#. 11 Mi Amiga Elena
Las nubes grises y los ruidos que producen los relámpagos en las montañas indican que va a llover, ya las gotas de lluvia comienzan a caer. Entré a la casa, mamá ya estaba dormida y no quise despertarla. Me dejó una nota sobre la mesa:
""Lina hija Elena te estuvo llamando; dijo le urge hablar contigo; qué la llames a este número 0834573627 "
Me extrañó lo de la llamada de Elena, hace muchos años que no se de ella, después de lo acontecido la última vez que nos vimos, no entiendo como se había atrevido a llamarme. En realidad, no quería saber nada de ella y mucho menos de su familia.
Me dirigí a la habitación; me acosté, observando la lluvia caer por la ventana y como la fuerte brisa novia o retorcía las ramas de los árboles, que parecían querer caer, pero, su fuerza aferrada a la tierra es más fuerte que la tempestad. (Pensaba):
_""Así debemos ser en la vida; como las grandes ramas bajo una fuerte tormenta, no se rinden tan fácilmente"" (Murmuré)
Me despedí ese día de Jeremías con la esperanza de volver a verlo, nos estaríamos escribiendo por teléfono y veríamos en las vacaciones. La semana siguiente de él haber partido, me tocará tomar el nuevo rumbo de mí vida.
Pero antes, Elena visitó el pueblo y tuvimos la oportunidad de hablar.
La familia de mí amiga Elena vivía en el pueblo y su padre el señor Juan, se había ido hace años a trabajar en la ciudad. Luego que compró una casa, se llevó a su esposa e hijos a vivir con él.
Pero él visitaba a su mamá todas las vacaciones con su hermosa y elegante esposa y sus 2 hijos. Dos niñas Elena y Alejandra.
Una de ellas la mayor llamada Elena y yo, nos hicimos muy amigas. Pero amigas de vacaciones, solo nos veíamos y compartíamos en las vacaciones escolares.
Cuando niñas, su papá la llevaba a casa y así le enseñaré a leer y escribir, las sumas y restas... una amistad de esas que jamás se olvidan.
Al terminar la secundaria me tocará salir del pueblo hacía la Universidad. Días después, ella me visitó y Tuve la oportunidad de contarle que, había sido asignada a estudiar Diseño de Modas en la misma ciudad donde ella vivía.
Elena al escucharme, habló conmigo, me invita que vaya a vivir a su casa y así buscar un trabajo y estudiar. Se que lo hizo con la mejor intención del mundo. Habló con su papá y su mamá llamada la señora Helen, una elegante y hermosa mujer, con una figura que cautivaba la atención de cualquier hombre.
Para mamá y para mí, era una gran oportunidad, de esa forma me ahorraría el pago de una Residencia Estudiantil
Además, quería trabajar para ayudar a mamá con los gastos.
Los padres de Elena aceptaron y emprendí el viaje a la Capital. Estando allá, me ayudaron a conseguir un trabajo en una zapatería y con ese dinero ganado comenzar a hacer unos cursos de inglés.
Mientras que, Elena estudiaba su Bachillerato en el horario de la mañana y asistía como asesora de jóvenes en la Iglesia Católica todas las tardes hasta la noche.
Elena era una joven muy comprometida con sus estudios y con su familia. Era ella el ejemplo a seguir de su hermana menor por ello, todo debía hacerlo casi a la perfección.
Su papá, trabajaba en una trasnacional de PDVSA. Y podréis decir que eran de clase social media, vivían muy bien, cómodos en una hermosa casa y tenía como 4 autos para pasear. Él y su esposa vivían muy bien... esa señora tenía todo lo que quería un excelente esposo y un dedicado y responsable padre de familia.
El papá, decide que debo estudiar de noche para así, salir de su trabajo, buscar a Elena en la Iglesia y luego pasar por mí en la Universidad.
Y definitivamente así paso, todo iba de maravilla, trabajando y estudiando me sentía muy bien. Nada de enamorados y novios, un enfoque total en los estudios.
