que aceptar.
Por Vegeta haría lo que fuera.
—¡Pero si podemos firmar esos papeles con nuestra ropa normal!— se halaba el ajustado cuello de la camisa y se deshacía poco a poco el nudo de su corbata.
—¿Crees que van a dejar que nos casemos si nos presentamos con nuestra ropa de entrenamiento?— lo reprochaba una y otra vez; ya estaba comenzando a irritarlo. No podía creer que para casarse con Kakarotto tendría que usar la ropa formal terrícola y no la de un saiyan de la realeza.
Pero la idea de casarse con Kakarotto; de cualquier manera, era mejor que todo lo demás.
—Mira—continuó Vegeta—Quieres que nos…— hizo una pausa. A pesar de que quisiera con todo su corazón casarse con él, aún le costaba trabajo expresarse de esa manera por culpa de su orgullo— casemos ¿no es así?
Goku bajó la cabeza como perro regañado.
—Lo siento.— colocó su mano en la pierna de el príncipe y la acarició brevemente. —Sí, tú sabes que sí quiero estar casado contigo.—soltó una leve risita.
Vegeta sintió un poco de pena por ver a el otro saiyajin tan incómodo; desesperado. Decidió que era tiempo de hablarle “tiernamente” a su modo.
—Kakarotto.—puso su mano encima de la de Goku— Vamos a estar aquí al menos una media hora más.
Goku, al sentir el repentino contacto, subió su cabeza y vio de reojo a Vegeta. Sentía que se sonrojaba por el sereno timbre de su futuro esposo.
—Para que estés quieto y tranquilo, te prometo que cuando lleguemos a casa, yo mismo voy a quitarte ese traje.
Ambos se sonrojaron.
—¿Qué fue eso?— pensaba Vegeta— ¿Estoy filtreando con él?
Goku no se limitó a pensar. Se inclinó un poco y besó las comisuras de los labios de Vegeta.
—Está bien, pero sólo voy a aguantar media hora ¿está bien?
—Que tonto eres.
Si, Kakarotto es un tonto.
El tonto por el que estaba loco.
Y el tonto estaba loco por él.
Drabble| 410 palabras
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