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PACTO

Éste OS está basado en el fic que lleva por nombre "Pacto" tiene de shipp sysack y hace un montón de tiempo que no la actualizan. :'v

La pueden encontrar en el perfil de Scott_Biersack es extremadamente buena. Y bueno sin más:

No puede estar pasando, no me puede estar pasando.

Tenía que ser tan idiota como para ir a enamor… no, yo no puedo estar enamorado.

¿Por qué mierda tengo tanta sed? ¿Esto es sentir la garganta seca?

¡Deminio estúpido, deja de pensar en él!

En su jodida sonrisa, en su jodida apariencia, en sus ojos, en lo fuerte y lindo que es, en el como su debilidad contrasta con su seguridad, en su nerviosismo y su sentimentalismo.

En todas las palabras ocultas por su boca abierta y en todo lo que sus ojos expresan al cerrarse.

"¿Andy?" En como por primera vez sientes tu piel erizarse cada que escuchas el más mínimo sonido de su voz.

"No me toques" Deja de sentir escalofríos cuando esta a punto de chocar su piel con la tuya. Deja de sentir. "No te acerques. Hablo enserio, Oliver"

Mi tono de voz es sombrío y grueso y sin embargo no parece hace ningún efecto en el porque sigue avanzando hacía mí, acorralandome entre la plancha de la cocina y su cuerpo.

¿En qué momento dejo de verme como alguien de quien temer? ¿Cómo es que ha superado su nerviosismo ante mi tono de voz? ¿Por qué ahora soy yo el que tiene esa inmensa necesidad por estar lejos y aparentar que no me pasa nada?

Desearía, ahora más que nada, no haberle prometido que nunca volvería a leer su mente, porque juro que muero por saber en qué piensa. Pero lo que más me intriga es saber qué pienso yo.

Es imposible que yo pueda enamorarme. No sé como he dejado que pasará, ¿En qué maldito momento encontré tantos sentimientos hacía él? ¿Por qué he llegado a pensar que este simple chico mortal es mejor que cien de los suyos? ¿Por eso quería tanto Satán cerrar un pacto con él?

Pacto...

Pacto.

"Trato hecho."

¿Por qué se siente tan bien tenerlo cerca? Su calor es cálido, nada como las llamas del infierno entre las que solía vivir. Esto es diferente, en más de un sentido.

Esto se siente bien... se siente tan bien... que debe parar ahora. Por el bien de ambos, por su seguridad y la mía. Porque estamos jugando con un fuego muy peligroso.

Intento que mis ojos cambien cuando le vuelvo a hablar y tal vez así recuerde que esta tratando con un demonio del infierno, pero me concentro tanto en sus ojos que los míos se dilatan al ver su mirada oliva. Y me maldigo a mi mismo por comportarme como un patético humano necesitado.

No puedo volver a mirar sus ojos, o sus labios o los tres puntos tatuados del lado derecho de su cara o en conclusión no puedo verlo jamás.

Lo alejó de mí como sí él fuera alguien peligroso para mí y muy dentro, eso es cierto. Oliver es peligroso, tanto como para mi estabilidad en éste mundo como para mi vida como demonio.

Todo lo que había conocido, todos los miles de años que he vivido como un demonio, todo lo que sé y todo lo que era, se acaba de ir al carajo.

Salgo de la cocina y no puedo evitar correr a su habitación ¿Qué tan malo sería sí lo vigilará desde lejos? ¿Satán se molestaría? ¿Y qué mierda me importa a mí Satán? No es a él a quien están a punto de besar.

Si, besar.

Porque el idiota de Oliver es testarudo y un maldito insensato que me ha seguido hasta aquí sin importarle en lo absoluto el hecho de que puedo hacerle daño. Porque por supuesto que puedo y lo haré...

Lo hare...

Pero antes de hacerlo, enredo mis manos entre su cabello y de manera desacatada Oliver toma mis muslos cargándome hacía el escritorio de la esquina, inevitablemente recordando el día en el que cerramos el trato.

Él besa y toca y ante eso me vuelvo alguien sensible, susceptible y vulnerable. 'Vulnerable', esa palabra no me gusta, no es digna de un demonio, sí es que aún lo soy.

Tal vez sí no le regreso el beso él se rinda y así…

"Ahh O-Oli" estúpido humado idiota.

¿Desde cuándo podía ponerme con sólo el toque de su mano en mi miebro? No es como que lo haya intentado antes pero, sigue siendo nuevo, sofocante y tan malditamente caliente.