Al fin y al cabo, era lo que más quería.
Pase los primeros días esperando una llamada o por lo menos un mensaje de Jeremías, pero no fue así. Pasaron los primeros meses y nada. No sabía nada de él, como si hubiera desaparecido. Eso me tenía muy triste tanto que, perdía el ánimo para estudiar, pero, esa no era la idea, no dejaría que mis sentimientos me hicieran desistir de mis sueños de ser una excelente profesional en diseño. Y seguí estudiando como una forma de no pensar tanto en él.
Pero como nada es perfecto, un día Elena paso por mí al trabajo para ir a almorzar juntas. Para llegar al restaurante donde vendían un Pescado frito con tostones de plátano verde, había que cruzar una plaza.
Y cuando ya casi terminamos de cruzar, para llegar a la otra acera de la calle; ella observó un joven como de 17 años tendido en el suelo. Se detuvo de inmediato y saco de su cartera un frasco con alcohol. Lo colocó en su nariz y su frente y logró que aquel joven reaccionará nuevamente.
Me asusté mucho al verlo y al despertar le dije que, lo dejará ahí tranquilo y siguiéramos. Era un total desconocido, además, toda su ropa yacía sucia y rota... La primera impresión de un total indigente joven en las calles.
Sentí mucha tristeza al verlo, pero también conocía la familia de mi amiga, su papá y mamá, sabía que ellos confiaban en mí y en que yo cuidaba de Elena. Tenía como 2 años menos que yo.
Él, al despertar se nos queda mirando y nos regaló una sonrisa dándonos las gracias.
Entre las dos lo movimos y acercamos a una banca donde logramos se sentará y pasará su mareo. Ella sacó de su cartera una vianda o taza donde guardaba su almuerzo, y se lo da para que coma.
Lo tomó y comió todo tan rápido que parecía tenía días sin comer. Mientras comía le pregunté. __ ¿Cómo te llamas? Y me respondió sin titubeos...
__ ¡Félix...!
__Ok... Félix, es un placer para nosotras conocerte... Pero ya debemos irnos; ya casi serían la 1 de la tarde y yo entraría a trabajar a la 1 y 30... Ya no tendría tiempo de almorzar.
Pero algo si noté en ese momento... cómo se miraban él y mi amiga Elena. Una mirada tan profunda y a pesar de tener su cara sucia de ante mano se sabía que era un chico muy apuesto pero perdido en los vicios.
Así nos retiramos ese día, pero al día siguiente Elena quería ir a la plaza, al mismo lugar a verse con el extraño chico.
Trate de aconsejarle para que se alejara... No sabíamos de donde era. Vivía en la calle; pero ella insistía en que, el necesitaba ayuda y ella lo ayudaría por encima de cualquier cosa.
Es así como, decidí no meterme en eso. Ya ella Estaba decidida y ya se veía con él a escondidas, llevándola a su casa, una casa totalmente hecha de latas de aluminio y cartón... ahí vivía con su papá que era un alcohólico y no tenía a su mamá, ella se había ido de la casa un año antes.
Elena, le llevaba de comer y beber todos los días. Yo no lo podía creer y aún hoy en día creo que fueron cosas de Dios para testimonios de vida.
¿El amor es ciego?
Lo hemos escuchado cientos de veces, pero, solo lo admites cuándo realmente lo vives. Esa relación que comenzó entre mi amiga y Félix es la prueba fiel y exacta del verdadero amor que nació en un rincón de una plaza, entre un chico de clase muy baja y una chica de clase media. Un chico confundido en mil problemas familiares dentro de un ambiente familiar disfuncional y una hermosa chica sumergida en las reglas de la Iglesia católica y preparándose para ser una futura Médico Odontólogo.
Un amor que nace y se mantiene a escondidas de sus padres. Un amor que podría ser imposible entre estas dos personas, pero que la vida les dará un giro de 180 grados.
