La librería
Siempre pensé que un libro era un portal a otro mundo, un universo para tu completa imaginación ¿pero, todos son así? Realmente, cuando leo llego a olvidar donde estoy y quien soy, transportándome al mundo del libro, tanto como una guerrera valiente que pelea contra un dragón gigante como volver a la infancia y ser una niña, permitirme cometer errores y ser libre... pero, ya no me permito ese lujo. Y las historias de amor...
Edward Jones es mi novio, llevamos juntos mucho tiempo ¿que cómo nos conocimos? Bueno.- digo riendo.
Era lunes, refunfuñando y con mucha flojera bajé las escaleras en camino a mi universidad, nunca fuí popular así que, era de las que revisaban su teléfono, y no había mensajes. Solo de mi tía deseando un feliz día.... Eso nunca cambia, digo mientras suspiro.
En mi trayecto a la ya destartalada construcción que hacen llamar Universidad, veo de reojo una Librería que no recordaba... decido entrar, ya dirán si fue una buena o mala elección.
La campana suena como en toda tienda o lugar decente, entro al suelo de duela, haciendo mucho ruido con mis zapatos al tocar el suelo-. Crac, Crac, Crac-. Pero, si ya no estoy caminando ¿por qué sigue escuchándose?-. Volteo a ver el piso, mis pies y consiguiente enfrente mío, a un hombre alto, pelo castaño casi negro, ojos miel, un poco oscuros, vestido en una túnica negra con blanco y nada combinado con sus Tenis verdes y corbata amarilla con forma de patitos, aguantando la risa, vuelvo la mirada a sus ojos, su postura perfecta y su contacto visual que daba escalofríos, no pasó mucho para que me interesara en el-. Buscas algún libro?-. Por fin pregunta, su voz era ronca, tal vez no habló en un largo periodo de tiempo, yo asiento pero las palabras aún no salían.- eres muda?.- replicó, yo negué, una vocal entrecortada salió, pareció darle risa.
Vas a volver otro día?-. Preguntó el chico viéndome, por fin logra salir una palabra denotando mi enojo-. NO-. Replico, el triste asiente y se va-. La puerta está enfrente suyo, puede irse-. Es la frase más larga que dijo, me voy a la universidad que ya iba tarde pero en clase era la más distraída, mi atención yo sabía no estaba en los profesores, me concentraba a jugar con el lápiz y dibujar cosas en mi computadora apagada con polvo-. Te ves muy distraída amiga ¿estás bien?-. Era una chica de pelo morado con luces azules, nunca antes me habló, ¿tan rápido me llama amiga? ¿Quien es ella?, ni su nombre me se ¿que debo decirle?-. No era muy nuevo que no dijera nada, a ella tampoco se le hizo raro, consecuente solo asentí, ella no entendió del todo mi respuesta pero me dejó para ir a hablar con su grupo de amigas, lo cual a mi de cierta manera me alegró.
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