Música en multimedia: Tristan - Ilan Eshkeri.

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Diciembre 15.

Querido Alex.

Acabo de leer tu carta, y debo decirte que no estaba en mis planes que alguna vez contestaras, exactamente, aunque en realidad no sé qué pretendía con esto al principio. Simplemente ahora me parece lindo y si es contigo escribiendo también de vez en cuando, tengo más ganas de continuarlo. Ahora, pensando qué escribir después de haber leído tu carta, se me ocurrió algo, y es que me pregunto: después de tantos agradecimientos, ¿deberíamos decir "de nada" o algo parecido?

... Pues, ¿por qué no? De nada.

Ser "humilde" no es nada.

No sé si fue desde antes, pero al menos yo empecé a notar que querías pasar de los besos, a partir de esa sesión larga que tuvimos porque yo estaba infinitamente agradecida contigo por hacer realidad mi sueño, y esa me parecía buena manera de demostrártelo. Fue en tu casa, y tomaste mi chaqueta haciendo el ademán de quitármela después de un beso prolongado y agitado, para dar a entender tus intenciones. Yo agaché la cabeza mordiéndome el labio ligeramente.

Estaba intimidada. Por ti, y por el hecho de que sentía la misma necesidad que tú. Pero era de la firme idea de esperar al matrimonio.

Supiste entender y lo respetaste. Y no fuiste indecoroso, sino que esperaste.

Dijiste "Así es perfecto", y seguiste besándome delicada y dulcemente sin llegar a más.

Efectivamente, fue perfecto así, y cuando fue el momento de llegar a más, lo fue aún más.

Así, regresamos al tema de la paciencia. Valió la pena la espera, ¿no crees?

Un beso, Erelyn.

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