Lo único malo de éste cuerpo es lo flacucho que es y lo fácil que le es a él cargarlo con ambos brazos hasta la cama de su cuarto aun sin dejar de besar mi cuello.

Siento sus labios chocar contra la piel en mis clavículas, siento su lengua marcar trazos de saliva en mi cuello, siento su mano entre mis pantalones y lo rápido que sube y baja. Lo siento todo y no puedo explicar lo glorioso que se siente, lo mucho que me sorprende sentirme así. Porque es la primera vez que me pasa y todo porque me enamoré de un humano.

Pero no cualquier humano.

Damas y caballeros, Oliver Sykes, el hombre que me jodio la existencia.

El que tendrá que aguantar cualquier pesadilla que venga a continuación a esto.

"No tienes que joderte la vida así" y era enserio, nadie quiere meterse con un hijo del diablo, ¿Por qué él si? "Esto traerá m-muchos problemas" Oliver no dejaba de besarme con la diferencia de ahora no tener camiseta

"Viniste para darme lo que más deseaba, ese era el trato." Dijo con un toque de deseo y lujuria clara en sus ojos. "Pero resulta que lo único que deseo… eres tú"

¿Realmente haría esto? ¿Dejaría todo lo que soy por éste simple chico de linda sonrisa? ¿Mi inmortalidad? ¿Mis años pasados como demonio?

Si, claro que lo haría.

Sin importarme nada más que él, jalo de su camisa para atraerlo más a mí, tomo la parte posterior de su nuca y me enredo de nuevo entre esos mechones castaños.

Por primera vez en más de 500 años siento algo, siento la emoción corriendo por mi cuerpo, siento miedo y felicidad y tengo esta necesidad de adentrarme a toda esta nueva maravilla con él.

Consigo que se hinque sobre mí para lograr sacarle la camisa rompiéndola, me alegra saber que al menos tengo fuerza todavía, Oliver me mira con diversión y le devuelvo el gesto con algo que nunca había experimentado antes: afecto, cariño y tal vez una clase de amor.

Él trata de volverme a recostar sobre la cama, pero ni loco dejo que Oliver esté sobre mí. Sería una vergüenza para mí y mi trasero, ahora que puedo sentir el dolor.

No se resiste sin embargo y me es más sencillo empezar a bajarle los pantalones con suma rapidez. Encuentro su pecho tatuado, su abdomen plano y la marcada V al principio de sus jens de rodillas rotas. 

Ahora entiendo su adicción a besar la piel ajena, en mi caso me deja un cosquilleo en los labios y el sabor característico llega al morder y succionar.

Al igual que yo, hizo que terminara por quitarme el resto de la ropa. Todo sin dejar de lado besarnos o incluso tocar cada parte de nuestros cuerpos que estuviera al alcance.

Todo era excitante y a pesar de no saber por experiencia qué era el sexo, sabía por lógica cómo funcionaba la lujuria, soy -o era- después de todo, hijo del diablo.
En el pasado Ash llego a contarme de los pactos que hacía en la superficie y como sus vidas se hacían de película, cuando yo subí me tarde décadas, y no fue la gran cosa. Volví a ser elegido para un par de idiotas que sólo querían poder entre los mortales.

Así que sabía que aquí era dominar o ser dominado, y yo claramente no iba a dejarme.

No por estar enamorado debía ser estúpido, ¿Cierto?

Mientras nos besábamos podía sentir por todas partes toques de emoción y fragmentos de lo prohibido y deseoso que esto se sentía.

Yo lo miraba a los ojos y él a mí. No sabía exactamente el protocolo que debía seguir pero estoy seguro de que eso no importa, sigue estando debajo de mí y pienso que así se quede al menos en lo que esto acaba.

Oliver intenta e intenta soltarse de mi agarre para levantarse y voltearme, pero no lo logra hasta que el muy hijo de su madre alza su pelvis haciendo que su erección choque sobre la entrada de mi trasero, logrando que pierda un segundo de mi cordura y gimo cerrando los ojos por un breve instante, los suficientes para que el imbécil cambie nuestras posiciones.

Antes de que pueda protestar por aquel bajo movimiento, Oliver ha conseguido colarse entre mis piernas desnudas pero no de la forma en la que yo imaginaba, estaba a punto de preguntarle qué mierda pretendía hacer, pero la humedad de su lengua calló las palabras en mi garganta.

