18 Ex_ Señorita
La ex señorita
No ha decidido
Que hacer
En su clase de Geografía
La maestra habla de Turquía
Mientras la susodicha
Sólo piensa en su problema
Y en su dilema
"' Hay que problema":
( Rubén Blades)
❤❤❤❤❤❤❤❤
Salí del hotel por la parte de atrás, donde sólo se observaba la gran cantidad de botes que conducen a los turistas residenciados a las hermosas y paradisíacas islas e islotes, despejados de un mar en calma llamado la Laguna Azul. Justo ahí, traté de esconderme detrás de tantos visitantes que van y vienen.
Al caminar por una larga vía, cubierta de palmeras y otros árboles, observé que, todo lo que miraba me hablaba o lo recordaba a él. Ese apellido Alcántara estaba por todos lados. Hasta los autobuses llevaban etiquetas pegadas del turismo y su importancia para el empresario Diego. Toda esa información sobre él, carteles, imágenes en los grandes avisos en las avenidas sólo hablan de lo reconfortante, y lujoso de ese lugar rodeado de grandes construcciones residenciales.
Debía pasar desapercibida, creía que en todo ese lugar debía haber cámaras en los semáforos, osea, me imaginé de todo, hasta que ese Diego pudiera estar ligado al narcotráfico y yo me había metido en un problema serio. Me dolían las piernas de caminar, pero, por nada del mundo tomaré un taxi, no sea que todos sean contratados por Diego. Creo que lo importante era alejarme lo más que pudiera y rápido, no sea que me estén siguiendo.
Sola, en un lugar desconocido y sin dinero, que más podría pasar.
Bueno, sí pasó; "un autobús directo a la Estación la Encrucijada", lugar de donde partí en busca de Jeremías, y terminé en la cama de un desconocido e importante pero mentiroso caballero. El lugar, donde creo que tomé la decisión equivocada.
Se detuvo para bajar unos pasajeros y así me subí. Me senté justo en los últimos asientos y miraba por la ventana mientras me alejaba de ese lugar. Por una parte, estaba tranquila; ¡no le di detalles de mi vida! Llegué a la estación del metro y decidí ir a casa de mamá, pero no podría mirar a mamá a la cara después de lo que hice. Ella me preguntará por Jeremías y no tengo una respuesta; o le diré: ¡mamá lo encontré con otra, y por esa razón me fui con un desconocido y pasé dos días y dos noches con otro hombre y se me preguntarás por su nombre y lamentaré decirte, que no lo sé! En eso se basaban mis pensamientos ese día, dando vueltas como una ruleta rusa.
Por esa razón, cambié de dirección y me fui a la capital, a continuar con mi vida, como si nada hubiera pasado. Llegué a la residencia en horas de la tarde. Entre al apartamento donde estoy residenciada con mi recién amiga Sol. Pasé directo a la habitación, quería acostarme a dormir un día entero, estaba exhausta y moría de sueño.
Pero al abrir la puerta, para mi sorpresa me encuentro a Sol y a su nuevo novio desnudos. En la cama haciendo el amor; traté de cerrar la puerta lo más rápido que pude y sin hacer el menor ruido posible, pero el chillido de la puerta al cerrar hizo que ella se diera cuenta, y como pudo lo más rápido posible, tomó las sábanas de la cama y cubrieron todo su cuerpo.
L: Hooo, no... disculpen, no sabía que... que vergüenza, esto era lo que me faltaba, una última gota de agua, para que se derramara el vaso de problemas en mi vida.
S: —No, no, Linda, es mi culpa; debí pasar el pasador a la puerta y no te esperaba tan pronto. Mientras los dos, buscan desesperados bajo las sábanas su ropa interior, la misma que estaba regada en el piso.
L: —Ok, ok, ok... los dejó para que sigan en lo suyo. Y cerré la puerta con mis mejillas enrojecidas de la vergüenza, por no tocar antes de entrar. Me senté en el sofá y luego me acosté para descansar mis pies. En eso sale Sol y su novio de la habitación.
S: _ Linda conoce a mi novio Alex.
L: _ ¿Alex?... bonito nombre, un placer. Ya era el 3er novio de Sol, que había tenido el placer de conocer, no sé cómo se las arregla para cambiar de novio como cambiar de ropa. Pensé en voz baja.
Álex me saluda y se alegra de conocerme y al mismo tiempo decide irse con la excusa de tener algo importante que hacer o atender, Despidiéndose de mí muy amablemente, él, quien sabe disimular muy bien, cree o me hace creer que no nos conocemos. Sol lo lleva a la puerta de salida y así se retira del lugar sin antes pellizcar sus pompis. Aprovecho la ocasión, y me voy a la habitación para por fin poder dormir un poco en mi cómoda y espaciosa cama.
