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#.14 Destino de Linda


LINDA MONTENEGRO

#.14 DESTINO DE LINDA

Mamá y yo nos levantamos temprano, la tormenta había destrozado el jardín de la casa. Hacía frío esa mañana. En medio de la limpieza del jardín, pasó una camioneta adornada de globos de color blanco y grises y latas que arrastraba, provocando un gran sonido al rozar en la calle; sus vidrios oscuros impedían ver de quién se trataba. Tocó sus cornetas justo frente a la casa. Yo tenía las manos llenas de lodo y la ropa sucia y mojada.

Estábamos sembrando nuevamente algunas matas de flores, que fueron arrancadas por la fuerte brisa.

Mamá: __ Llegó el novio, __ dijo mamá.

No pude evitar ponerme nerviosa. __ El novio Jeremías, ¿Cómo lo sabes?

Mamá: __ Esa es su camioneta.

Entré a la casa a lavarme las manos y fui directo al baño a ducharme: __ ¡Llegaste Jeremías! __Murmuré, mientras me daba una ducha de agua tibia.

❤❤❤❤❤❤❤❤

Salí de casa con las ideas revoloteando en mi cabeza, la última vez que nos vimos, me ignoró por completo. Creo que merecía una explicación por su comportamiento.

Recordé que, antes de salir del pueblo a estudiar, habíamos quedado en encontrarnos nuevamente en la ciudad donde estaba residenciado. Le dije a mamá que ya era hora de ir a buscarlo, Diana y cada una de sus palabras me dio a entender que debía enfrentar esta parte de mi vida. Tenía que viajar 3 horas hasta la primera parada que me llevaría al aeropuerto.

Esa primera parada de transporte la llamaban:

¡La encrucijada!

En esa localidad, llegué a la Terminal de los Pasajeros"

Sólo llevaba de equipaje mi morral y una cartera con todos los documentos personales y un poco de dinero. Al llegar, bajé del taxi donde me trasladé y me senté en uno de los bancos en el área de espera de los viajeros.

Ese era el lugar donde había dos caminos para continuar:

El primero hacía el Suroeste y el segundo hasta el Sureste del país. El Sureste era el camino para seguir con mi vida, terminar mi carrera y graduarme. Ese era mi sueño y el de mi madre. Para seguir este camino había que trasladarse a la estación del metro.

Mientras que hacía el Suroeste, estaba Jeremías y para llegar a él, debía tomar un avión. Ese también era parte de mis sueños; al verlo, hablar con él y resolver aquellos mal entendidos, sabía que su extraño comportamiento tenía una explicación: ¡El amor lo puede todo! (Susurre.)

Me acerqué a las oficinas para comprar el pasaje en avión. Me atendió una chica muy amable, me sugirió que esperará en los asientos de la sala de espera, y de inmediato anuncian que el vuelo será retrasado porque hay una tormenta tropical. Sugieren que esperen unas horas hasta que den nuevas noticias favorables para desarrollar el vuelo. Decidí quedarme en las bancas y leer un libro titulado: A orillas del río piedra me senté y lloré... El frío de los aires acondicionados y el clima que predomina, me llevan a tomar una gruesa chaqueta y colocármela y acomodarme a esperar. El sueño llega sin pedir permiso, y mientras batallo entre la lectura y la fantasía, uno de los dos será el vencedor:

Antes de tomar la decisión hacía cuál destino caminar, decidí ir al baño a lavar mi cara y, al mirarme al espejo, aprovechar y retocar un poco el maquillaje, y mientras coloco algo de compacto en mi cara, pienso por un largo rato si está bien o es una mala idea. Era una decisión difícil de tomar.

Estoy entretenida con la esponja del compacto tocando mi cara, y de forma sorprendente observé, justo detrás de mí, el rostro de una mujer. La vi por el espejo, cerré y abrí mis ojos para ver sí se trataba de una ilusión óptica, pero ahí estaba. Al quedarme fijamente mirándola, me di cuenta de que era mi cara, se trataba de mí, solo que lucía una coleta para recoger su cabello, sus labios con un poco de brillo labial y una pureza que se reflejaba a través de sus grandes ojos negros. Nos miramos a la cara y no sé por qué, pero, las dos nos sonreímos.

Al verla pensé: __ "voy donde Jeremías", y ella con un gesto de picardía en su cara me dijo: __ ¿Estás segura? Y le respondí ya decidida, "que sí". __ Sé que es una locura... pero la vida sin un toque de locura no es vida. __ le dije. Ella sólo me respondió: __ ¡¡Espero sea lo más acertado que hagas por nosotras...! __ Y me abrazó por detrás, hasta desvanecer su figura, quedando sólo la mía.