Entre tantas dificultades, había algo en él que jamás olvidaré... le gustaba pintar Grafitis en las paredes y era muy bueno para eso. Lo hacía excelente, dibuja y su mayor pasión es la pintura y el dibujo. Eso lo descubrimos al poco tiempo de haberlo conocido.
Pasaron los días... Elena enamorándose cada día más de un desconocido y yo extrañando más que nunca a Jeremías, quién aún no ha hecho ni la primera llamada para saber de mí.
Ya en el trabajo no salía a almorzar si no que, el jefe me mandaba a comprar el almuerzo. Y sólo veía a Elena por las noches después que su papá la pasaba buscando en la Iglesia. Ya estaba cambiada y me hablaba muy poco... tal vez sentía miedo de que le contará a sus padres lo que hacía. Su papa solo pensaba en verla graduada de Médico. Ella había cambiado tanto conmigo que, su trato no era el mismo.
Y un día, tenía un examen en la Universidad por lo que, me tarde más de lo normal para salir. Pero ahí estaba el papá de Elena como siempre esperándome para llevarme a casa, pero sin antes buscar como todas las noches a su hija en la Iglesia.
Al llegar a la Iglesia y preguntar, las amigas cuentan que ella no fue a la Iglesia ese día. El papá salió a casa de una de sus amigas del salón de clases y es así como la chica le comenta que, ella tampoco fue a clases.
Motivo por el que, su papá se preocupó más de lo normal. Ella jamás perdía un día de clases y mucho menos la Iglesia, que para ella era una prioridad.
Salimos a buscarla entre los amigos de la Iglesia y nada... nadie Sabía nada de ella. Nadie la había visto. El papá lloraba en el coche de la preocupación. De tanto dar vueltas y vueltas en el coche tratando de encontrarla, se nos hicieron casi las 12 de la media noche.
Ya al final quería ir a poner la denuncia, pero se me ocurrió decirle que, mejor fuéramos a la casa. No sea que, ella se haya sentido mal y se fue temprano a casa. Cosa que ella jamás hacía. Puedo asegurar que estaba muy asustada, el sólo hecho de pensar que ese joven recién conocido en la plaza la hizo algo. ¿Estaba en peligro?, me preguntaba y mi consciencia no me dejaba tranquila ni un instante.
Después de tratar de convencer al señor llamado Juan, para irnos mejor a casa, me hizo caso y tomó el volante de su auto con mucha fuerza, mientras yo observaba sus manos temblando. Al igual que él, estaba también preocupada pero no me atrevía a contarle del chico ya novio de su hija. Si lo hacía me regañaría por ser muy estricto, y no lo quería decepcionar; me había brindado una mano ayuda y yo le pagaría mal.
Por el camino me recosté por un momento en el asiento del carro, a pensar: ¿Qué le diríamos a la mamá de Elena?; seguro estaba también preocupada e imaginaba que: ¿Cómo iba a reaccionar cuándo nos viera llegar sin su hija?
__ ¡Me tocará contarles todo! __ Eso pasaba por mi mente, mientras cierro mis ojos por unos segundos. En eso escuché un grito en el oído:
¡Lindaaaaaa!
Creo que soñé por unos segundos. Era la voz de la mamá de Elena; abrí mis ojos de inmediato, y ya estábamos llegando a casa. Sentí un escalofrío al bajar del carro, pero imaginé era porque estaba asustada y muy nerviosa por Elena.
Pero mi cuerpo no reaccionó igual, mi piel se erizo totalmente.
Algo andaba mal, lo sabía y me lo decía mi sexto sentido o intuición: ¿Pero ¿qué o por qué? La oscuridad y el silencio de la casa no era normal. Si Elena no estaba en casa, lo normal era que su mamá y hermana estuvieran también preocupados esperando todos a que llegáramos.
Pero, no fue así.
Al llegar a casa, todas las luces están apagadas. Me bajé para abrir el portón para que metiera el coche al estacionamiento... Y mientras entra y se baja de la camioneta se encienden las luces; y ahí estaba su esposa como una Tigra con un mal humor del carajo... Tenía en su mano una Correa que no sé de dónde lo saco, y se me vino encima para pegarme.