Sol, regresa apresurada a la habitación y se lanza a mi lado. Ella es quién aún está sorprendida de verme. __ Linda que haces aquí, pensé: ¡te quedarías por allá con Jeremías!
L: —¿Qué hacen Sol y ese chico? ¿Desde cuando sales con el vendedor de pizza? con una carcajada, ya que todo le causaba risa, responde:
S: —Luego te explicó, y yo pregunté primero, ¿y Jeremías dónde está?
L: _ No está ni estará nunca más... eso solo fue parte de un lindo sueño, hice todo ese largo viaje, y al llegar a su casa, Jeremías estaba muy bien acompañado; creo que tomé la decisión de buscarlo demasiado tarde.
S: —¿Cómo así?... ¿Cuéntame qué pasó? __ y le conté todo lo que había vivido con detalles, para finalizar la historia diciéndole que
L: —¡Y bueno, amanecí en la cama acompañada de un desconocido...! Mientras, tomé una almohada y la coloqué en mi cabeza y oídos para no escuchar la respuesta de Sol.
S: _Queeé, !, no lo puedo creer! Exclamó impresionada. Fuiste por Jeremías y dormiste con un extraño; ¿Enloqueciste?
L: _ Estaba tomada o pasada de tragos; sé que no es una excusa, pero es una forma de no sentirme tan mal. Aunque creo que eso fue lo que pasó, enloquecí y eso no es lo peor; no sé cómo explicarte que me gustó estar con él.
S: —Pero si te gustó estar con él, es un buen comienzo, ¿no crees? , Cuéntame más, ¿y cómo se llama? _ Bajé la mirada y pensé un poco para responder, mientras muerdo mi labio inferior suavemente; suelo hacerlo cuando estoy nerviosa.
L: Bueno, ahí está el problema; se llamaba Marcos y luego descubrí que su nombre es Diego... Diego Alcántara.
S: —¿Cómo así, Linda... ¿No entiendo, explícate bien... esto se pone mejor aún? —exclama nuevamente en forma de curiosear todo lo acontecido?
L: —Que descubrí me mintió y su nombre verdadero es Diego. Cuando me quedé sola en ese lujoso hotel, en la mesa de la habitación, vi su foto en una revista y ahí supe su nombre. Me levanté de la cama y miré por la ventana hacia las montañas que adoraban la ciudad desde lejos.
De esta forma, le conté a Sol todo lo relacionado a cómo logré salir de ese lugar, hasta llegar a casa. Sol hacía muchas preguntas. Quería saber con detalles lo que pasó. Al final, la curiosidad pudo más que la prudencia y comenzó a buscar en su tablet, googleó el nombre de Diego Alcántara, y fue así como quedamos completamente impactadas, al saber exactamente de quien se trataba. Hablaban hasta de sus 3 divorcios. Creo o, mejor dicho, ya estaba más que segura que era una completa casa de chicas.
S: —Lindaaaa, ¿qué hiciste?, ¿cómo te regresaste de ese lugar? Debiste esperarlo, como dejas pasar cada oportunidad en tu vida, mijaaaa, porque no me pasa algo a mí así. Me decía y, a la vez, reclamaba a cada rato, haciéndome sentir culpable de todo lo malo que me pasa.
Mientras que yo sólo tenía temor de lo que había hecho, solo pensaba en qué clase de persona era y porque tantos divorcios, culpando al alcohol de ser quien provocó toda esa noche y la siguiente. Sabía que Diego era difícil de darse por vencido, y que lo más probable es que me buscaría. Sólo compartimos unas horas y podría jurar que era de ese tipo de hombres que consigue lo que quiere. Por eso debía ser muy discreta y desconfiada de ahora en adelante. Lo que me obliga a bloquear mis redes sociales, punto de partida por el cual me encontraría.
Días después, ya comienza el introductorio en la Universidad y me preparo para mis primeras clases en el horario de la tarde para salir de noche. Asisto el lunes siguiente a clases. Llegué al salón con Sol, ya que estudiaremos la misma especialidad en diseño de modas y decoración de interiores u exteriores. Tuvimos una primera clase y al terminar todos los estudiantes que aún no conocemos, salieron del salón, mientras Sol y yo nos quedamos a terminar de copiar unos apuntes del pizarrón.
Al cabo de unos minutos, se acerca un chico moreno muy apuesto. Tendría como 21 años. Se paró justo en la puerta y preguntó:
P: ¿Es esta la clase de cálculos? Es que soy nuevo en la clase.
Mientras, escucho la voz de Sol respondiendo al nuevo estudiante.