Me levanté y tomé mis cosas y me aleje a tomar el taxi que me llevará al aeropuerto, mientras pienso en ella y sus palabras.

Tomé un taxi; aunque no tenía suficiente dinero, sólo alcanzaría para el viaje en avión de ida, pero no de venida. Pero: ¿Qué importaba eso?, ¿Quién dijo que regresaría?, ¡Me quedaré con el amor de mi vida! Sé que él estará feliz de verme, y le daré la mayor sorpresa cuando me vea llegar. (Comentó mientras bajó poco a poco la voz).

Tomé el celular y llamé a casa de la señora Marta:

L: __Hola, señora Marta, soy Linda.

M: __ ¿Linda? ... niña, cómo estás, tú mamá ¿Cómo está de salud?

L: __ Muy bien, bastante mejor.

Marta: __Me alegra mucho... ¿Y cuéntame?

Bueno, me da un poco de pena decirle esto, pero, quería saber si usted puede darme el nuevo número de teléfono de Jeremías... Es que creo que cambió de número porque no contesta las llamadas desde hace tiempo.

__Si Linda... es eso, él perdió su celular en la playa y cambió de línea telefónica. Pero, ya te lo doy, ¿tienes para anotar?

L: __Si. Claro que sí. __ Y buscó rápidamente en su cartera papel y lápiz.

La doña me dictó el número de celular y ella lo copió rápidamente.

L: __ ¿Y usted sabe la dirección dónde él está residenciado?

M: __ ¿Él no te lo dijo?

L: __Si. Sí, pero tomé nota en una libreta y ahora no sé dónde la perdí...

M: __ ¡Está bien, toma nota!

L: __ Gracias, Señora Marta, que está bien.

L: __Igual tú hija, cuídate mucha lindura.

Corte la llamada. Tenía el número de teléfono y su dirección. No sabía nada de él en muchos meses, cualquier cosa podía pasar, pero yo debía vivir esta parte de mi vida, de lo contrario jamás me lo perdonaría. Un futuro sin saber qué hubiera pasado con nosotros, si voy a su encuentro.

Después de llegar al aeropuerto, lo pensé unos 30 minutos mientras observé gente y caras que van y que vienen, unos sólo pegados al teléfono celular y otros tomados de la mano. Recordé las palabras tan duras, pero verdaderas de Diana y tomé una decisión.

Compré con el poco dinero que tenía un tiquete de avión. Y salí rumbo a mi nuevo destino. Al cabo de 1 hora, aterrizamos en un gran aeropuerto. Me bajé algo asustada y mareada, era la primera vez que viajó en avión.

Con lo poco que me queda de dinero tomé un taxi, para cruzar la ciudad, y llegar hasta un conjunto de residencias muy cerca de la playa. Estuve llamando al número que me dio la señora Marta, pero no contestó:

Le dejé notas de voz:

Jeremías: __(Desconectado)

L: __ Hola, corazón, contesta. (4:12pm)

L: __ Jeremías, soy Linda; quiero que hablemos, por favor. (5:23pm)

L: __ Sólo quiero verte y que solucionemos todo, responde. (Hora: 6:45pm)

(Teléfono: batería baja - del 10%)

Lo estuve llamando muchas veces y ya el teléfono indica que se está quedando sin batería. Me preocupé un poco... ¡¡Miento! Me preocupé demasiado, tanto que mi corazón se quería salir por mi boca. Ya comenzaron mis pensamientos a culparme de haber tomado esa decisión, sin consultarlo antes con Jeremías.

Pero, ya estaba aquí y no había vuelta atrás. El taxista me indica que ya llegamos y bajé justo al frente de un gran edificio tipo hotel. Su nombre era:

¡¡Residencias Alcántara Porlamar!!

Observé la libreta para confirmar el lugar y estaba justo donde lo indicaba. Sólo debía subir hasta el 3er piso, apartamento N° 12.

Mis piernas temblaban, pero no de frío, hacía calor por estar justo frente a la playa. Pero temblaban de los nervios de volver a ver a Jeremías. Me quité la chaqueta para refrescar un poco mi cuerpo, solté mi cabello y puse un poco de maquillaje en mi cara.

Fui hasta el ascensor, pero al ver que tardaba en bajar, decidí subir las escaleras, de esa forma tardaría más en llegar y pensar en: ¿Qué le diré cuándo me vea llegar?

