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Moncada E.

❤❤❤❤❤❤❤❤

Me levanté el día siguiente con un dolor fuerte de cabeza; había llorado casi toda la noche y, por lo visto, no dejé dormir a Sol, pobre se quedó dormida a mi lado. Debo ir a la entrevista, pero a la vez creo que mejor no lo hago. Sol despierta y me observa mirando por la ventana:

S-Hola... como amaneciste

L-Bien... Hoy amaneció nevando; el color blanco cubre toda la avenida. Hace frío

S-Sí, y mucho; voy a prepararte algo de desayuno y un café bien caliente de esos que a ti te gustan. Debes vestirte porque llegarás tarde y la primera regla en el primer día de trabajo es llegar más temprano que el jefe.

L-No iré

S- ¿Qué? Estas locaaaaaa, irás así me toque llevarte por los pelos, es tu oportunidad y has esperado este momento tanto tiempo.

L-Lo arruine todo

S-No te escucho, así que te metes a la ducha, te das un baño de agua tibia y te vistes porque, como me llamó Sol, irás porque sí. Se ha dicho.

L-Pero sol que...

Pero ella no me dejó terminar de hablar.

S-Voy a preparar café y desayuno y cuando regrese te quiero lista.

Tomé el paño y entre en la ducha, con la mente en blanco sin saber que hacer. Salí de la ducha; me cambié de ropa tipo formal para ir a la entrevista. Me miré al espejo y mis ojeras me asustaron; me veía horrible. Busqué mi maquillaje y comencé a tapar todo rastro de tristeza en mi cara. Así como observó a esa chica con mi rostro; la misma del espejo en la estación del tren. Estaba ahí, nuevamente detrás de mí. Pero había algo diferente en ella, su cabello negro azabache, suelto y algo ondulado, sus labios rojos y ojos muy bien marcados y maquillados. Me hablo al oído:

- ¿Qué te detiene?

L-Si estás aquí, ya sabes que me detiene. - No podré hacerlo.

—Podrás, solo deja que yo me encargue de todo a partir de ahora. Deja que te ayude

L- ¿Ayudarme? ¿Y eso cómo lo harás?

—No seas impaciente, esa cualidad es la que te ha conducido a dónde estás ahora.

L-Que quieres de... - Y volteé a verla, para terminar de decirle que quiero de mí, pero ya no estaba. En la habitación estaba sólo yo. Imaginé: — Me cayeron mal los analgésicos, que aún estoy divagando y viendo cosas que no existen. Volteó nuevamente al espejo y mi cara parecía otra, ya no había rastros de ojeras ni mucho menos párpados hinchados. — ¿Qué pasó a mi cara?, creo haberme asustado un poco.

Entro Sol con el café, desayuno y al verme:

S-Wuaaaooo, bella, así es mi amiga; con esa actitud es que se llega lejos. Quedaste hermosa.

L-Pero sol no fui...

S-Yaaaa, toma el café, que ya pedí el taxi y en 20 minutos viene por ti. Terminé mi desayuno, me levanté y ya estoy lista. Y Sol tomó mis manos y me dijo:

S—Podrás... Sólo déjate ayudar. Y en eso llegó el taxi. Salí con todo el material necesario y subí al taxi. Ese día, cambio el rumbo de mi vida nuevamente.

Llegué media hora antes de la cita; había una larga cola de mujeres en busca de empleos y listas para la entrevista. Tomé asiento y la secretaria mencionó en voz alta que se entrevistará sólo a las 20 primeras que llegaron y que sólo se esperan 3 para el trabajo. Yo había llegado de número 8.

Me toca esperar mi turno, mientras abrí mi red social Facebook y para mí sorpresa tengo varias solicitudes de amistad de Diego Alcántara.

Linda: —(disponible)

Tienes varias solicitudes de amistad de: ALCÁNTARAALCÁNTARA.CA

Aceptar
Si. No.

Salí rápidamente de esa aplicación, sentía como si Diego se pudiera salir por el teléfono y llegar a donde estoy.

Me llegó el turno; escucho mi nombre: Linda Montenegro, puedes pasar: Adelante:

Camine un largo pasillo. Y al final había una puerta abierta y ahí estaba ella, la señora Eva Moncada en persona.

Estaba con sus lentes de lectura sobre sus ojos leyendo mi síntesis curricular y a la vez observaba mi portafolio que ya antes había enviado por correo.

M-Pasa Linda, toma asiento.

L-Buenos días, señora Moncada.

M-Dime, Moncada, lo de señora envejece mi apellido. -Y me mira de reojo. Pero, dejó de ver los papeles y fijo mi mirada en mi cuerpo de pies a cabeza. Eso me intimidó y bajé la mirada.

-Nunca bajes la mirada, ante ninguna circunstancia, mírame. —Me dijo.

Levanté la mirada nuevamente; eres linda y tienes potencial, lo veo en tus diseños. Pero tengo una pregunta para ti: - ¿crees que la ropa que usas te define como mujer? Lo digo por cómo vienes vestida a una entrevista de trabajo sobre moda y actualidad.

Sin antes tomar asiento, creo que se estaba burlando de cómo vestía esa mañana. Y le dije:

L-Podría usar el mejor perfume y la mejor vestimenta diseñada por el mejor diseñador, pero eso sólo sería disfrazar nuestras penas con finas telas de seda y lana. Al final, la moda pasa y las penas quedan dejando cicatrices. Y me di la vuelta y me retiré molesta de ese lugar.

Caminé como siempre lo más rápido que pude, y al salir me detiene una chica quien me llama:

SC—¿Oye, espera, a dónde vas?

L-A mi casa, no tengo nada que hacer aquí.

SC-Espera. No me hagas correr con estos tacones.

L-Entonces quitarlos para que puedas trabajar más comida. Me sonreí al verla correr como un robot. — Moncada quiere verte, regresa a la oficina y no la hagas esperar. Mientras, también me miró de pie la cabeza. ¿Qué es lo que traes puesto, años 90?

—Ya, tú también, ¿me ves tan mal así?

—Para estar en un lugar como este, creo que sí.

Y me tomó por la mano y me llevó casi que empujada a verle la cara otra vez a esa horrible señora.

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