Sacándome un jadeo por dejar ir todo el aire de mis pulmones al contacto de su húmedo órgano en mi ano. Esto era todo. Estaba exitado, mi juicio totalmente nublado y mi cuerpo temblaba a más no poder.

Las sabanas arrugadas y su lengua cada vez entraba más profundamente. Estaba mareado y jadeante.

Y sólo pude enterrar lo último de dignidad que me quedaba al gemir su nombre seguido de un "follame". Odiaba haberlo hecho, pero ya nada podía cambiarlo, estaba perdido y necesitado, lo suficiente para comenzar a rogar.

"¿Quieres que te folle, pequeño demonio?" Yo sé que éste estúpido humano no desperdiciaría una oportunidad así, pero a quién engaño, lo necesito.

"Si, si lo quiero." Adiós para siempre  dignidad. Te recordaré con cariño.

"Voy a volverte loco, me amaras para siempre después de esto y al final, seremos del otro para la eternidad." Al parecer Oliver no aprendió lo que es tener prisa, porque sus palabras sólo hacen que esté más ansioso por lo que va a pasar a continuación.

El castaño regresa a besarme con fuerza y lo recibo alegre. Distrayéndome de su siguiente movimiento al meter la cabeza de su pene dentro de mí.

Hoy parece que estoy aprendiendo mucho, ahora sé lo que se siente sentir el dolor, un dolor pulsante e incómodo. Pero que al mismo tiempo no deja de hacerme gemir.  

Conforme los segundos pasan, él entra más profundo, quedándose quieto al tocar sus bolas contra mi trasero.

No sé qué mierda espera ¿Qué le de permiso? Él imbécil ya está más adentro que afuera. Aun así le doy lo que busca alzando mi trasero, sacándolo un poco de mí.

Él entiende lo que quiero y comienza a salir de mí para volver a entrar. Lo hace una y otra vez y conforme lo hace toma más fuerza y rapidez. No hay palabras para describir la sensación que quema todo mi cuerpo, el deseo que tengo por hacer que esto no acabe nunca.

Sykes no es muy hablador después de todo, pero si algo ruidoso. No como yo, que no paro de gemir y decir su nombre una y otra vez mientras él sólo me penetra más rápido y más profundo.

Alza mis piernas sobre sus hombros, obteniendo una nueva posición.

Nota mental: regalarme un Kama-sutra en navidad.

Oliver vuelves a entrar y entonces algo dentro de mí parece arder en fuego, él lo repite y grito de puro puto placer. Jadeó y gimo, jadeó y grito y no sé por qué se siente tan jodidamente increíble.

Sí para los que hemos vivido durante milenios en el infierno existe una definición del paraíso es, sin duda alguna, estar en la cama de la persona de quien estás enamorado.

No lo negaré, ya no.

Me enamoré, inevitable y estúpidamente me enamoré. Caí a sus pies, bese su humanidad, su mortalidad y sus debilidades. Descubrí sus miedos, sus inocentes sueños de niño y la percepción que tiene del mundo.

Y ahora me aferro a su espalada con mis uñas clavadas en su suave piel, negándome a dejarlo ir de cualquier maldita manera.

El sudor nos hace pegajosos, pero eso es lo de menos porque el semen que escurre de entre mis piernas y el que mancha todo su abdomen es peor. A Oliver no parece importarle porque me abraza de todas maneras, quisiera decirle que necesito más, que este descubrimiento va para largo, pero lo dejo descansar sabiendo que tal vez mañana pueda venir otra ronda o en todo caso una disputa contra el infierno.

Una nueva sensación se instala en mí, sintiendo mi cuerpo pesado, cansado y adolorido. Comienzo a cerrar mis ojos y por primera vez tengo sueño, tanto que me es imposible no rendirme ante él. Escuchando nuestras últimas palabras.

"¿Trato hecho, Andy?"

"Trato hecho, Oli"

De haber sabido hace siglos que así se sentía acostarse con alguien, hace tiempo que habría roto las reglas. No sé sí es igual con otros humanos, pero con él ha sido lo mejor que mi pobre existencia ha podido conseguir. Tener este sabor dulce en la boca y haber llegado al éxtasis carnal. Envidio a los idiotas que han fornicado por años, cuando yo he vivido diez veces lo que ellos. 

De algo estaba seguro, juro por Satán que recuperaré los años perdidos en la cama de éste cantante británico bien parecido, Oliver Sykes.

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