Así fue, subí poco a poco hasta llegar al 3er piso, caminé y ahí estaba el apartamento N° 12. Me paré frente a la puerta y toqué el timbre.

Riiin

Esperé unos segundos, pero nadie salió. __Debe estar dormido, __ ya son casi las 7 de la noche. Pensé.

Volví a tocar una y otra vez, pero, nadaaaaaa.

Pasaron casi 1 hora, mis pies dolían y me quiten las sandalias altas que traía puestas. Me acerqué a las grandes panorámicas ubicadas en el pasillo con vistas a la bahía; había un hermoso atardecer.

Ya duelen mis piernas de estar parada y son casi las 8 de la noche. Me senté en la escalera que estaba ubicada muy cerca del apartamento de Jeremías. No está, pero ya debe estar por llegar; seguro le tocó trabajar hoy domingo. (Pensé en silencio)

En eso que estoy recostada sobre la pared usando mi chaqueta de almohada. Escuche los pasos de alguien que viene subiendo las escaleras.

Pensé, __ Ahí viene __, me acomodé rápidamente, arreglé mi cabello y traté de respirar profundo para que no se notara lo mucho que quería verlo.

Pero al mirar los últimos escalones, no es Jeremías. Era un joven señor. Digo, señor, por la forma como vestía, un traje de noche, pero con el chaleco color negro en uno de sus brazos, un fino pantalón doblado casi a la rodilla, camisa manga larga color beis y sus zapatos en sus manos, llenos de arena. Evidentemente venía de la playa. No sé cómo, pero entre tantas cosas traía una botella de licor y una pequeña caja llena de hielo y cervezas frías.

Parecía uno de esos galanes salido de las novelas de Telemundo. Me miró y yo a él. Dijo: __ ¿Buenas noches linda, me das un permiso para pasar?

L: __Clarooo; disculpa. __ Le contesté rápidamente y me moví un poco para que pasara el último escalón de la escalera.

Sacó una llave de su bolsillo y dejó caer el chaleco al piso cerca de mis pies. Lo tomé y se lo sostuve hasta que abrió la puerta del apartamento N° 13, justo al lado de Jeremías.

Entró, colocó los zapatos y todo lo demás dentro del apartamento y salió a buscar el chaleco. Me dijo:

__ Gracias. __ ¿Esperas a alguien en especial?

L: __Si, a mi novio... bueno, no novio como tal, podría decir que casi novio. O exnovio.

Se sonríe con la respuesta que obviamente no entiendo.

D: __Novio o exnovio? ¡Tienes que decidir uno de los dos!

L: __ si, Novio...

D: __ ¿Novio?, ¿y está residenciado aquí?

L: __Sí, eso creo.

D: __Ahaaa, ok, ¿y sabe qué estás aquí? __ Preguntaba más que para curiosear.

Lo pensé para responder, y cuando ya iba a decirle me dijo:

D: __ Entiendo... No lo sabe, le darás una sorpresa...

L: __ Siii...Como lo supiste.

D: __¡Soy psicólogo! (Se sonríe) Y ella también.

L: __Mientes...! Le dije y me sonreí.

Me preguntó: __y ¿Cuál es su apartamento?

Y le indiqué con mi dedo: —Ese, justo al lado del tuyo.

D: —¿Éste? __ Y lo señaló. __¿Tú eres la novia del chico que vive aquí?

L: __Si. ¡Soy yo!

D: __Waaaooo!! ¡Qué suerte la de este chico!

L: __ ¿Lo conoces?

D: __No... bueno, no de trato, pero sí lo he visto en varias oportunidades. __ ¡Creo que esto se pondrá muy bueno! (murmuró muy en silencio).

L: __ ¿Qué dijiste?

D: __ ¡Nada... qué sorpresa se llevará tú novio al verte aquí! __ ¿Tú no eres de acá verdad?

L: __No. Viaje como 6 horas para llegar aquí.

D: __Es mucho tiempo, ¡debes estar bien enamorada para hacer algo así! __ ¿Te gustan los retos verdad?

L: __Si. Algo, soy curiosa, por eso estudió Diseño de Modas, para crear arte en medio de la curiosidad y la creatividad.

D: __Interesante....

D: __Espera, ya vengo.

L: __No te preocupes; no iré a ningún lado.

Y fue a su apartamento y se trajo una botella.

Me preguntó:

__ ¿Te gusta el vino?

L: __Sí, es de mis favoritos a la hora de celebrar.