S: _ Holaaaa, Bienvenido. _ Con esa cara de insinuación que siempre hace ante la mirada de un chico apuesto. Y de inmediato, me toca por detrás, la miro y ella me insinúa que vea de quién se trata. Pero estoy concentrada y lo menos que quería ahora era observar a ese chico, así que la ignore por completo. El chico insistió por segunda vez:
—¿Es aquí el salón de clases?, me indicaron en la entrada que era aquí. Y a Sol no le quedó de otra que responder.
S: _ No... la clase de cálculo es el último salón del pasillo, número 13. _ Y así se retiró el chico moreno, sin darle tiempo a Linda de verlo.
S: —Tontaaaa, te perdiste ver un verdadero bombón de chocolate, diseñado para ti.
L: —Ya Sol, no insistas, no estoy interesada en conocer a nadie más; después de lo último que me pasó, no andaré en brazos de todo aquel que me parezca bonito.
S: _ ¿Pero ¿qué tiene de malo salir con algunos chicos? Se trata de divertirte, esa respuesta ingenua, lo podría aceptar de esas chicas Nert y Virgen, pero no es el caso de nosotras. _ Insistió reclamando esas últimas palabras mientras cierra su bolso y se levanta para salir al cafetín. Sugiriendo: _ Me acompañas a un café o prefieres esconderte en estas cuatro paredes por el resto del semestre, y así nadie o ningún chico te pueda ver. _ Hablaba casi de regañarme por mi comportamiento.
L: _ Amiga, cierra la boca... Antes de viajar donde Jeremías, yo... Y me quedé callada por unos segundos.
S: - ¿Tú qué? Y habla, que cada vez que te pones así me das miedo.
L: _ Era Virgen...
S: _ ¡Queeeee, no, no, no! Imposible, en todos los años de noviazgo con Jeremías jamás te acostaste con él. ¿En qué estabas pensando todo ese tiempo? Ahora entiendo porque te dejó... por motolita y comenzó a reír a carcajadas.
L: _Vasta Sol, no te burles, me haces sentir más mal que nunca. No me acosté con Jeremías, no porque no quise, solo que...Quería hacer de ese momento algo muy especial, ¿por qué no le das importancia a nada?, se trata de pasar de señorita a ser mujer, debería ser algo especial o importante. ¿No lo crees y dime que significa Motolita?
S: _ Especial o no, de que te valió cuidarte tanto, para terminar en la cama de alguien que ni siquiera sabes quién es. _ Sus palabras me dolieron mucho, tanto que casi me hacen llorar.
S: —Disculpa, amiga, no fue mi intención hacerte sentir mal, perdón, perdón, soy un asco como amiga.
L: _ No. Tranquila, tienes razón, olvidemos está conversación y vamos por ese café con leche.
S: —Okey... —me levanté, recogí mis cuadros y salimos. En eso, como siempre, Sol hace otra pregunta:
S: _ ¿Y qué sentiste en tu primera vez... ¿Te dolió?; porque a mí sí y mucho. Mientras se sonríe.
L: —Calla, y responde que es eso de Motolita...
Y salimos las dos juntas hacia el cafetín. En eso pasó un chico y saludó a Sol:
C: _ Hola Sol Que alegría verte.
S: _ Carlos? Hola, que tal.
C: _ Todo bien, bella, y que es...
No terminó de hablar, porque observó a su compañero de clases salir y salió apresurado a alcanzarlo, pegando un grito en medio del largo pasillo:
C: _Paul, espera, no te vayas, aún falta la última clase de instrumentación. En eso, interrumpe el grito, la voz de Sol diciendo que:
S: ¿Lo viste? Ese fue el chico que quería que observaras hace rato en el salón. ¡Se llama Paul!
L: —Creo que no lo vi, y ya apresúrate, que en 20 minutos tendremos la otra clase. Mientras solo logré ver por detrás, a ese joven llamado Paúl, a unos dos metros de distancia, con un llamativo pantalón yin color vino tinto y una franela azul claro, que marcaba cada musculatura de sus pronunciados brazos bien formados en un gimnasio. Pero desde esa noche no volví a verlo, y si nos tropezamos alguna vez en algún pasillo, no lo recuerdo.
Pasaron los días y decidí buscar trabajo. Buscaba en el periódico la sección de empleo y tomé nota de una dirección de correo electrónico para solicitar una cita de trabajo. Envíe mi currículo a esa empresa de decoración de interiores y exteriores, para festejos y celebraciones. Y días después recibí una llamada telefónica para una entrevista de trabajo.
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¡Vivimos en una sociedad en donde es más importante la moda que perder la virginidad!
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