El señor de inmediato se metió en medio y los golpes los recibió él en su espalda. Trataba de cuidarme para que su esposa no me golpeara mientras nos insultaba.
__ ¿Linda por qué? ¿Cómo se atreven a llegar, así como si nada después de revolcarse juntos...?
Esas eran unas de las palabras que recuerdo.
Al principio no entendía nada estaba llorando y muy asustada, hasta que comprendí todo.
Ella estaba imaginando que el señor y yo andábamos juntos o que quizá él y yo le engañábamos.
Sólo a ella se le pudo ocurrir que yo salía con su esposo y esa noche mientras ese señor lloraba por encontrar a su hija... Ella sólo pensó en que él y yo andábamos de parranda.
Que tristeza. Pero, este mal me persiguió por muchos años...
Mujeres celándome sin motivos de sus esposos.
Entré a la casa, mientras el señor calmo a su esposa y le explicó todo lo que pasó. Mientras Yo, me dirigí al cuarto que compartía con Elena.
Y al llegar, ahí estaba Elena como si nada, acostada y no sólo eso, me miró con odio y rabia.
No quiso hablar conmigo, como una forma de disimular que, ese día se había perdido con Félix y aprovechó la molestia de sus padres conmigo para pasar desapercibida una situación tan delicada. Ella andaba con un chico dañado y de la calle. Yo lo sabía, pero, no Tuve el valor de contarle a sus padres.
Esa misma noche, recogí mi maleta de ropa y a las 5 de la mañana tomé un taxi y me fui a la residencia de mi amiga Diana. No sin antes llorar toda la noche, aferrada a mi almohada. Abandonando mi trabajo, me sentía devastada, también me sentí sola. Me dolía el alma, yo sólo quería estudiar y todo parecía estar en mi contra, tener que sacrificar mis estudios sólo por un capricho de Elena, no era para nada justo.
Me levante, para salir lo más temprano posible. Estaba dolida y molesta a la vez, perder la amistad desde niña que tuve con Elena. tal vez no fue una amistad verdadera, de ser así jamás hubiera dudado de mí. Me dio a entender que, yo salía con su padre y no me defendió de los insultos de su madre en ningún momento. Estaba muy molesta con ella.
"¡jamás la perdonare!", lo repetía a cada rato. Pero sólo porque estaba molesta. En realidad, así no eran mis sentimientos. Yo debía perdonarla.
¡Lo estaba haciendo lo mejor que podía, pero así es la vida...!
¿y qué pasará con el amor de ellos dos? ¿Félix y Elena que pasará con ellos? Yo me iré a casa de Diana y me tocará comenzar de nuevo.
¡¡¡¡No es justo...!!!! (Reclamé nuevamente.)
Me fui esa mañana de su casa sin despedirme. Dejé a mi amiga, sabía que pasaría mucho tiempo para sanar mis heridas, mientras ella debía enfrentar a su familia por un amor prohibido, según su clase social. No sé qué pasará con ellos dos, será la vida quien más adelante nos dé una respuesta.
A estos momentos de mi vida los llamé desilusión y soledad... es aquí donde deseaba regresar el tiempo y volver a casa con mi madre.
Para mí, la vida real se trataba de esforzarse y batallar.
" El tiempo te lo dirá" eran palabras de mamá.
Me mude con Diana unos meses hasta terminar el primer año de carrera universitaria. Mamá llamó para darnos la noticia de la boda de Gustavo el primo de Jeremías y en casa estaba la invitación.
La boda será en 1 mes y viajaremos al pueblo.
Pasé casi un año sin saber de Jeremías y perdí la amistad de Elena, no podía estar peor. Pero, iré a casa de vacaciones y por supuesto iremos a la boda.
Desperté esa mañana y tomé la nota que me dejó mamá anoche sobre la mesa; marqué el número de teléfono para enviar un mensaje vía texto ha Elena.
E__ (Desconectado)
L: __ Hola Elena soy Lina...
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