Tomó dos copas y las llenó, mientras se sentaba a mi lado en la escalera.

D: __ ¿Cómo te llamas?

L: —¡Linda... Linda Montenegro!

¿¿Comenzó a reír a carcajadas, ¿de verdad te llamas Linda?

L: __Siii, ¿por qué?

D: __ ¿Por qué? __ Mi pequeña hija se llama igual. __Qué casualidad.

L: __Las casualidades no existen, es el destino.

D: __Si crees en el destino, déjame decirte que yo no.

L: __Está bien, cada uno tiene derecho a creer lo que quiera creer.

L: __Y tú ¿Cómo te llamas?

Lo pensó un momento y dijo:

D: __ ¡Marcos, me llamó Marcos Tulio!

L: __ ¿Marcos Tulio como los Romanos? ...__ Mientes, pero no importa cómo te llames. __ Y comenzó a reír dándome la razón.

Hablamos un buen rato sobre mi carrera; era un joven señor, debía tener casi 30 años, pero estaba totalmente bien guapo. Me hizo reír hasta ya no poder y yo a él.

Nos tomamos toda una botella y se hicieron 1 de la madrugada.

D: __Tu novio cómo que ya no llegará.

L: __Si. Si lo hará, ya debe estar por llegar.

D: __ Disculpa que te diga esto, sé que soy un total desconocido, pero... creo que deberías de irte a tú casa. Mira la hora y él no ha llegado. Te lo digo porque, me caíste bien.

L: __¡Sólo esperaré un poco más y si no llega me voy!, lo prometo.

Y le pregunté:

L: __ ¿Y tú vives aquí?

D: __No. Sólo lo alquiló en vacaciones para alejarme del trabajo y el estrés de la ciudad. Yo me dedico a...

Y cuando ya está terminando de hablar, escuchamos los pasos de alguien que viene subiendo las escaleras. Pero esta vez hacían mucho ruido.

Nos quedamos callados sólo escuchando y, al estar cerca, logramos ver lo que pasaba.

Para mi gran impresión, era Jeremías, pero éste no venía sólo; venía muy bien acompañado de una mujer pelirroja, de ojos azules.

Subían los escalones poco a poco, mientras ella le quitaba la camisa y le soltaba la correa del pantalón, él bajaba las tiras de su corto vestido y con sus manos lo subía hasta llegar a tocar sus partes más íntimas. Creo que casi hacían el amor en las escaleras y justo frente a nosotros.

No lo podía creer; Marcos sólo me miró y yo no pude evitar que las lágrimas salieran de mis ojos, fue una gran desilusión, cargada de rabia, tristeza y porque no odio hacía él... comprendí la razón por la que jamás me llamó.

Marcos: —Te lo dije, qué mejor te fueras a tú casa.

Mis manos temblaban y ellos aún seguían comiéndose a besos, ya casi desnudos parecían amarse con locura y placer sin importarles nada.

Solté la copa de vino y al chocar con el piso se parte y ellos de inmediato voltean a vernos.

Ella de inmediato subió su vestido... y él sus pantalones.

J: __ Linda, ¿Qué haces aquí? ¿Cómo me encontraste?

L: __ Eso ya no importa. Creo que debo irme. Marcos... Gracias por todo. Le dije

I: __ ¿Quién es ella Jeremías y qué hace aquí? ... ¿No me digas que una de esas chicas pueblerinas o campesinas de las que tanto me hablas?

J: __ Sí, amor... Es una de ellas.

Ivana: __Bueno... No hace falta saberlo: su forma de vestir lo dice todo.

Sus palabras me hacían sentir mucho peor de lo que ya estaba. Era una elegante mujer que, al solo estar parada delante de ella, proyectaba poder sobre Jeremías.

L; __ Ok, ya entendí y ya me voy. __ Tomé mi bolso y cartera y bajé las escaleras casi corriendo.

D: __ Linda, espera. __ Gritó Marcos. Mientras, les dijo a Jeremías y su novia:

__No se aceptan este tipo de actos en este lugar, está prohibido y hay cámaras que graban todo. Así que les agradezco, no vuelva a pasar; para eso están las camas en las habitaciones. Les dijo molesto.

Y comenzó a bajar las escaleras.

J: __ Y ¿Quién eres tú para imponer reglas aquí?

Se detuvo un momento, volteó a verlos y les dijo:

D: __ ¡Soy el Dueño de este lugar...!

Y siguió por las escaleras hasta desaparecer.

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